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Actualizado: 08/05/2024 7:38

Brasil

La esperanza que nunca fue

La visita de Lula da Silva a Cuba no salvará las diferencias entre ambos gobiernos. No pasará de un encuentro entre viejos 'colegas'.


Felipe Pérez Roque lo definió el 24 de agosto último, al cierre de su más reciente visita a Brasil: "Hubiésemos querido avanzar en otras muchas áreas de cooperación". Para analistas políticos y la prensa especializada, la frase tradujo lo que cada día resulta más evidente: la decepción de las autoridades de la Isla por la gestión gubernamental del presidente Lula da Silva, en quien tenían enormes esperanzas para el fomento de una cooperación mucho más activa en economía, temas sociales y política exterior.

La principal diferencia con el régimen de La Habana comenzó con la defensa total por Lula de la tecnología que convierte alimentos en combustibles, que Fidel Castro calificó públicamente de "absurda y peligrosa para el futuro de la humanidad".

Sin embargo, más allá de esa profunda diferencia de concepto, la separación entre ambos gobiernos parece sentarse sobre bases mucho más importantes que una simple interpretación, sobre todo por la clara negativa de las instituciones políticas brasileñas a aprobar cualquier intercambio con la Isla.

Pirámide invertida

En 2003, Lula da Silva hizo su única visita presidencial a Cuba. Apenas habían transcurridos ocho meses de su triunfo en las elecciones y Castro lo recibía con abrazos en La Habana para la firma de importantes acuerdos de cooperación en diversos sectores socioeconómicos.

Por aquel entonces, un Castro erguido consideró inmejorable la estadía de su colega brasileño en la Isla y se mostró esperanzado con el inicio de una cooperación profunda, común y voluminosa en el sector económico.

Víctima de su debut gubernamental, Lula expresó emocionado: "¡Gracias Fidel, por existir!", una frase que se recuerda con risas, pero en su momento le buscó enemigos acérrimos entre importantes aliados de campaña.

Sin embargo, en su primer mandato presidencial, Lula no pudo aprovechar la mayoría senatorial de su partido para la implementación de las políticas de acercamiento a la Isla. Escandalosos sucesos de corrupción, que involucraron a sus principales aliados y colaboradores políticos, echaron por tierra diversas promesas hechas a La Habana.

En 2005, todo Brasil se sorprendió. La influyente revista Veja denunciaba que entre agosto y septiembre de 2002, el comité electoral de Lula había recibido tres millones de dólares desde la Isla. Tal denuncia no sólo comenzó a corroer la amplia confianza de importantes sectores sociales brasileños en el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), sino que la injerencia de La Habana en los destinos nacionales empezó a ser muy mal vista en poderosos sectores de la oposición. Después de los escándalos de corrupción en el PT, aquéllos comenzaron a ser mayoría en el Senado.

La denuncia podría definirse como el inicio de un distanciamiento entre el Palacio de Itamarati y las autoridades cubanas, aunque las más fuertes divergencias se dieron por el mencionado asunto de los biocombustibles. No obstante, quizás como nunca, la sociedad brasileña se ha pronunciado a favor de cambios profundos en la Isla y diversos sectores se oponen a una "oxigenación" económica desde Brasil.

Las acusaciones de Castro sobre el robo de deportistas, casi incriminando a las autoridades deportivas brasileñas, incidió de manera directa en un relevante distanciamiento social.

El anunciado y todavía extraoficial nuevo viaje de Lula a Cuba, este mes de noviembre, podría ser el marco esperado para limar las diferencias públicas que se han ido acumulando poco a poco. En su último número de octubre, Veja tildó de descabellada la idea de una nueva visita del presidente brasileño. Desde el punto de vista político y diplomático, marcaría el apoyo del gobierno federal a un régimen que encarcela a la oposición y limita todo tipo de libertades individuales.

Lula ha realizado dos visitas regionales, incluso a países cercanos, como México y República Dominicana, pero Cuba ha sido excluida. En caso de que se produjera ahora algún contacto, probablemente nada avanzaría en cuanto al incremento de la colaboración, lastrada aún más tras la negativa de La Habana a permitir que senadores brasileños se entrevistasen con los boxeadores cubanos que Brasil deportó en situaciones aún no del todo claras.

Negocios con Bush… ¿y Cuba?

El antiguo líder sindicalista ha decidido impulsar una cooperación sur-sur al estilo brasileño. Intercambio que, pese a algunas críticas, no incluye una disputa con los grandes centros del poder económico mundial, sino su inclusión y la colaboración.

El mandatario brasileño insiste en el desarrollo de una tecnología mundial para la superproducción de biocombustibles, alternativa para la gran crisis energética que ya golpea a la humanidad. Según Lula, la extensión de esta tecnología permitirá una mayor contribución para el desarrollo de los países del Tercer Mundo sin reservas de hidrocarburos y con difíciles coyunturas socioeconómicas.

