Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Con ojos de lector

Polemiza, que algo queda (XII)

Una vez más, el papel y los límites de la crítica provocan un intercambio de opiniones, en este caso entre Jorge Domingo Cuadriello y Eliades Acosta.

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Cuadriello replica a Acosta

Tras responder a otros señalamientos del artículo de Cuadriello, Acosta vuelve a insistir en su desacuerdo con los críticos "poco generosos, incapaces de reconocer mérito alguno en una obra, como la criticada, fruto de largas horas entre carpetas de periódicos polvorientos". Finalmente, escribe que "lo que menos necesita Cuba en esta encrucijada de su devenir, es que los autores se conviertan en lobos de los autores, ni que el Leviatán de Hobbes asome su hocico por entre las páginas de los libros y revistas, presagiando una era de todos contra todos".

A su vez, Cuadriello contestó al artículo de Acosta. Su texto, El sol no se tapa con un dedo: Respuesta a Eliades Acosta Matos, apareció en el número 4 de Espacio, órgano de la Casa Laical de La Habana. Aclara que prefiere referirse a los argumentos de un modo esquemático, en el mismo orden en que éste los presenta. Señala a Acosta que saque a relucir otras fuentes citadas por el autor de Noticias de la República…, pero expresa que "ninguna de ellas logra sustituir y echar a un lado los esenciales títulos" mencionados por él. Rechaza asimismo la insinuación de que trata de exonerar de responsabilidad a las editoriales que publicaron los cuatro libros, y anota: "En el cuerpo del trabajo menciono por nombre a varios editores que no trabajan por cuenta propia, sino que responden a una editorial estatal, y les señalo sus yerros".

Acerca de la afirmación de Acosta de que en la bibliografía, además de La Discusión y Heraldo de Cuba, se citan La Lucha, El Mundo y El Fígaro, Cuadriello escribe que se tomó la molestia de contar todas las entradas: en total, 2.002. De ellas, veintiuna corresponden a El Fígaro, una sola a La Lucha y ninguna a El Mundo. De las restantes, más de mil remiten a La Discusión y varios centenares a Heraldo de Cuba. Sobre la estatua del Conde de Pozos Dulces, Acosta justifica las dos fechas argumentando de que una cosa es erigir (abril 18 de 1916) y otra develar (noviembre 27 de 1927). El razonamiento de Cuadriello es: "¿Estuvo entonces cubierta la estatua durante más de una década en espera de que la inaugurase Machado?".

Alude Cuadriello a su reparo de que en los acontecimientos notables se omite la fundación de organizaciones como la Federación Estudiantil Universitaria y la Federación Obrera de La Habana. Y agrega: "Para no reconocer la importancia de esas ausencias, Eliades Acosta se desvía del asunto y apela a las referencias más cercanas al mismo que fueron anotadas por Domínguez. Pero una cosa es pan y otra casabe". Sobre otra omisión, la del fallecimiento de la escritora Luisa Pérez de Zambrana, coincide con Acosta en que ese dato aparece en la página 183 del libro. Pero comenta que Acosta "calla que esa entrada no fue incluida en el Índice Onomástico", con lo cual "intenta hacer pasar como una pifia" suya lo que constituye otro defecto de Noticias de la República…

Se refiere después a las palabras con que Acosta le "reprocha con acritud" el haber "arremetido en público contra mujeres como Araceli García Carranza", cuyas obras, "puesta una sobre la otra", Cuadriello no podría saltar. Luego de asegurar que, pese a poseer unas largas extremidades, no está entre sus pretensiones emular con Javier Sotomayor, Cuadriello asegura que García Carranza le merece todo su respeto como bibliógrafa. "Desdichadamente, expresa, no me merece similar criterio su desempeño como coeditora de esta cronología. Y de eso se trataba, no de entrar a juzgar su producción bibliográfica". Asimismo y a propósito de las recriminaciones por comentar "la obra de un hombre que a los sesentinueve (sic) años publica por primera vez un libro", Cuadriello escribe: "¿Existe alguna ley o normativa que establezca la edad límite para que un autor pueda ser criticado? Hasta donde conozco, en el día de hoy (…) Julio Domínguez goza de buena salud, lo cual mucho me alegra, y no tengo información de que atraviese alguna situación penosa que haga inoportunas estas amonestaciones públicas".

Por último, Cuadriello admite que en El rigor intelectual no está normado ejerció "una crítica fuerte, severa, quizás implacable. No es frecuente entre nosotros, pero cuenta con algunos antecedentes". Uno de ellos, anota, es el belicoso artículo Un fogonazo contra Un fogonazo, que el propio Acosta escribió y publicó en abril de 1988, en el suplemento Perfil de Santiago (véase en esta misma sección mi trabajo Las perlas de su boca , junio 20 de 2004). Cuadriello cita algunos fragmentos del mismo, y expresa: "En su réplica Eliades Acosta consideraba que mi crítica no estaba en sintonía con el precepto martiano de que 'criticar es amar'. A juzgar por estos ejemplos, la suya tampoco".


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