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Educación, Constitución, Represión

Ministro de Educación Superior viola los derechos constitucionales

Una explicación sobre las razones por las cuales el ministro y la institución que dirige comenten violaciones

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Ana Elsa Velázquez Cobiella es ministra de Educación. Martha del Carmen Mesa Valenciano es viceministra del Ministerio de Educación Superior. Ambas violan los derechos constitucionales, como he analizado en anteriores artículos[1]. Tenemos muchos ministros y viceministros, comisarios políticos y culturales que violan la Constitución de la república con total impunidad. El presidente designado, ante el tema, hace “mutis por el foro”.

La estrategia real del presidente designado, no dicha, ha sido dar la orden a sus ministros y funcionarios públicos para que defiendan sus puestos y se responsabilicen con las líneas represivas del gobierno. Así, en el último momento en diciembre pasado, cuando entran en vigor los nuevos controles de la gestión privada, los funcionarios encargados del control, 22 entidades de dirección, eliminaron las medidas más aberrantes de los decretos contra la propiedad privada, es decir: aumentaron el número de sillas permitidas en los restaurantes y permitieron más de una licencia individual para la gestión privada.

De manera similar, frente al descontento y las represiones contra el decreto ley 349 y 373, pusieron a los comisarios culturales a explicarse. Lamentable estrategia que coloca a los funcionarios a mostrar sus desmesuradas incompetencias para explicar la represión de esta legislación y sus contradicciones con la Constitución cubana.

Frente al creciente descontento ciudadano con las políticas de discriminación política en las universidades cubanas, el ministro de Educación Superior José Ramón Saborido Loidi, explica en un programa televisivo del 16 de septiembre, bautizado por la población como la “Mesa Retonta”, que su ministerio continuará reprimiendo las discrepancias políticas de estudiantes y profesores en las Universidades cubanas: todos los discrepantes somos “mercenarios”. El ministro viola los derechos constitucionales siguientes:

De los Fundamentos políticos de la Constitución de la República, los artículos 1, 3, 7, 9, 10, y el articulo13 en sus incisos d y f.

De las Disposiciones generales de derechos, deberes y garantías constitucionales viola los artículos 40, 41, 42, 43,44 y 45. De los derechos, los artículos 46, 47, 48, 54, 55, 56, 61, 64,73. De los deberes el artículo 90. De las garantías constitucionales, el artículo 94 con todos sus incisos, el artículo 98 y 99.

Estrategia de dirección fallida

La estrategia del presidente es fallida porque en 60 años, no se ha expulsado a un solo funcionario público por descontento popular o incumplimiento de sus funciones. Las leyes del sistema no lo permiten y la unidad de poderes tampoco. Sin prensa libre los ciudadanos ni se enteran y los que tiene acceso a Internet se enteran y el gobierno no les hace caso. De manera tal, que parece una estrategia para desgastar a su propio gobierno, para no solucionar ningún problema y mantenernos en la crisis sistémica que padecemos. Bastaría una intervención pública del presidente designado exigiendo que ningún funcionario público viole los derechos constitucionales para que todos los funcionarios públicos retrocedieran en su afán de violar la nueva Constitución.

Los comisarios culturales eliminarían los decretos 349 violatorio de la libertad de creación artística, del 373, eliminarían todos los “narigones” estatales impuestos a los creadores audiovisuales de cine y televisión que no permiten la creación libre y sin discriminación política. Y, sobre todo, podríamos respirar de los imbéciles funcionarios culturales como Fernando Rojas que dictaminan quién es un creador y quién no, -sin ser el mismo un intelectual con “aval artístico”, no hay nada que nos diga el valor estético de este comisario cultural-, y se convierte en cómplice del secuestro con violencia, por más de 72 horas, del creador Luis Manuel Otero Alcántara, arrestado y golpeado de manera ilegal.

El profesor de la universidad de Matanzas, Harold Cárdenas, que dirige el blog la Joven Cuba publicó el 17 de septiembre en su blog “Mensaje al Ministro de Educación Superior” a continuación reproduzco el texto completo:

“Ayer usted se presentó en la Mesa Redonda en un contexto en el que su ministerio sufre fuertes acusaciones por discriminación a propósito de un texto de su Viceministra. Allí, simplificó las críticas utilizando el ejemplo de una profesora con vínculos en la oposición, mientras guardó silencio sobre profesores de marcada trayectoria revolucionaria que también han sido separados del cargo. Es lamentable que usted intente hacer pasar por opositores a todos los que han sido separados de las aulas, cuando sabe que no es así.

