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Crónicas: El lenguaje del Tercer Éxodo. Crónicas alternativas

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La bandera thamacunesa es un cheque. Un billete de cien dólares americanos. La cabeza de un cerdo.

La hucha del puerquito.

El concepto de “banderas sucesivas” –o las definiciones y diseños de la enseña thamacunesa, disímiles e incesantes en su regeneración- engendró hacia finales de la década del sesenta del siglo XX, en Cuba Inglesa, lo que se conoce como “La Criptología de Thamacun”, o “El lenguaje del Tercer Éxodo”. Un idioma en clave que desarrollaría a marchas forzadas la inmigración cubanoinglesa y que contó, para su puesta a punto, con el concurso del escritor cubano Carlos Alberto Montaner, a quien el Consejo de los Consejos persiguió empedernidamente.

“Montaner puede desalmidonar las zonas aún no suficientemente relajadas de El Lenguaje –escribiría Mónica Medler en carta dirigida al educador Vicente Máximo, en 1968-. No sólo se trata de un hombre que conoció de cerca la barbarie comunista… sus habilidades lingüísticas también son de sobra conocidas”.

En 1975, junto a Máximo y varios de sus discípulos, el autor de Viaje al corazón de Cuba concibe las coordenadas finales de “El lenguaje del Tercer Éxodo”, una intricada mezcla de imágenes, símiles, metáforas, cifras y frases hechas pasadas por el agua de la asimilación cultural. “El Lenguaje”, como se le conoce actualmente entre los descendientes de Thamacun, era, es y será de una sincronía práctica pasmosa, imprescindible para preservar el Hecho Thamacun en los vericuetos de la Red de Redes.

“Ahora lo entiendo todo”, declaró el mismísimo Ronald Reagan cuando en 1977, tras ser iniciado en “La Criptología de Thamacun”, abandonó la edición del Consejo de los Consejos a la que había sido invitado.

“Hasta los boleros”.

Crónicas inversas: Una dictadura muy bien elaborada

un texto de Rosa La Gozadora

Hay datos que se ocultan sobre el islote, tal vez por intereses foráneos, y es la dictadura muy bien elaborada que existió en Thamacun a pesar de declararse un Estado con libertad.

En Thamacun estaba prohibida la gozadera y el meneíto, y es por eso que mi abuelo trató de crear un grupo a principios del siglo XX con la idea de ponerle sabor al islote y fue reprimido, teniendo que partir al exilio para la isla grande. A pesar de sufrir la represión en la isla grande, se alegraba de disfrutar del paticruzao y la coronilla mientras sus parientes quedaron bajo el imperio del té.

Hay que hablar claro Sr. Añel, la verdad sobre Thamacun es bien compleja.

Crónicas alternativas: A imagen y semejanza del individuo

un texto de José Julian Gómez

El concepto de gozadera de Rosa La Gozadora es tan limitado que el dictador la ha podido manipular con paticruzado. En Thamacun se goza pero no se es gregario, pues los derechos del individuo no se pueden supeditar sólo con goces alcohólicos. Es decir, yo decido cómo gozar, no la masa ni el dictador que trata de alienarme de la realidad para que no reclame mis derechos inalienables.

Por supuesto, la vecina Cuba es harta gregaria y, por tanto, fácil de manipular por los dictadores. Quien ignora la existencia de Thamacun es, sin duda, una víctima de la desinformación cubana. Thamacun es una realidad cuyo legado se expande por la red global cibernética. El celo de los habitantes de Thamacun con sus secretos no lo puede entender Rosa, pues en Cuba todo se ventila públicamente, como un acto suicida contra los límites de la privacidad.

Nuestra existencia como territorio independiente “en silencio ha tenido que ser, pues hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas”. Ese legado inglés nos ha servido para dar la buena nueva de que otra Cuba existe, en la que se goza no a imagen y semejanza del dictador de turno, sino a imagen y semejanza de sus individuos.

