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Zurdos, Izquierda, Medicina

Zurdos, aunque no sean de izquierda

Las historias sobre zurdos y sus maleficios y desgracias son casi infinitas

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Hablemos de zurdos.

Multitud de estudios nos aseguran que aproximadamente el 10 % de la población mundial emplea preferentemente su mano izquierda para las actividades prácticas de la vida diaria, o dicho con más sencillez, millones y millones de personas que habitan el planeta tierra son zurdas (lefties) en un radio de uno en diez.

Esas cifras, ya lo sabemos, son un lugar común que casi todo el mundo maneja, pero… ¿Por qué no son los zurdos el 50 % y los diestros el otro 50 % de la población mundial? O, ¿qué diferencia a los zurdos, si es que hay diferencias, excepción hecha del empleo de la mano izquierda, claro, del otro 90 % que son derechos?

¿Y es verdad que hay más varones zurdos que mujeres? O, más llamativo e importante para los interesados en este asunto de las manos: ¿Son más inteligentes, o para decirlo de otra forma, son social, científica y artísticamente más descollantes las personas de la mano siniestra preferente?

Citemos, para darle un relieve personalizado a la pregunta, algunos de estos famosos «siniestros»: Aristóteles, Leonardo da Vinci, Miguel Angel Buonarroti, Napoleon Bonaparte, Wolfgang Amadeus Mozart, Paul McCartney y Ringo Starr, Mark Twain, David y Nelson Rockefeller, la Reina Victoria de Inglaterra, Henry Ford, Benjamin Franklin, Bill Gates, Winston Churchill, Cole Porter, David Letterman, El Príncipe Carlos de Inglaterra y su hijo William, Paul Simon, Simón Bolívar, H. G. Wells y Albert Einstein, por mencionar unos cuantos zurdos famosos como ejemplos al azar.

Más ilustrativo y más fácil de acotar aún. Por lo menos once presidentes norteamericanos fueron, o son, zurdos: Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, James A. Garfield, Herbert Hoover, Harry S. Truman, John F. Kennedy, Gerald Ford, Ronald Reagan (ambidiestro, pero nacido zurdo), George H. W. Bush, Bill Clinton y Barak Obama.

Solo ha habido, contando al último elegido, Donald Trump (que es diestro), 45 presidentes norteamericanos en los dos siglos y medio (aproximados) de vida como nación independiente de este país, y si entendemos que ser zurdo se consideraba una discapacidad antes del siglo XX (a Jefferson y a Lincoln no parecía molestarles el hecho), es razonable pensar que hubo algunos otros de este puñado de hombres poderosos con predominancia de la mano izquierda, aunque lo ocultaran a sus electores y colaboradores o la historia no haya recogido debidamente el dato. Por tanto, tenemos aquí una cifra estadística que es posible se acerque a un 25-30 % del total, si es que no algo más, lo que triplicaría el número promedio antes citado.

Ah, y aunque no fueron ni son —por suerte— presidentes norteamericanos, no olvidemos a los zurdos (siniestros, por supuesto que sí) Adolfo Hitler, Osama Bin Laden, Hugo Chávez y Vladimir Putin.

Interesante tema. Exploremos con algo más de profundidad entonces el asunto.

¿Por qué son tan pocos, es un decir, los zurdos, cuando lo esperado sería que fueran la mitad de la gente que vive en el planeta?

Pues los zurdos son tan pocos porque… seamos sinceros, la realidad es que no lo sabemos a ciencia cierta.

Explicaciones teóricas posibles sí tenemos unas cuantas:

