Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Cine, Arte 7

En el vacío

Esta película queda a medio camino entre 2001 Odisea del espacio y Alien

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Matt Kowalski (George Clooney), un veterano astronauta que comanda su última misión y la especialista Ryan Stone (Sandra Bullock), ingeniera médica a la cual le asignan su primera encomienda espacial, se encuentran ultimando la instalación de un nuevo equipo en el telescopio Hubble cuando, en medio de la calma universal, les informan que un satélite de comunicaciones ruso ha sido destrozado por un misil y sus desechos han comenzado a navegar caóticamente por el espacio. Al principio se les notifica que no corren peligro y mientras Stone continúa su tarea, Kowalski parece más interesado en romper el record de caminata espacial que ostenta el ruso Anatoli Soloviev. Minutos después, desde la tierra (la voz de Ed Harris) les ordenan abortar la misión y regresar a su nave porque se ha desatado una reacción en cadena de desechos de varios satélites que han chocado entre sí y la amenaza de que sean impactados se acerca a pasos agigantados.

Los desechos llegan más temprano que tarde, destrozan la nave y Kowalski y Stone quedan solos en el espacio. Su única esperanza de sobrevivir es alcanzar una estación espacial rusa que se encuentra relativamente cerca. Kowalski debe arrastrar a Stone mientras manipula su “jet pack” de gravedad cero. Ambos tienen que combatir la creciente falta de oxígeno en sus trajes y de combustible en el “jet pack”. Contar el resto sería aguar la fiesta. A partir de este punto se desencadena un verdadero thriller espacial lleno de sorpresas.

Si es cierto que el hombre es el único animal que desafía y trata de influenciar su entorno, entonces el vacío espacial es la última frontera del atrevimiento. La flotación y el silencio enfrentan al hombre a sus más grandes temores existenciales. Peor aún, no ofrecen la posibilidad de escape que mencionaba Eric Fromm. La gravedad, esa enemiga de quienes tienen terror a envejecer, y el ruido cotidiano se convierten en los únicos asideros para combatir la soledad sideral. En los momentos de inseguridad crucial, la conversación trivial se convierte en un vehículo de sosiego que conlleva al acercamiento íntimo entre los seres humanos. El filme presenta un atisbo de tocar temas trascendentales, pero los diálogos son precisamente el punto más débil de esta cinta y parecen demasiado manicurados. El sentido común y el ingenio que se supone exhibe Kowalski, resultan más bien molestos.

La película deriva en puro entretenimiento y este objetivo lo logra. Mantiene la tensión limpiamente y se las arregla para ser breve. Queda a medio camino entre 2001 Odisea del espacio y Alien. No alcanza a elevarse a la trascendencia temática de la primera, ni al estremecimiento argumental de la segunda. Sin embargo, presenta un enfoque novedoso dentro de los filmes de ciencia-ficción.

Alfonso Cuarón (México, 1961), es un director interesante y desigual. Realizó su primer largometraje, la respetable comedia Solo con tu pareja, en 1991 en su país natal, antes de saltar a Hollywood y realizar A Litle Princess (1995) y Great Expectations (1998), dos películas de grandes pretensiones dentro del cine comercial que resultaron interesantes pero quedaron lejos de sus metas. Luego regresó a México y dirigió la excelente Y tu mamá tan bien (2001), para luego regresar a Hollywood a dirigir Harry Potter and the Prisoner of Azkaban (2004) y luego Children of Men (2006), dos filmes que más allá de sus virtudes y defectos sirvieron para demostrar la creatividad visual de Cuarón. Esa característica suya resalta en Gravity. El realizador ha logrado recrear hasta el último detalle la vida en el espacio, sin necesidad de aparatosos efectos especiales, usando solamente los necesarios y evitando que el detalle convierta la película en un documental de National Geographic o de Discovery, mediante un novedoso uso de largos planos secuencias que combinan la visión subjetiva de los personajes con la visión objetiva de un observador ajeno. El balance es perfecto y se extiende al uso de la tercera dimensión. Cuarón utiliza este recurso con discreción y exclusivamente para subrayar elementos emocionales o necesarios para enriquecer el paisaje. En cuanto a visualidad, la película está a la altura de lo mejor de la ciencia ficción. Para ello encuentra apoyo en la excelente fotografía de Emmanuel Lubezki (México, 1964), que no solamente ha sido el director de fotografía de todas las películas de Cuarón, sino también de filmes como Reality Bites, Ali y The Tree of Life.

George Clooney y Sandra Bullock son unas superestrellas curiosas. Ambos proceden de la televisión y se iniciaron en el cine independiente (Clooney se destacó en Unbecoming Age y Bullock en la joyita menor de Peter Bogdanovich The Thing Called Love) y a pesar de su éxito taquillero, al cual han llegado sin ser los usuales estereotipos de los ídolos hollywoodenses, mantienen un interés en producir proyectos independientes y parecen necesitados de que se les acepte como figuras de relieve intelectual. Aquí han aceptado unos papeles nada glamorosos, aparentemente nada exigentes, pero que requieren dominio del minimalismo (a pesar de los griticos histéricos de Bullock, que llegan a ser repetitivos) y de un dramatismo contenido, aunque se pasan la película enfundados en sus escafandras espaciales. Cuando muestran sus rostros y sus cuerpos, presentan una imagen ajada y poco atractiva. Ambos, particularmente Sandra Bullock, se echan la cinta sobre sus hombros.

Cuarón trabajó el guión con su hijo Jonás y aunque argumentalmente todo está muy bien desarrollado y resuelto, con exageraciones que se mantienen bien dentro de la supresión de la incredulidad, los diálogos son flojos. El defecto mayor que le encuentro al filme es que aunque uno se mantiene tenso y entretenido a lo largo de sus noventaiún minutos (una longitud poco usual para los filmes de hoy en día, que insisten en durar al menos dos horas), una vez que uno sale de la sala de proyección, se olvida inmediatamente de la película. No tiene efecto duradero, no lleva a la conversación o a la meditación.

Gravity (EEUU, 2013). Dirección: Alfonso Cuarón. Guión: Alfonso Cuarón y Jonás Cuarón. Dirección de fotografía: Emmanuel Lubezki. Con: George Clooney y Sandra Bullock. De estreno amplio en todo Estados Unidos y a punto de estrenarse en Europa, México y Argentina.


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