Crónicas alternativas: Los diarios de El Nuevo Mundo

un texto de Raúl Medida

He leído sobre el islote de Thamacun. El cronista Diego de Bilbao habla sobre sus habitantes en sus diarios de El Nuevo Mundo. Se refiere a ellos como alegres y a la vez laboriosos. Dice que nunca se les escuchaba enormes diatribas. “Un pueblo donde parecían alegrarse todos por el éxito ajeno”.

Extraña aseveración en estos escritos del siglo XIX. Felicito a quienes se han ocupado de ese rincón del mundo olvidado, tal vez por su excesiva paz, durante mucho tiempo.



Crónicas disidentes: Carta abierta de Heriberto Hernández

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Cuba Inglesa inaugura con la carta a continuación, cortesía del escritor Heriberto Hernández, una “sub-sección” anexa a las crónicas habituales, y hasta a las alternativas: Crónicas disidentes. El hecho de no haberla abierto antes –oficialmente, se entiende- nos parece una omisión imperdonable. Pero, ya se sabe, el lector suele ser benevolente. Los dejo con la primera edición. Gracias Heriberto:

Crónicas disidentes: Carta abierta a los lectores de Cuba Inglesa

un texto de Heriberto Hernández

El irrespeto esencial por la oposición es la característica fundamental de las dictaduras. En mi caso específico, sólo soy un librepensador que no simpatizo particularmente con el orden (si se le puede llamar así) establecido en este islote por una minoría, aprovechando sus conocimientos cibernéticos y su acceso a los medios electrónicos apropiados.

Manifiesto mis ideas e interpreto la realidad según mis criterios personales y lo hago público en ejercicio de los derechos que me asisten como ciudadano legítimo de esta sociedad. Por suerte, el acceso al ciberespacio se está haciendo más común y el porcentaje de thamacunences que pueden emitir sus opiniones es cada vez mayor. Si esto es preocupante para el actual status de este Reducto, tendrán que acostumbrarse a la existencia de una cada vez más discrepante y cuestionadora oposición.

En cuanto al recurso (muy usado aún por la inteligencia castrista en la vecina y tenebrosa Cuba) de identificarme con la Sra. Rosa (apodada “La Gozadora”) y plantear que existe algún nexo entre nosotros o que somos “miembros de una agrupación cibernética nacionalista”, es una falacia que intenta desacreditarme. Es de todos conocido (según la versión oficial emitida por el llamado “Consejo de los Consejos”) que la Sra. Rosa (apodada “La Gozadora”), junto a las desaparecidas (sin que se conozca causa o destino) Maribel (apodada “Llama Viva”) y la ideóloga del grupo (o “grupúsculo”, como le llamaron en su momento los medios oficialistas), la Sra. Lutgarda (apodada “Garganta profunda”), fueron las líderes de un movimiento cívico opuesto a “el concepto del himeneo de la refundación”, que contrario a lo que dijeron los medios considero legítimo y pacífico.

Sus cuestionamientos a los parámetros oficiales que limitan la gestualidad, la verbalización de las emociones o incluso la emisión de sonidos guturales durante cualquier acto de connotación sexual, fueron ampliamente respaldados por la población, que en algunos lugares no sólo se limitó a respaldar sus reclamos. En algunos sitios se organizaron en grupos llamados “círculos meneistas”, que comenzaron a tener relaciones íntimas muy desinhibidas, explícitas y sazonadas con expresiones verbales y sonoras de gran exuberancia. Bajo el lema “Without movement there is no fun” amenazaban con hacer una marcha hacia la sede del “Consejo de los Consejos” para exigir sus derechos. La revuelta era inminente cuando dos de sus líderes desaparecieron misteriosamente y la Sra. Rosa (apodada “La Gozadora”) apareció, de un modo muy extraño, en acto público, llamando a la razón a sus simpatizantes y abjurando de sus “desatinadas ideas”, que ponían en peligro “la estabilidad de la familia thamacunence”.

