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Boxeo

Con bombos y platillos

Tres pugilistas cubanos que abandonaron un entrenamiento del equipo nacional en Venezuela se preparan para debutar como profesionales en Estados Unidos.

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Durante el Torneo Giraldo Córdova Cardín, efectuado en julio de 1984 en Sancti Spíritus, conversé con Eligio Sardiñas, el extraordinario Kid Chocolate, en el hogar del también ex boxeador Orlando Cepeda, Charolito Espirituano. Previamente, había solicitado al fallecido cronista de boxeo Manolo Cabalé, a quien conocía de otros eventos pugilísticos, que me presentara al Kid en un lugar no oficial para poder hablar libremente. La casa de Charolito fue el lugar escogido.

El ex monarca mundial de las 130 libras asistía como invitado principal al Cardín, evento boxístico que se desarrolla todos los años en diferentes ciudades de la Isla. Más que una entrevista, la presencia del antaño fabuloso peleador se convirtió en una conversación amena, que giró en torno a las diferencias notables entre el boxeo amateur y el profesional.

"No es lo mismo pelear de 3 a 5 rounds con guantes grandes, reglas especiales y árbitros que detienen el combate por cualquier cosa. En el boxeo profesional se te presentan rivales de todo tipo, hombres con un burujón de años de experiencia, con guantes pequeños, vendajes con esparadrapo alrededor en los puños y mil artimañas, durante 10 ó 12 asaltos", expresó Yiyi, quien por ese tiempo todavía tenía la mente clara aunque su voz era apagada.

"Mira chico, a decir verdad, el boxeo amateur produce muchas medallas pero poco dinero, y sin la plata no eres nadie… Además, a mi me produce sueño", dijo Kid Chocolate entre risas desmesuradas de los presentes y la aprobación de Charolito —campeón nacional de las 147 y las 160 libras en la década de los años cincuenta—. Este último, de poco hablar, había hecho un alto por la visita. Cuando llegamos, cambiaba unos tacones desgastados de un par de zapatos viejos, porque para mejorar su bolsillo se ganaba la vida también como zapatero remendón en la sala de su casa.

Tres campeones olímpicos

Recordé este episodio al conocer que tres boxeadores cubanos, monarcas olímpicos, cansados ya de obtener infinidad de medallas y muy poco dinero, fueron recibidos en Miami con bombos y platillos. Los tres abandonaron un entrenamiento del equipo nacional en Venezuela, luego pasaron a Colombia y ahora esperan debutar como profesionales en este país —según informó la prensa local—, para posteriormente trasladarse hasta Hamburgo, Alemania, donde quieren radicarse.

Odlanier Solís (más de 91 kilogramos), de 26 años, firmó contrato con la empresa Alemana First Artist, mientras que el guantanamero Yuriorkis Gamboa (57 kg.), de 25 años, y el habanero Yan Bartelemí (48 kg.), estamparon sus rúbricas con la también germana Arena Box.

Cuando decidieron abandonar el equipo, se preparaban junto a Mario Kindelán y Guillermo Rigondeaux, entre otros famosos pugilistas, con vistas a los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, a celebrarse en julio de este año, el Mundial de Moscú de septiembre venidero y las clasificatorias para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.


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