Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Irak

¿Asesinato o ejecución?

Los regímenes que tradicionalmente fusilan a sus opositores abren fuego contra el ahorcamiento de Sadam Husein.

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La ejecución del ex presidente iraquí Sadam Husein, deseada por muchos y temida por otros, abre un nuevo capítulo de incertidumbre e inestabilidad en Irak, mientras que las reacciones internacionales van desde los que condenan por principio la pena de muerte, y no la aplican en sus países, hasta los que fusilan a opositores y ahora consideran la ejecución "un asesinato".

En estos momentos Irak es un país desangrado por una guerra civil, anunciada desde que en abril de 2003 fuera depuesto el feroz dictador. A muchos allí le inquieta una pregunta: "¿Qué nos espera una vez que se desinfle el estallido de felicidad que ahora entusiasma a chiíes y kurdos, principales víctimas del tirano?".

El diputado socialista portugués José Lamego estuvo más de siete meses en Irak para ayudar en la elaboración de una nueva Constitución. Lamego dijo a Encuentro en la Red: "Desde hace muchos meses, Irak vive una etapa que se puede calificar de guerra civil de baja o mediana intensidad entre milicias chiíes y suníes. La lucha se concentra más en este aspecto del enfrentamiento entre ambas comunidades y menos en 'la batalla contra los ocupantes', que es lo que tratan de alentar los extremistas islámicos".

Las estadísticas que publicó el gobierno iraquí el pasado 2 de enero muestran el resultado del conflicto civil. En 2006, las víctimas mortales se situaron en 16.245 personas, de ellas más de 12.000 son civiles y el resto miembros de las fuerzas de seguridad y de grupos insurgentes.

Todos los días la policía iraquí tiene el macabro trabajo de recoger decenas de cadáveres en diferentes barrios de Bagdad, casi todos con impactos de bala, pero con muestras evidentes de antes haber sido torturados.

Según añadió Lamego a Encuentro en la Red, ahora se está pagando "por muchos errores cometidos por las fuerzas de la coalición que derrocaron a Husein, entre ellos la disolución total del Ejército, cuando lo que se debió hacer era proceder a una depuración en las fuerzas armadas para que sirvieran como factor de estabilidad en la nueva etapa".

Icono peligroso

Aunque la fecha y la hora de la ejecución —al alba de la fiesta del Sacrificio "Aid al Adha", la más importante del calendario musulmán— podría pensarse que fueron elegidas con tino para amainar las reacciones, se antoja difícil que la figura de Sadam no se convierta en un icono de la lucha para los suníes iraquíes.

Venerado por muchos en vida, su muerte, y, sobre todo, la manera en que se produjo —ahorcado tras un dudoso juicio— puede transformarle en un símbolo poderoso para azuzar, aún más si cabe, el odio suní y la guerra civil.


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