No sé si resucitar esta figura sea otra maniobra para intentar confundir a los lectores y evitar cualquier asomo de discrepancia en este medio. El caso es que, aunque simpatizo con cualquier manifestación que implique la defensa de los derechos individuales del ser humano, no tengo ningún nexo con esta señora y no hay nada más alejado de mis lealtades doctrinarias que el nacionalismo en cualquiera de sus manifestaciones (nazismo, fascismo, falangismo, comunismo, etcétera).

Sin otro asunto que dilucidar, estimados lectores, me disculpo por haberles robado su valioso tiempo y les animo a manifestar sus ideas y aspiraciones como demanden sus apetencias y necesidades, ya sea comentando acá o del modo y en el lugar que estimen.

A Ud. Sr. Añel, agradezco su comprensión y este derecho de réplica que me ha concedido tan amablemente. Gracias.

Cortesía http://laprimerapalabraque.blogspot.com/



Crónicas de Thamacun (V). Crónicas alternativas

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Cuando Camilo Cienfuegos arribó por cuarta y última vez a Thamacun, apenas permanecían allí dos mil personas. El Segundo Éxodo se había desatado meses antes, a raíz de la entrada de Fidel Castro en La Habana, momento en el que no pocos thamacuneses vislumbraron la magnitud del desastre que se les echaba encima. La isla mayor naufragaba en aguas del totalitarismo y en su periferia no iba a quedar títere con cabeza (mucho menos un islote de sesenta mil habitantes, escandalosamente opuesto al discurso predominante).

Si durante la República el nacionalismo cubano había mantenido una actitud hostil, ocasionalmente injerencista y frecuentemente desdeñosa hacia la futura Cuba Inglesa, nada bueno cabía esperar del nuevo gobierno revolucionario, cuya veleidades simbólicas presagiaban días tormentosos para los thamacuneses.

En abril de 1959 la revista Mambo y otras adversidades -la de mayor tirada en el islote- publicaba un reportaje de Rodrigo Rodson en el que aparecía una declaración atribuida a Ramiro Valdés, uno de los comandantes de la revolución. “Si la montaña no viene a ti, ve tú a la montaña”, habría dicho Valdés, aludiendo a una inminente anexión de Thamacun. El reportaje constituyó el pistoletazo de arrancada del Segundo Éxodo, aunque ya desde enero de ese año los thamacuneses venían haciendo las maletas.

En cuanto a Cienfuegos y su papel en la desaparición del Reducto, mucho se ha especulado. Lo cierto es que el islote apenas opuso resistencia a las fuerzas invasoras, tal vez porque el grueso de su población ya había emigrado, tal vez porque el fetiche territorial nunca cuajó culturalmente entre los antepasados de Cuba Inglesa. De cualquier manera, el guerrillero no dudó en inmolarse por la causa perdida de Thamacun o, para mejor decirlo, por la causa perdida de su propia vida. Un grupo de doce milicianos repelió junto a él los primeros embates castristas, pero su resistencia fue la de la aguja en el pajar que arde en llamas.

“El Señor de la Vanguardia” fue borrado del mapa como fue borrado del mapa Thamacun. Se dice que su amante sefardí murió molida a culatazos, mientras invocaba su nombre.

Crónicas disidentes: Fito Páez en Thamacun

un texto de Heriberto Hernández

El anuncio de un concierto del andrógino cantante argentino Fito Páez en el gran teatro del Thamacun movilizó a todos “los gays” del islote, que no perdían ocasión para, con cualquier pretexto, manifestarse públicamente, ante la cruel represión y poco reconocimiento oficial de que eran objeto por parte del gobierno dictatorial de turno.

