La humanidad en 88 minutos
No es necesario conocer Au hasard Balthazar para disfrutar EO, porque a pesar de basarse en ella, es una obra que se sostiene por sí misma
Los remakes son riesgosos, casi nunca salen bien. Mientras más importante es el filme que se quiere versionar, por lo general, más desastrosos son los resultados. La mímesis no funciona bien en el cine.
Jerzy Skolimowski es uno de los más destacados cineastas polacos. Ya era poeta, narrador y dramaturgo cuando en 1960 debutó en el cine escribiendo el guión de Hechiceros inocentes para Andrzej Wajda. Dos años más tarde escribiría los diálogos de Cuchillo en el agua, la obra con la cual Roman Polanski debutó como director de largometrajes y cinco años más tarde dirigió Le Départ, uno de sus filmes más significativos.
Skolimowski pasó gran parte de su vida exiliado. Vivió en Inglaterra, en Francia y en Estados Unidos, donde dirigió varios filmes entre los que se destacan Moonlighting, Essential Killing y The Lightship. También se divirtió tomando pequeños papeles en los cuales representaba casi siempre a un malvado de la antigua Europa socialista. Incluso tuvo un pequeño papel en Antes que anochezca, el filme basado en el libro de Reinaldo Arenas. Regresó a Polonia a hacer cine en el siglo que corre y su primera obra fue la excelente Cuatro noches con Ana (2008), a la cual siguió, siete años después, 11 minutes.
Ahora, a sus 84 años, se ha dado a la tarea de realizar EO, un filme basado en Au Hasard Balthazar, la obra maestra de Robert Bresson, uno de los mejores filmes de todos los tiempos. Una película maldita, vista por muy pocos, realizada en 1966, aplaudida por la crítica europea cuando se presentó en festivales, pero cuando se estrenó en Nueva York en 1970, coincidió con el estreno de El padrino y por falta de público fue retirada a los tres días. Despreciada por Ingmar Bergman y Pauline Kael, alabada por Andrew Sarris y Jean-Luc Godard, quien después de verla dijo que era “una muestra de la humanidad en hora y media”. Fue rescatada finalmente hace unos años por Martin Scorsese, quien organizó proyecciones en muchas ciudades de Estados Unidos.
EO, al igual que su antecesora, sigue las venturas, aventuras y desventuras de un burro y sus diferentes dueños (el título alude al sonido del rebuznar del burro). El animal comienza trabajando en un circo y su cuidadora lo trata bien, pero el circo es clausurado y de ahí pasa a ser utilizado como animal de carga, despreciado al lado de los caballos. Luego es adquirido por una organización educativa para llevar niños con problemas de desarrollo a paseos por el campo, pero sin querer se escapa y se pierde. Luego es recogido por un grupo de fanáticos del fútbol y así continúa una historia de maltratos de los cuales apenas sobrevive el burro. Hasta llegar a un final que es una de las secuencias más desgarradoras y conmovedoras del cine contemporáneo.
A través de las viñetas consecutivas vemos a los seres humanos y a la naturaleza en general, a través de los ojos del burro, animal manso, quien no sabe qué hacer con su libertad, confundido ante las contradicciones y aturdido por los movimientos que no entiende. Nos permite observar las miserias humanas, la grandeza de la naturaleza y además los rasgos hermosos de los seres humanos.
Los griegos utilizaron al burro para simbolizar ignorancia y falta de inteligencia, pero en la Biblia, el burro es el animal de la paz y el trabajo. Es el escogido por Cristo para entrar en Jerusalén porque es el medio de trabajo y transporte del pobre y para mostrar la humildad de Cristo. Fue el transporte de Dios en la tierra. Cervantes los utilizó con doble sentido en el Quijote. Es el animal de Sancho, nunca nombrado más allá que por su color y puede simbolizar lo mismo ignorancia que sentido común. Todas estas imágenes de manera sutil se usan alegóricamente en el filme, para a la vez crear un mapa humano de la Europa moderna.
EO, narrada no parece mucho, porque es puro cine. Hay que verla con atención para notar lo exquisitamente elaborado de cada encuadre y de cada secuencia. El poder visual de la excelente fotografía del polaco Michael Dymek, de quien hasta el momento no había visto yo nada. Los actores son como un coro que sirve para apoyar las reflexiones del burro. Skolimowski narra con cinismo, con ironía y a la vez con emotiva conmiseración. Es un drama sobrecogedor que no está narrado con elementos melodramáticos.
No es necesario conocer Au hasard Balthazar para disfrutar EO, porque a pesar de basarse en ella, es una obra que se sostiene por sí misma. Los referentes son aún más amplios que los que usó Bresson en su obra, que como Bresson era un católico devoto, está más premiada de religiosidad. EO tiene cierto humor negro, muy duro, que amplía la visión del director francés.
Skolimowski ha conseguido realizar una obra maestra en poco menos de hora y media. Es un filme que se queda con uno mucho después de los créditos finales.
EO (Polonia/Italia, 2022). Director: Jerzy Skolimowski. Guion: Ewa Piaskowska y Jerzy Skolimowski. Director de fotografía: Michael Dymek. Con: Tako (el burro principal) y sus dobles Marietta, Ettore, Ola, Rocco y Mela, Isabelle Huppert, Sandra Drzymalska, Lorenzo Zurzolo y Mateusz Kosciukiewicz. De estreno limitado en algunas ciudades selectas de Estados Unidos.
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