La poesía de lo cotidiano

Kenneth Lonergan es un escritor y guionista que gusta de narrar con el ritmo, los detalles, el dramatismo y los desenlaces de la vida diaria tal y como se nos aparecen, pero sutilmente escarbando esa superficie. Posee una visión aguda para detectar lo poético en el andar cotidiano, el drama en lo que a muchos ocurre a diario y se toma con normalidad. Su ojo encuentra lo que pasamos por alto en nuestra rutina. Encuentra la complejidad que se esconde debajo de lo sencillo.

Nacido en Nueva York en 1962, Lonergan ha escrito y dirigido anteriormente You Can Count on Me (2000) y Margaret (2011), dos excelentes melodramas íntimos cuyas figuras centrales eran mujeres. Su talento no se limita a este tipo de cine minimalista, también ha escrito los guiones de las comedias Analyze This (1999) y su secuela Analyze That (2002), así como del filme de Scorsese Gangs of New York (2002), que le valió su segunda nominación al Oscar por mejor guion (la primera fue con You Can Count on Me). Pero ha logrado su mejor trabajo artístico con la recién estrenada Manchester by the Sea. Aquí ha combinado su visión de artista con su talento para narrar una historia aparentemente simple con sus habilidades como director, sin hacer concesiones y como nunca antes.

Lee Chandler trabaja como encargado de cuatro edificios en un barrio relativamente pobre de Boston. Lo vemos al principio en sus rutinas diarias, quitando la nieve, arreglando inodoros y discutiendo con algunos vecinos. Se nota que este no es su medio natural, algún acontecimiento en su vida lo ha lanzado aquí. En eso le llega la noticia de la muerte repentina de su hermano mayor y tiene que trasladarse de urgencia a Manchester by the Sea, un pequeño pueblo costero, que fue el lugar donde nació y creció.

Cuando comienza a hacerse cargo de los arreglos funerales, se entera que ha sido nombrado guardián de su sobrino de dieciséis años, quien se supone no ve a su madre hace muchos años, una alcohólica que abandonó a la familia. Es entonces que Chandler debe enfrentar el desafío de tomar en sus manos su propio destino, que había dejado de hacer una vez que perdió a su mujer y sus hijos. Es a base de flashbacks que vamos descubriendo la historia de Chandler, mientras que paralelamente se va desenvolviendo a ritmo pausado la trama actual. Pero el guion fluye bien entre el pasado y el presente.

Contado hasta aquí parece que existe una excesiva carga de tremendismo y de dramatismo exagerado en la trama, pero Lonergan la va desarrollando de una manera que todo sucede con naturalidad, incluso las sorpresas. Hay momentos de calma seductora que nos enfrenta a la posibilidad de que un huracán se desate de un momento a otro, pero todo va explotando de manera apacible, aunque desgarradora. Si algo tiene quizá criticable, es ese excesivo control que Lonergan ejerce sobre la trama.

Casey Affleck (Gone Baby Gone), siempre me ha parecido un actor espantoso. Toca una sola cuerda y de manera limitada. Todos sus personajes los actúa de la misma manera, con una total falta de expresión con una impavidez de eterno letargo. Tal parece que hace el mismo personaje en cada filme. Sin embargo, aquí, no sé si gracias al talento de Lonergan para dirigir a los actores, ha encontrado su papel perfecto y a pesar de que Chandler, por su mutismo y su impavidez, le viene como anillo al dedo, es hasta capaz de darle colorido dramático a esta figura introvertida. Encaja a la medida en su papel y lo hace con facilidad. Es su mejor actuación hasta el momento.

Como Patrick, el sobrino de Lee, Lucas Hedges (Moonrise Kingdom, The Grand Budapest Hotel) está impecable. Su papel es difícil, ya que el joven es también de temperamento reprimido y apariencia apacible, pero esconde una impulsividad a veces extrema. Al igual que su tío, son individuos acostumbrados a ocultar sus emociones. Este papel ya le ha valido premios de varias asociaciones de críticos de distintas ciudades americanas en incluso del National Board of Review. Todos merecidos.

El resto del elenco, mayormente en papeles de apoyo y con mucho menos tiempo en la pantalla, también cumplen sus funciones sin penas y con facilidad. Gretchen Mol y Michele Williams brillan en sus limitados papeles. Matthew Broderick hace una breve aparición en un rol que combina muy bien la comedia con el terror del bienestar cotidiano.

La fotografía de Jody Lee Lipes (Trainwreck) capta muy bien la belleza del lugar y el ambiente de las situaciones sin llegar al estilo de postal turística ni a oscuridades que conjuren presagios ominosos.

El filme ya ha sido nominado para cinco Globos de oro y es probable que acumule varias nominaciones a la hora de los premios de la academia. Este año el cine menor ha logrado llamar la atención de la crítica y la taquilla, algo muy saludable. Este filme se alinea con Moonlight y con Hell or High Water en ese sentido y entre estas tres y otros estrenos, consolidan un buen año para el cine independiente americano.

Manchester by the Sea (EEUU, 2016). Guion y dirección: Kenneth Lonergan. Director de fotografía: Jody Lee Lipes. Con: Casey Affleck, Lucas Hedges, Michele Williams y Gretchen Mol. De estreno amplio en todo Estados Unidos.

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