Usando todas sus influencias lograron asegurarse al menos las diez primeras filas del enorme teatro y fueron al concierto con todas sus galas, ramos de flores, peluches y todo tipo de objetos afectivos para recibir cálidamente a su ídolo.

El argentino, que había sido profusamente difundido en los medios, pero que al parecer no era todo lo open mind que hacía suponer su famélica figura, en extremo amanerada, y sus “piquitos” y carreras hollywoodenses -tomados de las manos con el legendario Charly García en los videos-, al salir al escenario se sintió abrumado por la eufórica acogida de su “afocante” fanaticada. A la cuarta canción, el músico creyó oportuno hacer, a fin de dejar clara su pasión por las féminas, una aclaración desafortunada:

-Agradezco sus manifestaciones de afecto, pero debo decirles que a mí me gustan “las chicas”.

La respuesta del público no se hizo esperar. En la segunda fila se puso de pie un joven, que lanzándole una rosa le gritó comprensivo y didáctico:

-¡Eso es porque no has probado “las grandes”!

Cortesíahttp://laprimerapalabraque.blogspot.com/

Crónicas alternativas: Refutación de una Carta Abierta

un texto de El Inglesito

El Sr. Heriberto Hernández se queja en una reciente Carta Abierta de que el irrespeto esencial por la oposición es la característica fundamental de las dictaduras, y a continuación expresa, mediante ejemplos traídos por los pelos y ajenos a la realidad cubanoinglesa, su convencimiento de que Thamacun lo es. Si esto es así, ¿como es que los agentes de esa dictadura le permitimos faltar a la verdad histórica, en nombre de una disidencia de opereta, en uno de los foros de expresión del Hecho Thamacun?

Los argumentos de Heriberto Hernández son de lo más endebles. Estamos ante un episodio más de corrupción cibernética, que es como merece calificarse la oposición divisionista de los puntoCON (Comités de la Oposición Nacionalista). ¿Hay alguien a estas alturas capaz de poner en duda la absoluta libertad de movimiento, expresión y liberación reinante en el Reducto y más tarde entre su descendencia virtual? ¿Acaso alguien puede mencionar un solo caso de represión sexual en Cuba Inglesa? Imposible. En Cuba Inglesa somos esencialmente libres, porque nuestra libertad la ejercemos a diario, la revitalizamos en el movimiento, en la entrega, en el respeto, en la humildad, en la curiosidad. También en el placer.

Rosa la Gozadora, y Heriberto y yo lo sabemos, no es una mujer, ni una agente, mucho menos una gozadora. Rosa es el hombre asumido por la mujer, es decir, el hombre petrificado en el anhelo incesante de convertirse en mujer. Rosa es el anhelo irrealizado. Ella y la Llama y la Garganta y Heriberto son miembros de un mismo cuerpo delictivo. Manejan los puntoCON, aunque todavía no conocemos quién de ellos es el verdadero líder.

Crónicas disidentes: En defensa de Heriberto Hernández

un texto de Eugenio Piedra

El Inglesito es el Pedro de la Hoz de Thamacun. Todas las dictaduras usan tipos así para desacreditar a los líderes cívicos o a los intelectuales de prestigio. Miente, miente y miente, que algo queda.

No se puede meter en un mismo saco a Rosa de los Palos o a las desaparecidas Maribel o Lutgarda, líderes espontáneas de un abortado movimiento cívico, sin proyecciones políticas o connotaciones teóricas, y al Sr. Hernández, que es un intelectual de probada vocación democrática e independencia doctrinaria y política, al punto de discrepar abiertamente de la monocorde intelectualidad thamacunence, que se limita a aplaudir a coro los desvaríos del Concejo de los Concejos.

Tal es su honestidad, que manifiesta sus criterios discrepantes en los medios oficialistas (aunque esto no debe ser considerado un mérito más entre los innúmeros que ostenta, ya que los otros medios fueron absorbidos o censurados minuciosamente por el régimen).

