Alemania contiene el aliento
El empate virtual entre Angela Merkel y Gerhard Schroeder: ¿Gran coalición, crisis de gobernabilidad o nuevos comicios?
Noche no apta para cardíacos en Alemania. Entre las 18 y 21 horas del pasado domingo 18 de septiembre, los alemanes de casi todos los pelajes ideológicos siguieron con el aliento cortado los altibajos de unos escrutinios preliminares que fueron rebanando rodaja a rodaja, como un pepino, la escasa ventaja inicial de los democratacristianos. Los socialdemócratas remataban así un repunte espectacular a partir de la controvertida moción de autocensura, cuando nadie daba un centavo por Schroeder. Al final, quedaron tendidos a un paso de la meta.
Para estupor de la nación entera, el desenlace del duelo entre el canciller federal socialdemócrata y su rival democratacristiana ha cerrado a un tris de un empate virtual, que deja en manos de la clase política el futuro de Alemania. Y es que, como el oráculo de Delfos en la antigua dramaturgia griega, el soberano acaba de emitir un vaticinio ambiguo que cada partido interpreta a su manera.
La causa profunda de la vacilación del electorado hay que buscarla en el hecho de que, a pesar de sus crecientes lamentos, los alemanes aún están lejos de haber tocado fondo en su lenta decadencia económica e institucional. Aún se vive por encima de la media europea en este país. No obstante, errático o no, no se puede tumbar al pueblo en una democracia. Por ende, aunque con las botas puestas, ha caído Schroeder.
He aquí en por cientos cómo votaron cerca de 48 millones de teutones, de unos 62 en edad de hacerlo: Partido Democratacristiano y Unión Social Cristiana [CDU/CSU: 35,2 (-3,3 con respecto a las elecciones de 2002)]; Partido Socialdemócrata [SPD: 34,3 (-4,2)]; Partido Liberal [FDP: 9,8]; La Izquierda: 8,7; Alianza 90/Los Verdes: 8,1; otros partidos en conjunto 3,8. Por tanto, la distribución de escaños en el nuevo Bundestag (Cámara Baja) quedaría como sigue: la CDU-CSU 225, SPD 222, FDP (liberal demócratas) 61, La Izquierda 54 y Alianza 90/Los Verdes 51.
La victoria de todos
La noche electoral ambos candidatos (y todos los partidos) se proclamaron vencedores. Angela Merkel con más propiedad, visto que sus democratacristianos les han sacado 9 décimas de ventaja a los electrizantes finalistas del SPD. La bravata del canciller —quien hacia las 21:30 (fue el último líder en reaparecer), no contento con autoproclamarse vencedor con el mismo discurso triunfalista ensayado para la victoria, declaró sin ambages que no habría gran coalición sin él como canciller—, tiene su fundamento: esa ínfima ventaja de la Merkel aún podría esfumarse, casi en dependencia de cómo vote la circunscripción 160 de... ¡Dresde!
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