Lula ha declarado públicamente ser amigo de Bush y ha asimilado correctamente el papel dado por este último a Brasil, como medida cautelar para aminorar el retrogrado impacto político en la región del presidente venezolano Hugo Chávez.

Los acuerdos económicos actuales entre EE UU y el gigante sudamericano han experimentado un notable crecimiento y, según cálculos conservadores, el récord del intercambio comercial que en 2006 llegó a 40.000 millones de dólares, podría romperse en 2007. Por el contrario, para la sociedad brasileña, incluso para los centros de investigaciones sociales y políticas, el acontecer cubano es calificado de deplorable.

El destacado politólogo brasileño Rafael Dolabella, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Federal de São Paulo, dijo a ENCUENTRO EN LA RED que "resulta lamentable que una nación como Cuba, un pueblo como el de Cuba, esté prendida de un presente sociopolítico que hace mucho tiempo debió ser pasado". Tan interesantes reflexiones parecen protagonizar los principales escenarios de la política brasileña, incluso en la estructura de los partidos otrora simpatizantes del régimen.

En otro sentido, la oficialidad cubana y su despliegue propagandístico han dejado de clamar por Lula y por la "esperanza" que supuestamente significó para convertir el continente en un "amador" de las ideas castristas.

En la práctica

Pese a que en la nota dada a conocer recientemente se deja claro que el objetivo de la presunta visita de Lula a Cuba sería incrementar los lazos de cooperación, poco de eso hay en la práctica. Para analistas políticos, apenas significaría un simple encuentro entre viejos "colegas".

Ni siquiera hoy es posible algo tan simple como la homologación del diploma de los brasileños graduados de Medicina en la Isla, y los convenios sobre salud y educación, que vinculaban la presencia de profesores y profesionales cubanos en Brasil, apenas han podido concretarse en unos escasos intercambios.

En el sector económico, la mayor colaboración se centra en la venta de productos tradicionales y vacunas contra la Hepatitis B, mientras Brasil exporta tecnología, azúcar y carne bovina.

© cubaencuentro

5 Comentarios


5 by chicho el cojo (Usuario no autenticado) 03/11/2007 10:50

tienes razón jones castro, por eso mismo en el próximo congreso del PCC voy a proponer que cambiemos de presidentes Cuba y Brasil, a Brasil se iría el Castro de turno (no creo que ya el coma-andante birano-saurio cagalitroso en jefe pueda) y ya verás cómo todos los problemas actuales de Brasil se resuelven; y Lula que venga a Cuba...sólo para variar...no sé qué pensarán los brasileños del cambio, pero te aseguro que a los cubanos nos va a encantar; ya yo estoy practicando mis pasillitos de samba y batucada y me compré mi camiseta del Barça con el número 10 detrás.....SÚMATE (¡qué palabrita se me ha ido!)...¿no te sumas?

4 by Elena la Coronela (Usuario no autenticado) 02/11/2007 18:30

¿Y que esperaba el canciller?, que la gente hiciera eco de los pensamientos intestinales de un demente con neuronas lunáticas. Por dios, el mundo funciona, Cuba todavia no.

3 by el observador (Usuario no autenticado) 02/11/2007 18:30

recientemente, mientras chávez prepara la constitución a su medida para renovar su mandato sin límite de tiempo, lula dijo que esos métodos servían para crear "dictadorzuelos", algo que no debe haber gustado mucho ni en Caracas ni en La Habana,,, como tampoco Castro no debe haber gustado de una declaración que hizo hace un tiempo atrás de que iría a La Habana para despedirse de Castro, cuando se decía que éste estaba al borde de la muerte,,, definitivamente, Lula anda por otros caminos y es la esperanza del equilibrio en un continente plagado de líderes populistas

2 by Jones Castro (Usuario no autenticado) 02/11/2007 18:30

Hace mucho que Lula dejó de ser la esperanza para los cubanos y para los propios brasileños, como uno de ellos, he visto como un presidente nacido en la región mas pobre de este país y con un pasado de sindicalista combativo en tiempos en que una dictadura militar apoyada por Estados Unidos y demás países capitalistas reprimia al pueblo y gobernaba este paíspara benefício de los más ricos se ha transformado en un politico igual a tantos otros, dispuesto a vender su alma para mantenerse en el poder, buscando apoyos económicos y políticos en sectores que antes combatia. Pero en Brasil todavia hay personas como Frei Betto, Emir Sader y tantos otros, que, pertenecen al Partido de los Trabajdores al igual que Lula y que siguen solidarios con la revolución cubana y en contra de los planes imperialistas de los vecinos del norte. Lula ha defraudad buena parte de la población brasileña pero los deseos de cambios profundos en un país potencialmente rico no lo apagan Lula y mucho menos la revista Veja que, lo sabemos todos aqui, ha caído en descrédito en los últimos años por ser ejemplo de lo peor del periodismo nacional.

1 by Jose Pedro (Usuario no autenticado) 02/11/2007 11:50

El titulo debia ser, en buena ley, la esperanza que desapareció.

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