La soledad de Felicia
Maestro es un filme que se debe ver. Toca un tema interesante y explora una relación raras veces revelada
Leonard Bernstein fue uno de los músicos americanos más importantes del siglo veinte. Fue el primer director de orquesta sinfónica nacido en Estados Unidos, desde que en 1943, debido a una emergencia, dirigió la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Compuso música para cine, para teatro musical, así como sinfonías. Introdujo a Mahler, Sibelius y Aaron Copeland a las audiencias americanas y recibió numerosos premios por su obra que de tan extensos, no vale la pena ni enumerar. Fue además, un educador y, entre otras muchas cosas, fue lo que hoy en día se le llama un “activista social”, ya que se dedicó a promover causas de grupos minoritarios y derechos humanos. En 1970, Tom Wolfe escribió un artículo en el New York Magazine, titulado “That Party at Lenny’s” (“Aquella fiesta en casa de Lenny”), sobre una fiesta que Bernstein dio a un grupo de miembros de los Panteras Negras (la fiesta fue en 1966) y, con su tono sarcástico y burlándose de la pose de los millonarios con supuestas afinidades izquierdistas, acuñó el famoso término “Radical Chic”.
El filme Maestro, que dirige Bradley Cooper, es un recuento, a propósito incompleto, de la vida de Bernstein. No es una biografía, aunque muestra muchos momentos de la carrera del músico, en realidad se centra más bien en su relación con su esposa Felicia Montealegre, madre de sus tres hijos y que le soportó estoicamente todas sus infidelidades, que en la película, son muchas y exclusivamente de carácter homosexual.
La imagen de Bernstein que ofrece el filme es la de un genio egocéntrico y egoísta que se aprovecha del apoyo de su esposa para hacer con su vida lo que se le antoje. Es un retrato bastante llano y de pocos matices del músico. A medida que avanza el filme, la figura de Felicia cobra fuerza dramática, el personaje se hace más complejo y se convierte en la médula del argumento. El filme comienza y termina con Bernstein, en una entrevista, hablando de ella y de cómo la extraña.
Felicia Montealegre nació en San José, Costa Rica, en 1922. Su padre, Roy Elwood Cohn fue un ejecutivo americano que trabajaba en ese país para una compañía minera, su madre, Clemencia Cristina Montealegre era costarricense. A la edad de un año, la familia se mudó a Chile, donde Felicia estudió en una escuela católica francesa de monjas. A los 21 años, Felicia se mudó a Nueva York y tomó clases de piano con Claudio Arrau. Luego comenzó a hacer teatro. Fue en casa de Arrau donde conoció a Bernstein. Se convirtió al judaísmo antes de casarse con Bernstein. Aparte de su trabajo en Broadway, se destacó como actriz en varias series de televisión de los años cincuenta.
A partir de la década de los sesenta, comenzó su actividad en defensa de causas “sociales”. Participó en agrupaciones y protestas contra la guerra de Vietnam. Defendió la causa de los panteras negras y en la década de 1970, trabajó con Amnistía Internacional en defensa de los derechos humanos cuando el régimen de Pinochet. Murió en 1978 de cáncer.
Maestro se centra en la relación entre Bernstein y Montealegre, sus altas y sus muchas bajas, su afán por mantener la familia unida e incluso esconder a los hijos las proclividades homosexuales de Bernstein. Esa indagación en lo intricado de la relación, es lo más interesante del filme, ya que los datos sobre Bernstein son de sobra conocidos y no aporta nada nuevo.
Cooper dirige aceptablemente el filme con un estilo convencional, aunque ahorra melodramatismo. Escribió el guion junto con Josh Singer (Spotlight) y lo conduce bien, sin excesos, pero con falta de pasión artística, el filme se presenta como una buena pieza de orfebrería.
En su papel como Bernstein, no solamente se adaptó bien al físico del músico, incluyendo una nariz prostética, sino que captó bien los gestos de Bernstein durante sus presentaciones, pero en su caracterización más íntima, se queda en la superficie cuando Felicia no aparece en pantalla y, aun así, no pasa de algunos estereotipos.
Carey Mulligan está excelente en su papel como Felicia y es quien le da vida al filme. Es una actuación llena de matices y sutilezas y de cambios emocionales que van más allá de la presencia física. Este trabajo bien puede valerle un Oscar. En realidad, si Mulligan no estuviera en el filme, la obra no sería casi nada de lo que es.
La banda sonora es, por supuesto, excelente. Quiero añadir que Bernstein declaró que una estancia suya en Cuba en 1955, lo relajó y le inspiró a componer la música de West Side Story.
La fotografía de Matthew Libatique (Requiem for a Dream, Black Swan, Phone Booth) es muy buena. Gran parte de la película está filmada en blanco y negro y destaca en cada secuencia los detalles adecuados, haciendo perfectamente las transiciones al color.
Maestro es un filme que se debe ver. Toca un tema interesante y explora una relación raras veces revelada. No se eleva sobre su argumento y se queda un poco a medio camino, ya que su personaje central no resulta interesante.
Maestro (EEUU, 2023). Dirección: Bradley Cooper. Guion: Bradley Cooper y Josh Singer. Dirección de fotografía: Matthew Libatique. Con: Bradley Cooper, Carey Mulligan y Matt Bomer.
Disponible en la plataforma Netflix.
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