Actualizado: 18/04/2024 23:36
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CON OJOS DE LECTOR

Timbiando en Miami

La arrolladora irrupción del grupo Tiempo Libre ha significado una saludable infusión de energía y creatividad para nuestra música popular.

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Pues sí, señor. A pesar de la avasalladora invasión del reggaetón y el hip-hop, en Miami se hace timba. Y lo más importante, de muy buena calidad. Su buque insignia es Tiempo Libre, un grupo integrado por artistas jóvenes que en apenas cinco años se ha convertido en una referencia obligada en el panorama contemporáneo de la música popular cubana.

Tiempo Libre es la materialización de un sueño que compartían siete jóvenes que eran amigos desde que vivían en la Isla. Casi todos habían cursado estudios de música (Escuela Nacional de Arte, Instituto Superior de Arte) y contaban con experiencias profesionales en agrupaciones como NG La Banda y con artistas como Bobby Carcasés, Isaac Delgado, Beatriz Márquez y Manolín, el Médico de la Salsa. En distintas fechas fueron llegando a Estados Unidos, donde trabajaron como instrumentistas con Albita, Cachao, Willy Chirino, Xiomara Laugart y DLG. Eso les permitía ganarse la vida sin abandonar su profesión, pero al mismo tiempo comenzaron a concebir el proyecto de formar un grupo con el que pudieran dedicarse por completo a la música que realmente querían crear. Se reunían en los ratos que les dejaban libres las presentaciones y grabaciones, y por eso a la hora de escoger un nombre optaron por ese por el cual hoy se les conoce. "Lo curioso es que ahora no tenemos tiempo libre", ha comentado Jorge Gómez (La Habana, 1971), el director del colectivo.

Cuando expresaron su intención de dedicarse a la timba, muchos en Miami los tildaron de locos. Fuera de Cuba existían muy pocos grupos especializados en esa manifestación de nuestra música bailable, y ninguno había conseguido pegar. Los jóvenes artistas, sin embargo, no se desanimaron ni cambiaron de idea. Cito de nuevo a Gómez: "Nosotros crecimos con la timba. Es nuestra alma y nuestro corazón. Así que yo me dije: ¿por qué no?". Y acerca de que fuera de la Isla no puede crearse timba, expresa: "Yo siempre uso la analogía del tomate. Si tú siembras tomate en tierra cubana, va a saber diferente que si lo siembras en Miami o en Los Ángeles, pero al final de todo, es un tomate. En Tiempo Libre, somos timberos. Nosotros escuchamos la timba, la tocamos, la bailamos, la vivimos. Pero ahora somos cubanos que vivimos en los Estados Unidos. Estamos absorbiendo toda la tradición musical, los elementos esenciales que se encuentran en este país, que son diferentes a los que puedes encontrar en Cuba. Todo se basa en tener raíces profundas y estar dispuesto a recibir nuevas experiencias y crecer".

En el garaje de la casa de un amigo lograron grabar con recursos propios un compacto, Timbiando (Tiempo Libre Productions, Miami, 2004), que nunca fue comercializado, pero que fue importante para decidir el futuro del colectivo. En el año 2002 decidieron enviar un demo de aquel disco a Elizabeth Sobol, agente de IMG Artists. Cuentan ellos que literalmente tres días después de haberlo hecho los llamaron del Ravinia Festival, de Chicago. Estaban buscando una banda joven que abriera el concierto de Celia Cruz, y aquellas grabaciones les habían gustado. La actuación de Tiempo Libre ante 12 mil personas fue una verdadera sensación. Eso posibilitó que al año siguiente fueran invitados de nuevo, para servir de teloneros de Aretha Franklin, y esa vez tuvieron una audiencia de 20 mil personas.

A partir de entonces, Tiempo Libre ha tenido una trayectoria en ascenso. El éxito de las presentaciones en el Ravinia Festival se repitió en las giras realizadas por distintas ciudades de Estados Unidos, así como las actuaciones en el Heineken Jazz Festival (Tailandia) y el Java Jazz Festival (Indonesia), así como en Hong Kong, Malasia e Italia. Asimismo el año pasado firmaron contrato con Shanachie Entertainment, y gracias a ello han lanzado al mercado dos nuevos discos, Arroz con mango (2005) y What you've been waiting for/ Lo que esperabas (2006). Con el primero consiguieron una nominación en la pasada edición de los Premios Grammy, en la categoría de mejor álbum de salsa/ merengue. Aparte del trabajo artístico propiamente dicho, los integrantes del grupo se dedican a dirigir talleres y programas educativos en escuelas y universidades. Esa labor contempla clases de rumba y jazz latino, dirigidas a personas de todas las edades.

En su primer compacto, Tiempo Libre reunió siete temas que tenían el propósito evidente de servir de tarjeta de presentación, de anuncio de las potencialidades creativas que el grupo podía desplegar. Quisieron empezar con cautela y prudencia, y de manera inteligente optaron por ese buen medio para conectar por primera vez con el público que constituyen las versiones de números popularizados previamente por otros artistas.


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