El triunfo de Contreras
El serpentinero de Pinar del Río fue el único representante del contingente cubano en el Juego de las Estrellas.
José Ariel Contreras no vio acción en el recién concluido Juego de las Estrellas, pero eso no fue motivo de preocupación para el cubano, que ganó su primer viaje a la cita de mediados de campaña.
En el parque PNC de Pittsburgh, Contreras compartió con la crema y nata de las Grandes Ligas y fue el único representante del magro contingente cubano, tal y como lo había hecho un año antes Liván Hernández.
En un principio, el manager venezolano Ozzie Guillén había planeado darle la primera bola al pinareño, pero Contreras venía de hacer 114 envíos en un choque maratónico —19 entradas— contra los Medias Rojas de Boston.
Guillén consideró que pedirle a Contreras que subiera al box con apenas dos días de diferencia y luego de tanto trabajo, podría afectar la actuación del cubano para el comienzo de la segunda mitad de la campaña.
De todas maneras, a Contreras se le vio dentro del grupo de luminarias latinas, tras hacer el grado gracias a una primera mitad donde no conoció la sombra de la derrota y en la que hilvanó una cadena de siete victorias consecutivas.
El ex lanzador de Pinar del Río implantó una marca para los Medias Blancas con 17 éxitos en fila y es el pilar de Chicago para intentar repetir el título conquistado en octubre pasado.
La reunión familiar
Pero Contreras tiene una razón superior para sentirse feliz: su esposa Miriam espera el tercer fruto de su unión y su primer varón, quien se unirá a las dos niñas, Naylán y Nailenys.
Más allá de cualquier explicación sobre el triunfo de Contreras, nada es más claro que la reunión familiar, luego de dos años de separación durante los cuales el espigado serpentinero nunca pudo hallarse a gusto con los Yankees de Nueva York.
Desde que llegaran a Estados Unidos en junio de 2004 su esposa y las dos hijas, Contreras ha sido otro completamente, y su traspaso a los Medias Blancas constituyó el punto de viraje.
De otra forma no se explica que Contreras posea récord de 32-12 de julio de ese mismo año a la fecha y el propio lanzador es el primero en reconocer el profundo impacto de la cercanía de su familia.
"Antes de una salida, hablo con mi esposa, almorzamos juntos, como una familia", comentó Contreras durante el fin de semana estelar. "Antes de que ella llegara, hacía un mal envío y hablaba conmigo mismo, en plena soledad. Llevaba el trabajo a la casa, y ahora llego y hablo con mi esposa, pero dejo el trabajo en el estadio".
"Eso es una gran diferencia", concluyó Contreras.
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