  • Primero, como en casi todo, los genes: Se han detectado unos cuarenta genes relacionados, directa (los menos) o indirectamente con la asimetría corporal y la mano predominante; los dos más estudiados son el gen LRRTM1 y el PCSK6 (modificándolo se ha provocado «situs inverso» en embriones de ratones). Entre los grandes simios, con una genética relativamente afín, también hay zurdos y derechos, pero en diferentes proporciones a los humanos.
  • Relación con el lenguaje mediada por los hemisferios cerebrales (hipótesis de la predominancia del hemisferio izquierdo). Este aspecto, muy complicado desde el punto de vista neurofisiológico, es, junto con la genética, el más estudiado y debatido en este momento. Y lo es porque todos los cerebros humanos no se comportan de la misma forma ni distribuyen sus funciones en un marco anatómico idéntico.
  • Un incremento placentario, durante el período formativo del feto, de ciertas hormonas, sobre todo la testosterona. Esto, aunque no demostrado científicamente, explicaría, entre otras cosas, la predominancia masculina entre los zurdos.
  • La evolución Darwiniana y sus avatares. El desequilibrio evolutivo entre cooperación y competencia puede, a largo plazo, modificar ciertas aptitudes corporales, incluyendo, claro está, la predominancia de una mano u otra. El tema de las modificaciones evolutivas tiene complicadas derivaciones que van más allá de los límites de este trabajo, pero si debe quedar claro que, aunque se barajan diversas teorías, tampoco aquí hay certezas.
  • Otras causas, ninguna de ellas definitivamente probada: Cultura, geografía climatológica, demografía, microlesiones cerebrales (estrés del nacimiento) seguidas de alteraciones de las funciones corticales, incapacidades de la mano derecha (zurdos por obligación o contrariados) y varias más hasta llegar, en los últimos tiempos, a culpabilizar del incremento de los zurdos al abusivo empleo diagnóstico de la ultrasonografía durante el embarazo, lo que obviamente no explicaría el que hubiera zurdos mucho antes de la aparición de esta tecnología médica.

Detengámonos un instante en el fenómeno de la simetría, o asimetría, corporal. Todos sabemos que cada persona, en condiciones normales, tiene una mano predominante, pero no siempre nos detenemos a pensar que todos también tenemos un oído predominante (40 % izquierdo y 60 % derecho) y un ojo predominante (radio izquierdo de 3 a 10) que es el que controla, realmente, la visión estereoscópica. Y claro, el corazón está más del lado izquierdo que del derecho y el hígado está a la diestra y el bazo a la siniestra. Y del cerebro y sus asimetrías —división del trabajo entre el hemisferio izquierdo y el derecho— ni hablar. En dos palabras; el ser humano es asimétrico y el problema con la mano zurda estriba, únicamente, en la desproporción de uno a diez entre todas las personas.

Todo lo anteriormente expuesto nos da una idea de las dificultades para explicar un fenómeno común aparentemente tan sencillo, pero, como decía el naturalista —zurdo, claro que sí— Euell Gibbons: «así de enredadas son las ciencias de la vida».

¿Hay diferencias significativas entre los derechos y los zurdos?

Hagamos, antes de intentar contestar esa pregunta, un poco de historia. Hay pruebas paleontológicas muy sólidas de que los neandertales eran zurdos en un radio de uno en diez, lo mismo que nosotros, y tampoco en este caso sabemos el por qué. «Sinister» es la palabra latina para describir al zurdo, y al mismo tiempo significa confrontación, desgracia y otras muchas cosas malas. Los buenos están, y estarán, después del Juicio Final, «a la diestra de Dios Padre», los malos no estarán, ni tan siquiera a la siniestra. La palabra left viene del anglosajón lyft, que significa débil (weak). Aunque nos parezca increíble, en los primeros años del franquismo, en España (1939-1946) el comportarse como zurdo estaba prohibido, hecho que ha tarado a una generación completa de diestros «impuestos» o «contrariados». Para Cesare Lombroso —y eso que se le considera un tipo inteligente— la zurdera significaba una propensión casi segura al comportamiento delictivo.

En la China de hoy hay pocos zurdos —alrededor de un 2-3 % del total de la población, o sea, la pequeñez de unos 45 millones— porque el Gobierno impone, desde siempre, en las escuelas el uso de la mano derecha.

«Por la izquierda» es una manera, muy utilizada en Estados Unidos, entre otros países, de decir que algo es ilegal, mientras que derecho significa recto, legal, bien hecho. Lo mismo significa «sendero izquierdo» en chino y «obra zurda» entre los norte-europeos. Un zurdo de las dos manos es un individuo torpe y un bailarín con dos pies izquierdos, es un desastre. Entre nosotros, hoy mismo, mientras usted lee este artículo, dar la mano izquierda a otra persona no es de buen ver, y la razón viene de muy lejos: había que soltar el escudo para dar la mano izquierda, y el escudo, que se sostenía con la zurda, no se soltaba nunca.

Un chiste de zurdos: «Todos nacemos diestros, pero solo unos pocos, alrededor de un diez por ciento, consiguen superarlo».