Foto del escritor Heriberto Hernández cortesía dehttp://www.elateje.com/



Galería de próceres (IV). Crónicas disidentes

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Si hubo un prócer respetado en el Reducto –y los hubo en considerables cantidades-, ese fue Emenegildo Evans durante todo el primer tercio del siglo pasado. Evans, autor de los panfletos Biografía de un espermatozoide y La fiesta de vivir, no fue propiamente un prócer de la sentencia. No obstante, su cruzada a favor de la autoestima personal lo convertiría en el activista pro vida más célebre del islote, al que seguirían miles de sus contemporáneos en Thamacun y otras partes del mundo.

Evans solía comparar el momento de la concepción humana con un vertiginoso contragolpe futbolístico (al contrario de la vecina Cuba, donde nunca sentó carta socialmente, en Thamacun el fútbol había alcanzado categoría de deporte nacional). Pero a diferencia de dicho contragolpe, en el que varios jugadores colaboran para introducir el balón en portería, para el prócer la estampida espermática implicaba un trayecto de vida o muerte, inmisericorde y estremecedor, recorrido por cientos de miles de individuos en potencia, “una colosal carrera contra la muerte de la que usted, amigo lector, ha salido vencedor” (Evans).

“Imagínese por un momento -escribe Evans en Biografía de un espermatozoide-. Imagínese acelerando en las tinieblas de una autopista sin fin, escoltado durante horas por cientos de miles de conductores empeñados en superarlo, desesperados por arribar a la meta-óvulo sin su intermitente compañía. Imagine la hazaña incomparable que constituye su victoria, su impositivo arribo a la meta (¡Usted es un ganador! ¡Usted me está leyendo!).

“Imagine poco después la desaparición sin penas ni glorias, descomunal e incomprensible, de sus competidores. Cien, tal vez doscientas mil vidas que no fueron, doscientos mil anhelos truncados, doscientos mil instintos sometidos. Doscientos mil entes irresueltos, doscientas mil historias cercenadas, doscientos mil destinos irrecuperables. ¡Doscientos mil desaparecidos –un ejército que lo rodeaba, que lo flanqueaba, que lo seguía desesperadamente- y usted sigue leyéndome!

“¡Usted debería homenajearse a sí mismo cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de su vida! ¡Usted es un héroe, un elegido, un verdadero sobreviviente!”.

Cortesía http://www.letrademolde.com/

Crónicas disidentes: Una cuestión de salud

un texto de Heriberto Hernández.

Corrían años difíciles. El tan cacareado Concejo de Salud Pública del islote, una de las banderas políticas más agitadas por el Concejo de los Concejos, comenzaba a mostrar sus grietas. Escaseaban los medicamentos y los insumos en las farmacias y en los hospitales. Los médicos primarios hacían maravillas para aliviar los males de la población, recurriendo a “lo que hubiese” y en algunos casos a la medicina tradicional y a la farmacopea popular.

La famosa actriz y exquisita poeta Theresse Bourgeous, que abandonara las tablas repentinamente, en medio de una función, a causa de un fuerte dolor abdominal, fue atendida de emergencia en el Hospital General Público de Thamacun. El diagnóstico revelaba una indisposición, nada grave, que debería ser atendida y resuelta con una sencilla intervención quirúrgica. Ante el deprimente estado de la institución médica pública, la referida dama aceptó la oferta de un admirador, oficial del cuerpo de infantería de la Guardia Insular, para ser internada, fingiendo ser su hermana, en el Hospital Militar (centro exclusivo, destinado a la élite política y los miembros de los cuerpos armados) en el cual todas las condiciones estaban garantizadas. Era conocido el celo con que el Concejo de los Concejos reservaba estos privilegios para sus incondicionales, y el modo en que inspeccionaba que no se prestasen estos servicios a personas que no fueran las determinadas por las regulaciones, o familiares directos, previamente autorizados.

