Encontrar el son del pueblo

Victor Manuel Ruiz Velázquez nació en Isabela, Puerto Rico, 1968. Gilberto Santa Rosa lo “descubre” en 1990 y, desde ese año, tenemos el placer de tener en los espacios de la música bailable afrocaribeña a Victor Manuelle, El Sonero de la Juventud. Voz de contralto (contratenor) que ha realizado duetos de tú a tú con figuras como Domingo Quiñones, Rey Ruiz, Eddie Santiago, Cheo Feliciano, Tito Allen e Issac Delgado en consumadas modulaciones que recorren registros medio-agudo, falsete y voz de pecho con la tesitura aguardentosa de los soneros cubanos (Benny Moré, Miguelito Cuní, Raúl Plana, Tito Gómez, Pablo Milanés...).

Improvisador con sentido preciso del tiempo, hizo que la Reina Celia Cruz se emocionara, casi hasta el llanto —meses antes de su muerte—, cuando soneó de manera sorpresiva sobre el montuno de “La vida es un carnaval”, dentro del homenaje (Miami, 2003), que rindieron Gilberto Santa Rosa, El Canario, Gloria Estefan, Marc Anthony, Albita, Luis Enrique y Tito Nieves, entre otros más, a la Guarachera de Cuba. Algunos de sus álbumes (Travesía, 2004; Decisión Unánime, 2006; Victor Manuelle Live at MadisonSquare Garden, 2007; Historia de un sonero, 2008; Yo mismo, 2009) se han convertido en referencia obligada de la música afrocaribeña en estos años iniciales del siglo XXI.

Ante el deterioro y propuestas esquemáticas de la salsa, el intérprete de “El perdedor” ha venido a refrescar los ancladeros de los ritmos afrocaribeños en un acertado rastreo por la tradición sonera cubana. Ha viajado por América Latina, Estados Unidos y Europa. Diecinueve fonogramas y más de 10 millones de copias vendidas. Bailadores de muchos países se contonean en los influjos de la cadencia de “Me dará el consentimiento”, “Yo no sé perdóname”, “Tengo ganas”, “He tratado”, “Amarte es” o “Dile a ella”.

Busco un pueblo, el más reciente trabajo del “Joven Distinguido en Música” del Senado de Puerto Rico, demostración de pujanzas rítmicas afrocaribeñas: mudanzas de los linderos de la salsa neoyorquina en propuesta que transita por los legados de Colon/Blades, orquestas cubanas de los 50/60 (Riverside, Rumbavana, Pacho Alonso...) y retumbos timberos. “Quiero llevar un mensaje de unidad y superación a todos los latinos en este nuevo álbum”, ha comentado Victor Manuelle. Quince temas abordados bajo formato de congas, timbal, bongó, trompetas, trombones, sax barítono, contrabajo, bajo eléctrico, piano, teclados, tambores, campana, guitarras, batería y coro (Gilberto Santa Rosa, Domingo Quiñones, Luisito Carrión, Yanko Gómez...). Destaca la presencia del virtuoso percusionista venezolano Luisito Quintero.

Los arreglos de Harry Aponte, salpicados de armonías frescas, recrean pasajes del mariachi mexicano (“junto a TI”, “Amar de nuevo”) timba/hip hop/rap/reggaetón (“Ella lo que quiere es salsa”; featuring: Voltio, Jowell & Randy), son montuno, bachata/bolero y balada, los cuales manifiestan nuevas rutas del discurso salsero. Fonograma de cuidadosa pronunciación de la sección brass en equilibrado diálogo con las percusiones y tumbao montunero del piano (“Ella cambió mi vida”, “Amar de nuevo”). La pieza “Busco un pueblo” (Víctor Manuel Ruiz), que da título al álbum, franco tributo al veterano panameño Blades: armonizaciones, ataques de la sección brass, inflexiones vocales y mensaje del texto rinden distinción al intérprete de las Canciones del Solar de los Aburridos. Remate con varias versiones en baladas: sobresale el dueto con Marcos Yaroide en “Llegaste tú” (C. M. Agosto).

Exploración en las consonancias del son del pueblo, de la raigambre que identifica rondas de una alborozada cultura mestiza, hojarascas de compases que llegaron del África y se fusionaron con sonoridades europeas: Victor Manuelle pone en nuestras manos una placa emblemática de esos azares melódicos/rítmicos que ponen a bailar al más tieso de los mortales.

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