Los follajes latinos de Karadaglic

Guitarra: Pieza de seis cuerdas pulsadas (cordófono) que tiene su origen en el año 1000 a. C, cuando hititas y asirios crean el primer instrumento musical con mástil y cuerdas parecido a la lira. Muchos investigadores presuponen que el antecedente más directo de la guitarra actual es la Ud, que los árabes introducen en España y después toma el nombre de laúd. Compuesto de caja de madera, mástil, diapasón (trastero), boca central, cuerdas, trastes (permiten las notas), clavijas, puente y cejilla. Guitarra clásica, española o acústica. / Instrumento determinante en la sonoridad del blues, rock, son cubano, flamenco, son jarocho, tango, huapango, ranchera, bolero... / Descendientes: requinto, charango, tres cubano, guitarrón, cuatro, ukelele, banjo, cavaquinho, dobro, mandolina, balalaica, guitarra eléctrica... / Andrés Segovia (1893-1987) le da categoría clásica y la lleva a las grandes salas de música de concierto. / Instrumento noble que los músicos aprecian por sus cualidades sonoras y pródigas posibilidades armónicas y rítmicas: facilita los primeros bosquejos melódicos en la concepción de un discurso musical. / Reinhardt, Charlie Christian, Montgomery, John McLaughlin, Scofield, Satriani, B. B. King, Jimi Hendrix, John Williams, Carlos Santana, Leo Brouwer, Alirio Díaz, Narciso Yepes, Segovia, Antonio Lauro y Paco de Lucía, entre otros, son grandes virtuosos de este instrumento cosmopolita.

Latino (Grammophon, 2012), álbum de Miloš Karadaglic (Montenegro, 1983), guitarrista clásico graduado con honores en Royal Academy of Music de Londres a los 16 años: Premio Gramophone Artista Joven (2011) y nominado al Classic Brit Awards de 2012. Considerado por la crítica especializada como una de las grandes sorpresas de la guitarra clásica contemporánea, ha sido ovacionado en los festivales de Lucerna y Wigmare, y concertino de la Orquesta Filarmónica de Londres. Admirador de Albéniz y Tárrega, tiene un apego natural por el tango, la samba brasileña y el bolero cubano, huellas concurrentes en esta segunda producción.

Su primer fonograma, Mediterráneo (2011), vendió en pocas semanas más de 150.000 copias. Hoy es una grabación de obligada referencia para críticos y académicos, por las singulares proporciones armónicas que plasmó el guitarrista balcánico en las piezas interpretadas. Tárrega, Albéniz, Granados, Llobet, Domeniconi y Theodoraki, glosados con técnica directa, natural, sublime y quebrada desde pujas en las que los retumbos ibéricos se acoplan con reverberaciones turcas (Domeniconi) y griegas (Theodoraki) en integra y vinculada alocución. La concepción armónica-rítmica-melódica de “Capricho Árabe”, de Francisco Tárrega, y los cuatro movimientos de “Koyunbaba”, del italiano Carlo Domeniconi, delinean rutas y ajustes interpretativos muy personales.

Latino: Miloš explora Latinoamérica en composiciones de los argentinos Astor Piazzola (“Libertango”, “Oblivion”), Carlos Gardel (“Por una cabeza”), Jorge Morel (“Danza brasileira”) y Jorge Cardoso (“Milonga”); el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez (“La Cumparsita”); el paraguayo Agustín Barrios Mangoré (“El último Tremolo”, “Un sueño en la floresta”); los brasileños Isaías Sávio (“Batucada”) y Heitor Villa-Lobo (“Mazurka-Choro”, “Preludio No. 1”); el francés Roland Dyens (“Tango en skaï”); el mexicano Manuel Ponce (“Scherzino mexicano”, “Chanson Andante”); y los cubanos Leo Brouwer (“Un día de noviembre”) y Osvaldo Farré (“Quizás, quizás, quizás”).

“De pequeño escuchaba en mi casa de Montenegro música latina. Nací en el seno de una familia de músicos. Nunca olvido a mi padre cantando boleros cubanos acompañado de su guitarra. Aprendí mis primeros acordes en la guitarra con tangos de Gardel y boleros de Cuba. Por eso incluí en mi disco Latino la composición de Farré ‘Quizás, quizás, quizás’, una melodía que mi padre se sabía muy bien en la guitarra”, ha dicho Miloš.

Tango, bolero cubano, milonga, danza, batucada, mazurka, halos neorrománticos (Brouwer) y neoromanticismo impresionista (Ponce) en dieciséis temas expresados con certero oficio. Destacan las ejecuciones de “Quizás, quizás, quizás”, “La Cumparsita”, “El último Trémolo”, “Chanson” y “Libertango”: vigores y pulsaciones de un solista que abre nuevas vertientes a la guitarra de concierto. Miloš Karadaglic o la conjunción de Reinhardt, Bream y Di Meola.

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