Manipuló la información, escogiendo a dedo los ejemplos que conviene mencionar al pueblo y los capítulos a mencionar en la Constitución, cuando otros fácilmente probarían su violación del Estado de Derecho Socialista. Los casos de abuso de poder como el del profesor René Fidel González en la Universidad de Oriente, militante del partido expulsado por la actual Viceministra, hacen más daño que una campaña externa. ¿Cómo explicar que un defensor del socialismo también sea expulsado? Imposible, mejor concentrarse en el enemigo y silenciar las contradicciones internas.

Sin dudas su presencia en la televisión, es un espaldarazo desde más arriba. Rechazo la postura contraproducente del alto funcionario que insiste en sostener un discurso y prácticas arcaicas en lugar de escuchar las críticas del pueblo, o que las ignora porque la oposición intenta utilizar el tema para avanzar su agenda. En política tal enquistamiento tiene un precio que se paga caro y en silencio.

Que un funcionario público califique a una persona de «mercenaria» sin que exista proceso judicial alguno y se salga con la suya, es ejemplo de la fragilidad de las instituciones y un estado de derecho que se aplica discrecionalmente. Yo no comparto la agenda opositora, nadie en mi familia lo ha hecho y no seré el primero, pero no guardo silencio cuando van por los derechos de otros. Ya sea una profesora opositora en La Habana, un revolucionario en Santiago o un anarquista en la luna. Los derechos no se negocian.

Vaya a explicarle a la hija pequeña de René Fidel por qué su padre no tiene trabajo desde que ella nació. Explique por qué usted firmó esa expulsión apoyando a la actual Viceministra en su rencilla personal contra el profesor. Persiga a los estudiantes que hoy arriesgan perder su carrera o el trabajo al firmar una carta de apoyo enfrentando lo que consideran una injusticia. ¿No fue eso lo que les enseñaron era decente y correcto?

Cuba tiene límites impuestos por condicionamientos externos y otros por dinámicas criollas a las que el Presidente se ha referido en el programa Mesa Redonda como «bloqueo interno». A menudo cuesta diferenciar uno del otro, pero ahora es evidente.

Si se tiene un compromiso real con el estado de derecho y las libertades ciudadanas en un modelo socialista, debería aclararse si el esquema propuesto sobre cómo debe ser un profesor universitario es producto del asedio externo y coyuntural (sí, lo sé) o es el modelo que proponen el gobierno y el Partido en Cuba para el futuro.

Quiero terminar siendo explícito en mi rechazo a cualquier forma de discriminación laboral o educacional sobre la base de preferencias políticas. Si se hizo una revolución en Cuba prometiendo eliminar los privilegios de unos pocos que podían acceder a la universidad, es trágico que 60 años después haya ministros justificando exclusiones con apoyo del gobierno y el Partido.

Una revolución debe ser mejor al sistema que le precede, o no lo es. En ese caso la conversación es otra”.

Se hace evidente que la consigna del presidente designado “Pensar como país” es imposible con el nivel de represión de su propio gobierno, no resuelve ningún problema, ni la continua violación de los derechos constitucionales. Exigir el respeto a la letra de los derechos constitucionales sería la mejor propuesta del presidente designado para salir de la jungla de la represión y el inmovilismo. El gobierno no tiene “plan”[2] de salida de la crisis sistémica de hace 30 años. Los ciudadanos tienen las respuestas y el gobierno no los escucha.

Marlene Azor Hernández es Consultora del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, con sede en Madrid. Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades por la UAM, México.


[1] Marlene Azor Hernández “Ministra y viceministra del MES violan derechos constitucionales” y “¿Para qué una nueva Constitución, para violarla?” en Cubaencuentro.com.

[2] Marlene Azor Hernández “El presidente designado ‘decreta’ la felicidad de la miseria y la represión.” en Cubaencuentro.com.