La intervención fue un éxito y la actriz, en su papel de hermana, se recuperaba de la anestesia en su cama de la sala, cuando anunciaron a toda voz y con enfática terminología castrense:

-¡Inspección general… permanecer en sus camas para inspección general!

Theresse, que no había previsto esta situación, aturdida aún por los fármacos, temblaba, mientras el oficial iba, de cama en cama, haciendo las preguntas de rigor. Todo sucedió muy rápido y ella no sabía qué decir para proteger a su amigo, que tan amablemente se había arriesgado para ayudarla. El oficial estaba ya frente a ella y, al apreciar su turbación, le hizo, no una, sino varias preguntas a la vez:

-¿Cual es su nombre? ¿Es usted militar, o familiar directo de algún militar? ¿Está usted autorizada a ser atendida en este hospital?

Al percatarse del enmudecimiento inexplicable de la paciente, el militar le preguntó en un tono aún más firme:

-¿Quién es usted?

Se sintió un silencio que podía cortarse como un queso y la actriz, con una voz casi inaudible atinó a decir:

-Yo soy “La amante del teniente francés”.

Cortesía http://laprimerapalabraque.blogspot.com/



Crónicas y un premio inmerecido

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Los méritos de http://salcedodiario.blogspot.com/ son de sobra conocidos. Por ejemplo, el hecho de publicar un poema propio diariamente constituye ya, de por sí, un reto que pocos estamos en capacidad de afrontar. Pero además, hay que sumar un mérito lateral a los otros muchos: la generosidad de su editor. Jorge Salcedo ha concedido a Cuba Inglesa un premio inmerecido: el “Brillante Weblog”.

Según las bases de la cadena, el editor del blog premiado –Salcedo fue premiado él mismo- debe escoger, a su vez, siete blogs de su preferencia. Como yo suelo ser parcial cuando se trata de amigos, y como recurro siempre a La Diosa en los momentos difíciles, ahora no iba a hacer una excepción. Ella se decidió por las siguientes bitácoras, todas “noveles”, porque según estima lo importante es divulgar a los que recién empiezan, de manera que el fenómeno bloguero crezca cada vez más (den clic sobre ellas, por favor):

Fernandina de Jagua, http://denisfortun.blogspot.com/

Cerebro de Espuma, http://cerebroespuma.wordpress.com/

Nobama, http://nobama-nobama.blogspot.com/

Palmar de Junco, http://www.cubaencuentro.com/fernando-vila/blogs/palmar-de-junco/

Cuba Underground, http://cubaunderground.com/

El blog del thamacunés, http://thamacun.blogspot.com/

Pepinistas, http://pepinistas.blogspot.com/

Las bases estipulan, además, que:

-Al recibir el premio, se ha de escribir un post mostrando el premio y se ha de citar el nombre del blog o web que te lo otorga y enlazarlo al post de ese blog o web que te nombra ganador.

-Elegir un mínimo de siete blogs (pueden ser más) que creas que brillan por su temática y/o su diseño, para otorgarles el premio a tu vez. Escribir sus nombres y los enlaces a ellos en tu blog.

-Avisarles de que han sido premiados con el premio “Brillante Weblog”, incluyendo en el texto las Bases del concurso, para que continúen la red.

Crónicas: La desaparición de la marquesa

Cuando a principios del pasado siglo el descubrimiento de la desaparición de Beatriz de Eugenia obligó a infinidad de historiadores a revisar sus archivos, los abuelos de Idamanda Rosael aún no habían nacido. Hasta entonces, la historiografía de Thamacun extendía un denso manto teórico, pespunteado de especulaciones frecuentemente insustanciales, sobre los orígenes de El Hecho. Con la marquesa finalmente se pisaba tierra firme. Con la desaparición de la marquesa en específico.