Las historias sobre zurdos y sus maleficios y desgracias son casi infinitas —durante siglos se pensó que estaban poseídos por el demonio o por lo menos que tenían algún tipo de trato con Lucifer— pero después de los zurdos Alejandro el Grande, Julio César, Carlomagno, Alberto Durero, Rafael Sanzio, Van Gogh, Beethoven, Babe Ruth, los astronautas Buzz Aldrin y Wally Schirra, Ted Williams, Monica Seles, Lionel Messi, Lewis Carroll, Rafael Nadal (en realidad ambidiestro), Iker Casillas, Steven Spielberg, Benjamín Netanyahu, August Piccard, Jay Leno, Norman Schwarzkopf, Kurt Cobain, Pelé, Sandy Koufax, Marvin Hagler, Fernando Valenzuela, Jimi Hendrix, Oscar de la Hoya y Ayrton Senna; las cosas han ido cambiando para bien, tanto, que ahora parece ser que algunas veces se sobrevaloran.

¿Y las diferencias?

Se ha planteado que los zurdos tienen cierta propensión a presentar algunas malformaciones congénitas y determinadas enfermedades mentales (esquizofrenia y autismo entre otras) en mayor cantidad que los diestros, pero eso no ha sido probado de una manera científicamente concluyente.

¿Pero, por fin, son los zurdos más inteligentes o no?

Hay ciertos indicios de que muchos de ellos tienen un cociente de inteligencia bastante elevado o, por lo menos, disfrutan de un grado satisfactorio de inteligencia emocional o alguna de las denominadas «inteligencias específicas» —sobre todo entre algunas especialidades como los informáticos, los músicos, las estrellas de cine y los deportistas— pero tampoco puede asegurarse definitivamente el hecho pues carecemos de estudios estadísticos verdaderamente científicos al respecto.

Sea cierto o no lo de las estrellas de cine, ahí están, para demostrar que algo hay, Charles Chaplin, Greta Garbo, Rock Hudson, Cary Grant, Judy Garland, Olivia de Haviland, Kim Novak, Joanne Woodward, Marylin Monroe, Steve McQueen, Shirley MacLaine, Jean Seberg, Anthony Perkins, Julia Roberts, Angelina Jolie, Nicole Kidman, Rod Steiger, Dan Aykroyd, Goldie Hawn, Hugh Jackman, Bruce Willis, Robert Redford, Scarlett Johansson, Emma Thompson, Robert de Niro, Whoopi Goldberg, Ryan O’Neal, Lisa Kudrow, Mickey Rourke, Matt Dillon, Sarah Jessica Parker, Richard Dreyfuss, Mark Hamil, Keanu Reeves (que dicen es también autista), Tom Cruise, Christian Slater, Rex Harrison, Diane Keaton… ¡Para, para, ni uno más! Nos detenemos aquí, porque la lista de actrices y actores zurdos, tanto del cine mudo como del hablado es, mi querido lector, increíblemente larga.

¿Y los malos, los criminales?

Criminales zurdos claro que los ha habido —Tiberio, John Dillinger, Jack el Destripador, el estrangulador de Boston (Henry de Salvo) y algunos otros especímenes que ya hemos mencionado antes— pero los diestros son muchos más, así que no se confíe de un diestro si viene con malas intenciones o lo mira feo.

En cuanto al sexo, sí, es cierto que hay más varones zurdos que hembras en una proporción aproximada de 13-14 a 7-8. Y sí, parece ser que estadísticamente los zurdos viven un poco menos que los diestros, quizás, pero no seguro, por la acumulación de pequeños problemas congénitos.

Bien, dejemos a un lado los problemas y las diferencias de los zurdos con los derechos y dediquemos un minuto a celebrar, que eso alegra la vida, sin importar si somos diestros o siniestros.

Y como tantos otros grupos humanos, los zurdos tienen su día de celebración: El 13 de agosto de cada año, y no me pregunte por qué pues no hay acuerdo en las razones para escoger esa fecha. Unos dicen que fue «La Organización Internacional de Personas Zurdas» (1975), que tiene su sede en la ciudad de Topeka, en Kansas, y otros cuentan que fue una organización de almaceneros londinenses los que escogieron la fecha en 1976.

Como ve, cuando se habla de zurdos ni en eso hay acuerdo.

Pero mire que cosa más interesante esta…

Aunque no tiene nada que ver, el 13 de agosto es la fecha de nacimiento del recientemente fallecido dictador cubano Fidel Castro, un zurdo (¿lo era de verdad?, las opiniones difieren) de armas tomar.

De ser cierto que era zurdo, ese zurdo absurdo era un ZURDO ZURDO.


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