Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Humor

Con dinero y sin dinero…

Mientras haya con que pagar las pancartas y las banderitas que se reparten en las manifestaciones contra el imperialismo, no hace falta más.

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Un archirrecontramultimillonario

Pero lo de menos son los cotos de caza o los yates y helicópteros. A la provecta edad que ya va alcanzando el Comandante todas esas posesiones pueden ser sustituidas por un juego de nintendo, que ofrece menos riesgo para la salud. Pero lo que ha molestado al Comandante es que le cuestionen su profunda espiritualidad acusándolo de ser archirrecontramultimillonario.

Como saben sus más íntimos colaboradores, el Comandante es un tipo ascético y frugal, al que nunca se le encontrará un trono de oro o un inodoro del mismo material, como a algunos caudillos africanos. No, el Comandante siempre tendrá el cuidado de invertir el dinero en proyectos destinados al beneficio de toda la nación. Por ejemplo, una planta de energía nuclear o el actual sistema nacional de grupos electrógenos.

Si por casualidad sucede que al final estos proyectos no producen energía suficiente para encender una linterna, quizás se podría concluir que lo del inodoro de oro no era tan mala idea (tratándose de Cuba es totalmente falso: hace al menos dos décadas que ningún inodoro cubano funciona, sea del material que sea).

Decía que el Comandante está más allá de todo interés material y sus gustos se resumen en la sencillez misma. Muebles rústicos de madera (preferiblemente caoba), paredes recubiertas de caoba, pisos de caoba. Todo con tal de asegurarse de que la revolución esté a prueba de comejenes (sospecho que si lo dejaran escoger, los grupos electrógenos y sus inodoros serían también de caoba).

El problema es que los intereses del Comandante van mucho más lejos de lo que piensan aquellos que desde Miami ven tras cada una de sus acciones una afición desmedida por el dinero. Eso es absolutamente falso. Él siempre ha manifestado un profundo desprecio por el dinero, sobre todo si se trata del ajeno. Si alguna obsesión tiene el Comandante es con el juicio de la historia y con éste el dinero no funciona, a menos que encuentre una forma de sobornar al tribunal.

La misma frugalidad que practica en lo personal se extiende al plano nacional. ¿Para qué estimular el consumo, que no sirve más que para corromper al ser humano? La experiencia ha demostrado que mientras haya dinero con que pagar las pancartas, las banderitas y las camisetas que se reparten en las manifestaciones de condena al imperialismo, no hace falta más. ¡Ah!, y un poco de combustible para que funcionen los carros de la policía y los Mercedes del Comandante y su hermano (el hecho de todos sean orientales no es más que pura coincidencia).

El Comandante ya lo ha dicho: "los principios no son negociables". Y nada resume mejor sus principios que la letra de aquel viejo corrido mejicano: "con dinero y sin dinero / hago siempre lo que quiero / y mi palabra es la ley…". El problema de verdad es si no estás de acuerdo con los principios del Comandante, porque entonces sí se le olvida toda su espiritualidad: siempre te lo hace pagar bien caro.


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