Actualizado: 23/04/2024 20:43
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HUMOR

Cien horas que estremecieron al mundo

'Nuestro Lisandro Otero en París', la momia egipcia y los calzoncillos del Comandante.

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Biografía a dos voces se llama el libro que acaba de publicar el periodista hispano-francés Ignacio Ramonet, fruto de cien horas de conversación entre este y el Comandante en Jefe. Cierto que lo de las cien horas de conversación con el Comandante no tiene nada de particular, teniendo en cuenta que esa es más o menos la cantidad de horas semanales que un cubano tiene que escucharlo con sólo pasar frente al televisor de vez en cuando. Lo inusual del caso es que Ramonet, durante esas cien horas, ni siquiera tuvo el aliciente de que pasarían la telenovela después de que el Comandante terminara.

La entrevista de Ramonet incluye las siempre originales preguntas que van desde el porvenir del país, pasando por una eventual sucesión en el poder en la Isla y el futuro de la revolución, hasta la debatida teoría de la mortalidad del Comandante y sus nuevas recetas para cocinar langostas.

El problema es que ahora ciertos sesudos se cuestionan si esta entrevista del susodicho Ramonet (más conocido en los círculos gubernamentales cubanos como "Nuestro Lisandro Otero en París") fue sostenida en exclusiva con el Comandante en Jefe en persona o con un nutrido grupo de recortes del periódico Granma.

Según los incordiadores, buena parte de las supuestas respuestas que le dio el Comandante a Ramonet fueron tomadas de discursos, notas editoriales y cartas del primero publicadas con anterioridad en dicho periódico, con excepción de las recetas de langosta, que fueron tomadas directamente del libro Cocina al minuto, de Nitza Villapoll.

Yo me pregunto: ¿por qué un hombre de la confianza del Comandante, como es Nuestro Otero en París (NOP), preferiría hurgar en recortes del Granma que escuchar de viva voz las perlas de sabiduría del Comandante durante un breve centenar de horitas? Ya me puedo imaginar la respuesta de esos calumniadores: porque los recortes tienen la ventaja de que si te quedas dormido delante de ellos, no te fusilan.

La revolución del periodismo

Por el contrario, me inclino a pensar que en tal caso lo que NOP persigue es revolucionar el periodismo con la creación de un nuevo género: la entrevista-collage. El libro, en vez de Biografía a dos voces, debería llamarse Biografía a voz y recortes. Con este método, en lugar de acosar al personaje al que se quiere entrevistar, todo se limitaría a buscar las respuestas a las interrogantes en palabras pronunciadas anteriormente. Gracias a esta novedosa técnica, desde su aséptica comodidad parisina, NOP podría entrevistar a figuras que por una razón u otra sean difíciles de localizar: desde Osama Bin Laden hasta Julio César.

NOP: ¿Me puede decir en pocas palabras cómo se siente en nuestro país?
Julio César: Vine, vi y vencí.
NOP: ¿Y qué planes tiene para el futuro?
Julio César: La suerte está echada.
NOP: ¿Son ciertos los rumores que afirman que usted es homosexual?
Julio César: ¡¿Tú también, Bruto?!

De cualquier manera, me resisto a pensar que NOP haya incurrido en lo que desde una perspectiva conservadora puede tomarse como falta de ética profesional. Creo que Nuestro Otero en París cumplió honradamente con sus deberes de periodista a la vieja usanza y estuvo durante cien horas haciendo preguntas. Si obtuvo el mismo resultado que esos viejitos que hacen colas en La Habana a las cuatro de la mañana para comprar el Granma, es porque el señor barbudo vestido de verde olivo que respondió a NOP no es el Comandante, sino una computadora con su misma apariencia.


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