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Cine, Stalin, Arte 7

El peligroso culto de la personalidad

Este es un documento aterrador. Lo que desfila ante la cámara son verdaderos zombies

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El 5 de marzo de 1953 moría Josef Stalin, el líder más importante que tuvo la difunta Unión Soviética, el hombre que consolidó y expandió el imperio, quien fuera objeto de uno de los más elaborados cultos de la personalidad en la historia, gran parte debido a sus propios esfuerzos.

Inmediatamente se puso en movimiento la inmensa maquinaria propagandística soviética. Todas las organizaciones de radio, cine y televisión de las distintas repúblicas sovietizadas movilizaron sus equipos y su personal para filmar el funeral desde distintas partes del país y reunir el material en un documental celebratorio de la figura de Stalin. El documental nunca se realizó y el pietaje quedó disperso y olvidado. Gran parte de ello se mantuvo por casi siete décadas en los Archivos de Foto y Filme Documental del Estado Ruso.

El director bielorruso Serguei Loznitsa ha recuperado ese pietaje y con el mismo ha realizado State Funeral, una obra original que muestra los horrores que conlleva el culto de la personalidad y el tan mentado lavado de cerebros.

Por dos horas asistimos al desfile de dignatarios, trabajadores, campesinos, jóvenes, ancianos, madres, abuelas, la inmensa mayoría sinceramente acongojados y como si se sintieran sorprendidos por la mortalidad del dictador. Se escuchan los discursos y oratorios que se trasmiten por la radio y por la televisión, la mayoría de ellos de una ridiculez y una puerilidad que dan vergüenza ajena, como uno que dice: “Los niños conocían su nombre desde la cuna”. Y aterra ver a esas masas tristes, que parecen creer sin digerir, todo lo que se les dice. Hay colas gigantescas de miles y miles de personas para poder pasar unos segundos frente al cadáver expuesto de Stalin, con una reverencia genuina (de vez en cuando vemos algunas caras cínicas, unas sonrisas burlonas, a medio esbozar, pero son unos pocos).

Loznitsa no identifica a nadie. Ni a la masa de tristeza amorfa, ni a los dignatarios que llegan para el funeral. Los que sabemos algo del tema podemos identificar a Kruschev, a Mikoyan, a Dolores Ibáruri (La Pasionaria), a Walter Ulbricht, a Palmiro Togliatti y a Jacques Duclos, entre otros. Todos de nefasto recuerdo. Pero no hace falta, pues por si solo muestra el rostro duro y oportunista de las burocracias de los partidos comunistas de la época.

En el filme no hay un narrador ni un guion que hilvane lo que vemos, ni una cabeza parlante que explique nada. Las imágenes hablan por si mismas. Repito, es un documento aterrador. Lo que desfila ante la cámara son verdaderos zombies.

Solamente al final, tras mostrar toda la pompa y la circunstancia que rodeó el evento, el realizador pone un simple encuadre al final en el cual se lee: “Según la investigación histórica, más de 27 millones de ciudadanos soviéticos fueron asesinados, ejecutados, torturados a muerte, enviados al Gulag o deportados durante el gobierno de Stalin. Otros 15 millones murieron de hambre”. Ese breve plano subraya el horror de las dos horas anteriores, el homenaje a un monstruo.

Serguei Loznitsa nació en Bielorrusia en 1964. Se mudó con su familia a Ucrania, donde finalizó sus estudios secundarios y se declara ucraniano. Se graduó de matemático en Kiev y en 1991 entró a estudiar cine en el Instituto de Cine Guerasimov, en Moscu de donde se graduó en 1997. Su obra cinematográfica se ha dedicado a explorar lo más oscuro del alma del Homo Sovieticus (como lo bautizara Svetlana Alexievich). Entre sus trabajos se encuentran los excelentes filmes de ficción My Joy (2010), In the Fog (2012) y Donbass (2018), este último le valió el premio de mejor director en la sección Un Certain Regard del festival de Cannes, así como el documental Maidan (2014). Su obra es fuerte en la imagen, convincente sin necesidad de tremendismo, irónica y llena de observaciones agudas. Desde 2001 reside en Alemania.

Hoy en día ya casi todos sabemos quién fue Stalin. Los mismos dirigentes que una vez le adularon, se encargaron de desmontar su imagen. La Historia no ha sido benévola con su imagen y su herencia, aunque todavía existen muchos que lo adoran y lo recuerdan con nostalgia. En su tiempo, a pesar de sus crímenes, fue idolatrado y reverenciado por casi toda la izquierda occidental y por muchos intelectuales de prestigio. State Funeral es una advertencia espartana sobre el peligro del culto al individuo, de la glorificación del dictador en nombre de una ideología. Un sobrio aviso a los cazadores de utopías.

State Funeral (Holanda/Lituania, 2019). Documental escrito y dirigido por Serguei Loznitsa usando exclusivamente material de archivo. El filme se ha ido estrenando a cuentagotas en algunas ciudades importantes de todo el mundo y está disponible en la plataforma MUBI, a la cual se puede acceder mediante Amazon Prime.


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