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Palabras de presentación

Presentación de la novela Bitácora del silencio en la Feria del Libro de la ciudad de Palma, Mallorca, el 6 de junio de 2012

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Virgilio Piñera se refirió en un poema memorable a “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, algo que conocemos perfectamente todos los nacidos en las islas: el mar que nos aísla y nos comunica, que nos confina y nos arropa.

Esta novela, Bitácora del silencio, no solo ocurre en una isla, Cuba, sino que trata de cómo el poder puede convertir a un hombre en una isla rodeada por un océano de silencio. Una isla de silencio dentro de una isla de ruidos: consignas, discursos, himnos y congas marxistas, un género musical endémico.

Entre marzo y julio de 1980, Álvaro Cué, profesor de una universidad a 200 kilómetros de La Habana, queda condenado al silencio mientras se tramita su expulsión por razones ideológicas. El poder machista-leninista ha decidido “limpiar” las universidades: los gays tradicionales y los ideológicos no tendrán derecho al saber. Es entonces cuando claustro y alumnado reciben el diktat del Partido: so pena de excomunión, nadie le dirigirá la palabra y harán oídos sordos a las suyas. (El hombre invisible, pero sin sus ventajas).

Álvaro Cué descubre que, como afirmaba Nietzsche, “los hombres se miden por la cuota de soledad que puedan soportar”.

El protagonista es, en el fondo, un utopista que cree en la posibilidad de construir un mundo mejor con los materiales de una realidad que se empeña en contradecirlo. No es un moralista, ni un santurrón ni un ejemplo para las futuras generaciones. Con el mismo entusiasmo que ama a su mujer, se acuesta con sus alumnas. No cree en la virtud, pero sí en la “decencia”, esa palabra antigua que, según su abuela, en un mundo de héroes devaluados y santones de atrezzo, es el único atenuante de la condición humana.

Esta Bitácora, su diario, es una novela sobre la soledad, el silencio y el miedo, algo que, de una u otra forma, hemos padecido todos los humanos (salvo los impecablemente felices, y debo confesarles que no conozco a ninguno).

Justo durante estos meses de 1980 el miedo recorre las calles de la Isla. 125.000 cubanos huyen por el puerto del Mariel. En nombre de la virtud, el Gobierno ordena palizas, humillaciones y azuza odios de padre contra hijo y hermano contra hermano. El amigo de ayer es, por decreto, el enemigo de mañana.

Pero Álvaro se niega a ser una víctima. Intenta sobrevivir, porque se juega todo su futuro en un país donde hay un solo empleador y una sola ideología admisible. Se niega a aceptar mansamente su destino, y entonces, la violencia silenciosa se llena de ruidos.

Lejos de ser una novela trágica, Bitácora del silencio es una tragicomedia, o una comedia del absurdo plagada de situaciones disparatadas y grotescas. Cínico y escéptico, Álvaro hace honor a una isla donde la política y el sexo, la música y la irreverencia, que allí llaman choteo, son los engranajes que mueven la realidad. De ahí que destile a lo largo de estas páginas una ironía ácida que es su antídoto personal contra el miedo.

Ironía por partida doble, porque una serie de notas al margen escritas treinta años después por alguien cuya identidad sospechamos pero que nunca sabremos con certeza (y que yo no voy a revelar), nos descubren omisiones y subterfugios, e ironizan sobre la versión de sí mismo que intenta ofrecer el protagonista.

Asistimos a una metamorfosis de Álvaro, obligado a encontrarse consigo mismo, con lo mejor y con lo peor, a riesgo de comprender que él no es el hombre con quien preferiría compartir el resto de su vida.

La sociedad donde se creía hasta entonces ciudadano de pleno derecho le exige una cuota de simulación como pago por la supervivencia. Durante años le han repetido que él es el hombre nuevo y que su alta misión es construir la Historia. Ahora sabe que su destino es padecerla.

La novela Bitácora del silencio es la Primera residencia en la Tierra del protagonista, la primera de sus cuatro vidas que ya van engrosando una tetralogía en curso. Digo esto a modo de información (con un ligero toque de marketing). No querría que sonara como una amenaza a los lectores.

Muchas gracias.


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