Ser y circunstancia

En Broker, el filme más reciente de Hirokazu Kore-eda, una mujer deja a su bebé frente a una iglesia que tiene un “baby box” en donde se pueden depositar los niños para después ser vendidos en el mercado ilegal. Pero So-young, que así se llama la joven, no deposita al bebé en la caja señalada, sino que lo deja en el piso. Una policía que vigilaba la iglesia, la ve y recoge al niño y lo pone en la “caja”.

En la iglesia trabajan Dong-soo quien creció en un orfelinato, y Sang-hyeon, un hombre que tiene una lavandería y que les debe dinero a unos matones. Estos son el objetivo de la vigilancia de la policía y su compañera que se pasan el filme tras ellos, tratando de atraparlos en una transacción.

Dong-soo y Sang-hyeon no se consideran criminales, simplemente, a su modo de ver, rescatan niños abandonados y los venden a un precio “justo” a familias desesperadas por la lentitud del sistema oficial de adopciones. Se ven como unos negociantes que lucran mientras ayudan a la felicidad de otros.

Poco después, So-young regresa a la iglesia, algo arrepentida de haber dejado a su hijo y, titubeante, se suma a la cruzada de Dong-soo y Sang-hyeon para buscar una familia “buena” a quien venderle el bebé.

La trama se va desarrollando a través de diferentes ciudades mientras los personajes principales, en una desvencijada camioneta, van tratando de contactar diferentes familias que anuncian sus intenciones de adopción, mientras son perseguidos por los policías. En una visita al orfelinato donde creció Dong-soo, se les suma Hae-jin, un huérfano de 8 años fanatizado con el fútbol.

En medio de todo esto ocurre un crimen y los personajes continúan su viaje lleno de vicisitudes. Mientras van formando una suerte de familia, todos padecen de una gran soledad, que es su circunstancia y a medida que avanza el filme, sus relaciones se estrechan al combatir sus soledades.

Kore-eda se ha interesado mucho en su cine por las relaciones familiares que surgen entre familias consanguíneas y familias cuyas relaciones se establecen puramente a través de circunstancias sociales. Lo exploró en 2004 con Nobody Knows, donde, abandonados por la madre, una niña de unos doce años se tiene que hacer cargo de sus hermanos menores sin que nadie se entere que están solos. En Still Walking¡ (2008) y After the Storm (2016), analiza diferentes cataclismos familiares y luego en Shoplifters, que le valió la Palma de oro del Festival de Cannes de 2018, estudia la influencia de la llegada de una extraña a una familia de pobretones que, para aumentar sus ingresos, se dedican a robar.

En todos los casos, su mirada se centra en marginales que apenas reciben los beneficios de las sociedades en las cuales viven. Son seres que, por razones que no se analizan, no tienen oportunidades de subsistir dentro de las reglas establecidas.

Trabajando su propio guion, en Broker, que no es su mejor película, se las arregla para crear una mezcla de neorrealismo, con tonos de comedia y elementos de thriller. Peca a veces de ser demasiado buenista y cae un poco en el sentimentalismo, pero no por mucho tiempo. Rodó el filme en Corea del Sur con actores coreanos y hablada en coreano. Esta es la segunda vez que hace una cinta fuera de Japón, anteriormente realizó en Francia The Truth (2019), con Juliette Binoche y Catherine Deneuve en otro drama familiar. Estos dos últimos largometrajes realizados fuera de Japón, tienen menos fuerza que los que realizó en su país.

Las actuaciones son muy buenas. Song Kang-ho (Parasites) realiza con soltura su papel como Sang-hyeon, mientras Don-Wong gan (Peninsula) hace lo mismo en su papel de Dong-soo. Ambas son actuaciones minimalistas con toques de comedia. Ji-eun Lee como So-young se mueve bien entre la inocencia y el cinismo. Doona Bae (Cloud Atlas) en su papel de la desesperada detective principal utiliza muy bien un estilo a lo Buster Keaton, con pocas expresiones faciales que puedan hacernos adivinar sus emociones.

La fotografía del gran Hong Kyung-pyo (Parasite, Snowpiercer, Burning) mantiene una tonalidad de documental que funciona muy bien con las intenciones del director.

Kore-eda deja un final abierto a interpretaciones, sin ningún tipo de mensaje, con cierta compasión por todos sus personajes, pero sin necesariamente buscar la complicidad del espectador. Se centra en el estudio de la soledad y lo que son capaces las personas para enfrentarse a ella.

Broker (Corea del Sur/Japón, 2022). Guion y dirección: Hirokazu Kore-eda. Director de fotografía: Hong Kyung-pyo. Con: Song Kang-ho, Don-Wong gan, Ji-eun Lee y Donna Bae. De estreno limitado en todo Estados Unidos.

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