La guitarra filarmónica de Jimi Hendrix

Jimi Hendrix (Seattle, Washington, Estados Unidos, 27 de noviembre de 1942–Notting Hill, Londres, Inglaterra, 18 de septiembre de 1970): guitarrista, compositor y vocalista que con sólo cuatro años en los escenarios es, nadie lo pone en duda, el más influyente guitarrista en la crónica del rock. “Uno de los músicos más grandes de la historia” (Salón de la Fama del Rock and Roll). Después de escuchar “Who Knows” o “Machine Gun” o “Spanish Castle Magic”, miramos al cielo y le dispensamos su muerte alevosa de héroe fugaz a los 27 años. Su ‘Majestad de los efectos eléctricos’ (eco, distorsión, reverberación…) desplegados en altura e intensidad inusitadas. Jimi Hendrix: el blues y el flash.

Heredero de Charlie Christian bajo los reflejos de Little Richard, Hendrix toca desde su debut con los grandes: Solomon Burke, Wilson Pickett, Curtis Knight, B.B. King e Ike & Tina Turner. Pronto se convierte en el más grande guitarrista de los años 60 del siglo pasado. Técnica heterodoxa asimilada mientras escucha a Muddy Waters y Robert Johnson. Bob Dylan lo anima: el barrio Greenwich Village de Nueva York lo arropa. El bajista Chas Chandler lo introduce en los clubes de Londres donde consigue un éxito inmediato.

Creación del trio Jimi Hendrix Experiencie (Noël Redding, bajo eléctrico; Mitch Michell, batería): grabación de Are You Experiencied? (1967), Axis: Bold As Love (1967) y Electric Ladyland (1968): ‘fonogramas-concepto’ que renuevan el rock de aquella época y son provocadoras insinuaciones a los músicos de R & B. Conciertos en la capital inglesa (octubre de 1966 a mayo de 1967) que son programas litúrgicos en los que el excéntrico intérprete de “Bold as Love” improvisa en un estado de poseso.

Separación del trío en 1969: la vida de Hendrix es un caos por su afición descomedida a las drogas duras. Triunfo en grandes festivales (Monterrey, Woodstock, Wight). Banda of Gypsy (Buddy Miles, batería; Billy Cox, bajo): álbum Hendrix (1970, en directo). Acercamiento al jazz: participación en históricas jam-sessions con el organista Larry Young, el bajista David Holland, el guitarrista John McLaughlin y músicos de Art Ensemble. Traba amistad con el trompetista Miles Davis (quien lo compara con el sax John Coltrane), y con el director- arreglista Gil Evans, que le propone hacer un álbum que nunca se realiza por su muerte temprana, hace medio siglo, el 18 de septiembre de 1970, Sin embargo, Evans más tarde realiza orquestaciones de varios temas del guitarrista de Seattle.

Catálogo de discos póstumos (The Cry of Love, 1971; Loose Ends, 1974; Nine to the Universe, 1980; Radio One, 1988; Valley of Neptune, 2010; Both Sides of the Sky, 2018…): muestrario de las posibilidades filarmónicas del re-recording y los efectos expresivos (larsen, wah wah, reverberación, eco, distorsión…) de su guitarra eléctrica (la blanca Fender Stratocaster): nadie como él ha dominado todas esas posibilidades sonoras. Ahí están sus discípulos: Coryel, Santana, Abercrombie, Scofield, Zappa, Stern, McLaughlin, Clapton, Townshend, Bloomfield, Hammett, Satriani, Belew, Malmsteen… Nadie escapa de su influjo. No hay un guitarrista de jazz, blues, R & B, heavy, rock contemporáneo que no esté marcado por su estilo. “Verlo tocar me destrozó, me hizo sentir que a su lado, yo sólo sabía un par de acordes y dos o tres vulgares trucos”: Pete Townshend.

En La Habana, octubre de 1972, una perseguidora de la policía me detuvo en la esquina de 23 y 12, del barrio de El Vedado: yo llevaba una jaba con LPS de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Rolando Laserie, Benny Moré, Pacho Alonso, Orquesta Aragón y Axis: Bold As Love, de Jimi Hendrix. Discos que me confiscaron junto con todas mis pertenencias (llavero, 50 centavos en menudo, dos billetes de 5 pesos con el semblante de Maceo y 4 de un peso con la efigie de Martí, dos latas de carne rusa, media libra de arroz y dos libras de azúcar prieta) mientras me interrogaban en la estación de policías: me acusaban porque llevaba puesto una pitusa (jeans Live’s). Cuatro horas después me soltaron: devolvieron los enseres y los fonogramas incautados: faltaban los álbumes de Rolando Laserie y Jimi Hendrix, además de las dos latas de carne rusa.

Aquí estoy bajo la amenaza del aguacero. Escucho este otro temporal de conformes en piezas de nostalgias exaltadas que me regresan a los años 60/70. Quién no sucumbe ante el embrujo de “Power to Love”, “Machine Gun”, “Dolly Dagger”, “Ezy Ryder”, “Beginnings”, “Angel”, “Litle Miss Lover”, “Belly Button Window”… / “Tuvo la maldición del genio”, ha dicho Eric Clapton. El diálogo con su guitarra marcó su hechizante modo de hablarnos de su errabundo gesto de Astro man. “No hay que temer a la soledad / tú y yo, buscando la libertad. / ¿La historia de la vida?/ Más breve / que un guiño de ojo/ ¿La historia del amor?” escribió la víspera de su muerte el intérprete de “Message to Love”. Amén.

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