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China

Tigre despierto, zarpazo seguro

Un recorrido por el gigante asiático, su historia reciente y el papel hegemónico del partido comunista chino.

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Parte de la mitología fundacional del PCCh, redactada más tarde y apoyada en infundiosas relecturas de la historia china, data de este período. Así, por ejemplo, la versión de la célebre Gran Marcha hacia el Norte, que el PCCh ofrecerá luego como un cuento de hadas en el que se presenta como salvador del interés nacional contra el ocupante japonés. Habla de una victoria que nunca ocurrió en realidad y oculta el fracaso real de esta operación, en la que el PCCh lo que intentaba era romper el cerco que le había tendido el gobierno republicano tratando de encontrar una salida hacia la Mongolia exterior y la Unión Soviética.

En realidad, los territorios por los que avanzaron las fuerzas del PCCh en su huida correspondían a las regiones de Shanxi y de Suiyuan en las que no había tropa japonesa alguna.

Al final de la guerrilla que oponía al KMT y al PCCh, en el período de 1927 a 1936, la población de la provincia de Juangxi, por ejemplo, había mermado de veinte a diez millones de habitantes.

Cambio de estrategia del PCCh

Ante la imposibilidad de alcanzar el poder desde el ámbito rural, el PCCh entendió la necesidad de minar una vez más las bases del gobierno republicano desde su interior para poder desplegar sus ambiciones de poder.

En 1936, dos generales del Kuomintang (en realidad infiltrados del PCCh) raptan a Chiang Kai-shek durante una estancia de éste en Xian. Aunque el objetivo inicial de esta operación era el asesinato del líder político nacionalista, el PCCh tuvo que obedecer a las órdenes de Stalin, quien temiendo las represalias de Japón contra la Unión Soviética prefirió la liberación del líder del KMT. El PCCh aprovechó la circunstancia de este rapto para negociar una nueva alianza con el gobierno republicano y volver a introducirse en los círculos de poder.

Fortalecido por su nueva "alianza" con el poder republicano, el PCCh, cuya fuerza militar no excedía los 70.000 hombres, debía hacer frente común junto al KMT en la guerra de 1937 contra el ocupante japonés. El invasor controlaba, desde 1931, parte de la China septentrional, desde la ciudad hasta extensos territorios alrededor. Durante todo este tiempo el PCCh incitaba a la población china de los territorios que todavía permanecían bajo el control del KMT a rebelarse contra el mismo, sin tomar en consideración el interés nacional.

Por supuesto, los manuales de historia redactados por el PCCh una vez en el poder explican cómo fueron las fuerzas de este Partido las que condujeron al pueblo chino a la gran victoria contra los japoneses. En China todo el mundo sabía (y luego todo el mundo olvidó), que las fuerzas del PCCh, alejadas de las líneas de combate, se nutrieron más bien de los desertores, para poder así aumentar su insuficiente poder militar.

Las bases de la política futura del PCCh fueron establecidas, a modo experimental, al final de este conflicto. Sus fuerzas, dominantes en la provincia de Yanán, incorporaron inmediatamente a la juventud patriótica de esta región bajo el pretexto de crear un frente único antinipón. La región de Yanán se convirtió así en el bastión revolucionario según la propaganda oficial del PCCh, dicho en otros términos, en la provincia cuna de la futura Revolución comunista.

Lo que nunca aclaran las versiones reescritas del PCCh es que en ese mismo instante el PCCh declaró las primeras depuraciones ("campaña de rectificación") para eliminar dentro de sus mismas filas a los elementos pequeñoburgueses que inicialmente había incorporado por necesidad.

La rectificación exigía de cada miembro un currículo autobiográfico (bajo presión de represalias si ocultaban la verdad) en que quedaban recogidos los detalles más insignificantes de cada individuo, las relaciones sociales, familiares y la transformación ideológica del miembro acompañada de una valoración final o "visto bueno" oficial. Yanán se convirtió así en el laboratorio de la política que aplicaría el PCCh cuando alcanzara el poder.

La guerra civil y el triunfo del PCCh

Después de la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 hasta la instauración del régimen comunista de la República Popular China, el 1 de octubre de 1949, el PCCh lanzó la llamada "guerra de liberación" para derrocar el gobierno del KMT. Durante este período alianzas y acuerdos con los Soviets fueron conformando la política interna y exterior del régimen. Los dirigentes de otras "fuerzas democráticas de liberación" (Zhang Bojun y Luo Lonji, por ejemplo) fueron utilizados y luego acusados de derechistas, para intimidar e impedir que cualquier facción que no plegara incondicionalmente al presupuesto ideológico del PCCh pudiese sobrevivir.

Tal vez el mejor ejemplo de la eficacia de la poderosa maquinaria del PCCh en este momento es el remedo de memorias que bajo el título de La primera mitad de mi vida publicara, bajo el consentimiento del Partido, Pu Yi (1906-1967), el último emperador de China. Entregado a los comunistas en 1950, Pu Yi fue encarcelado hasta 1959 en Shenyang, fecha en que Mao Zedong le ofrece la amnistía.

Sus "memorias" han sido y son uno de los libros utilizados por el PCCh para mostrar el éxito de la política regeneradora aplicada sobre individuos con prejuicios burgueses. ¿Qué mejor arma para explicar la bondad y eficacia de esta política que un libro escrito por la persona de más alto rango social en toda la China del siglo XX?