Hacia 1762, Beatriz de Eugenia habitaba una Habana eminentemente portuaria y, por lo mismo, desproporcionadamente masculina. La toma de la ciudad por los ingleses acentuaría esta última peculiaridad. Un número indeterminado pero sustancial de prostitutas remediaba como buenamente podía este inconveniente, manteniendo a buen recaudo los apetitos de forasteros y lugareños. En este contexto concurre el encuentro seminal de Thamacun: la marquesa conoce a Richard Megan, oficial británico con mando en plaza, y los acontecimientos que desembocan en la fundación de Cuba Inglesa confluyen hacia el futuro.

Antes de conocer a Megan la marquesa, todo hay que decirlo, había sido profundamente infeliz. Casada apenas rebasada la adolescencia con el marqués Florencio de Eugenia –un acaudalado cincuentón de origen mediterráneo-, a sus veintitrés años había alcanzado la resignación de oficio propia de las mujeres comprometidas por decreto. Pero fue ver a Megan, fue ver Megan a Eugenia, y la resignación de oficio desapareció sin dejar rastro. La súbita pareja, luego de una serie de vertiginosos encuentros amorosos, dejó atrás la clandestinidad del adulterio para instalarse, alborozada, en la clandestinidad de la fuga perpetua.

El británico y la cubana desaparecieron juntos la víspera del regreso del marqués de Eugenia, quien previamente había emprendido un viaje de negocios. Megan, el desertor, tenía un oscuro futuro profesional por delante. Beatriz, la infiel, debía enfrentar –o eludir- los rigores de una sociedad retrógrada, minuciosamente machista. Los ingleses, entretanto, abandonaban La Habana. Todo apuntaba hacia La Refundación.

Un nuevo y revolucionario burdel abría sus puertas. Lo llamaron La Casa del Cerdo.

Crónicas disidentes: Las vergüenzas de Thamacun

un texto de Gulliver

Un día se escribirá la verdadera historia y las crónicas infames, la propaganda demagógica y las loas panfleteras a El Hecho, alojadas en este foro, quedarán como lo que son: una infamia.

Cuba Central ha sido un semillero contaminado por todos y cada uno de los que pensaron que las palomitas que volaban eran de maíz: ¡ingenuos levitantes! Thamacun esconde sus vergüenzas y la Espantá -eso que llamáis Éxodo- tiene cuentas pendientes, Cuba Inglesa la mayor cuenta pendiente de todas.

Es un hecho probado que los nefastos CDR fueron ideados en Thamacun y, ¡qué casualidad!, también un 28 de septiembre, pero de 1958. Jugaron con fuego y terminaron en la pira de la vergüenza. ¿Los creadores? Todos, porque en su perseverancia reconquistadora no tuvieron límites. ¿Será por este hecho que El flautista de Hamelin fue una obra prohibida en Thamacun y los Hermanos Grimm son considerados escritores malditos? La respuesta es obvia.

Otro hecho probado y no menos importante fue la participación activa de estos cobardes en la creación de la Sala W. Tell, en la Biblioteca Nacional José Martí. Entrar en ella precisaba de ciertos códigos que no todos conocían, pues entre ellos había (hay) élites de un comportamiento claramente sectario. En dicha sala se encontraban incunables de un valor incalculable, cuyo contenido guardan celosamente, pues fueron sacados clandestinamente aprovechando el éxodo de Camarioca. Hace años que el British Museum reclama la propiedad de dichos documentos y el M5 está en ello. Esa sala y esos documentos son el origen de la Cuba de hoy, no lo duden.

Por último: El Magnicidio. Magnicidio es una palabra prohibida en Cuba Inglesa, fue borrada de su leguaje -dialecto de cirqueros de Northampton- y no existe ni siquiera en los códigos que usan para reconocerse. ¿Por qué? Porque ahí está la clave de su invisibilidad, de su permanente huída celestial. Quisieron pagar una deuda y no calcularon las consecuencias. Noviembre de 1963, Dallas.



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El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
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