Actualizado: 18/04/2024 23:36
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La mafia volverá a La Habana

El cine cubano enrumba hacia una diversidad deseada por muchos y cuestionada por otros: Un nuevo proyecto de Pavel Giroud retrotrae al mundo de los cincuenta.

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Hoteles y casinos eran propiedad o tributaban dividendos a familias capitaneadas por Lansky o Trafficante, que conseguían de Batista el favor político y legal necesario para ser intocables y ponerse a salvo del acoso de las autoridades federales estadounidenses.

Omertá, cuyo guión fue premiado en la edición 27 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, supone una película muy diferente de La edad de la peseta, comunicadas entre sí, sin embargo, por una atmósfera común: los cincuenta.

Pavel Giroud defiende tal escenario: "La película habla de muchas cosas, del universo femenino, no sólo de aquellos años, sino actual. Es una mirada al pasado para explicar muchas cosas del presente".

' Mi único patrimonio es que sé lo que quiero'

Giroud se dió a conocer con Flash, la segunda historia de una trilogía inconexa que bajo el título Tres veces dos ganó el Zenith de Plata a la Mejor Ópera Prima en el 28 Festival des Films du Monde, en Montreal.

Ha dirigido materiales para HBO Family/SKYline Features; Universal Music y Casa de las Américas. Sus trabajos en el videoclip musical han sido premiados en la Isla por su rigor y, al mismo tiempo, desenfado estético.

Su trabajo en clips musicales —seductora fuente de ingresos según el artista a promover— no contaminó su visión de La edad de la peseta, "una película reposada en la que nunca estaba mirando el reloj".

Giroud supo del cine a través de Chaplin, Cantinflas , la comedia silente y, más tarde, por las llamadas comedietas cubanas de los ochenta. Nada de Tarkovsky o Wajda y noches en la cinemateca. Eso vino después.

En 2002 se entrega al mejor sueño de cualquier artista: una entidad independiente, en este caso la productora Guagua & Co. Films, de la que todavía se aguardan noticias.

Se confiesa un cineasta empírico. "No tengo una formación en cine ni en teatro. Mi único patrimonio es que sé lo que quiero".

Tal vez esa coherencia proviene del diseño industrial —donde se ponen a prueba la funcionalidad de las ideas—, una disciplina que también le prestó claridad en sus mensajes.

" La edad... es una película hecha por cubanos, en Cuba, con un conflicto absolutamente cubano y estoy retratando una verdad absolutamente cubana".

Así de rotundo es Pavel Giroud, cuya pasión inicial, la música, nunca pudo ser satisfecha. "Ha sido la gran frustración de mi vida".


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