Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Sociedad

Apuntes sobre los derechos en Cuba

Establecido por decreto: Se nace con unos 'derechos' determinados desde el Estado y no se puede reclamar más.

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Sin embargo, estos animadores de la economía interna no tienen el derecho elemental de acumular dinero para su jubilación, así que, llegado el momento, deben confiar en la generosidad del deplorable sistema de seguridad social.

La ausencia de derechos ha llegado a extremos insospechados, al vulnerar cuestiones tan sensibles como el derecho sobre los hijos. Hace tres años se instauró en los centros de enseñanza media (educación secundaria y tecnológica) un sistema eufemísticamente denominado "horario único": un plan brillante encaminado a lograr la permanencia más dilatada por parte de los estudiantes en la escuela, con el fin de "evitar" que se expongan a las drogas o a otros vicios en la calle.

La medida, no obstante, es ineficaz, toda vez que retener por dos o tres horas más a los jóvenes sólo retarda su salida pero no elimina el riesgo al que supuestamente se exponen fuera de las aulas.

Horrores de las cárceles

Si esto es una referencia al ejercicio de derechos por parte de la población "libre", cómo será la salud de tales derechos entre la población penal. Hace unos pocos años se conoció el caso de un joven que cumplía condena por un delito común y —pese a que sufría de trastornos psíquicos— fue condenado y asignado a una celda con individuos que cumplían sanciones por asesinato y otros actos violentos. En la celda le extirparon los ojos, sin embargo los guardias no acudieron ante los gritos del recluso.

Conozco a un joven —negro, por cierto— con retraso mental, que cumplió tres años de condena por ser cómplice en el robo de una goma de repuesto sustraída del maletero de un automóvil. Otros casos revelan la existencia de todo un sistema de corrupción organizada en los establecimientos penales, como el de la prisión de Valle Grande, en La Habana, donde los reclusos que no tienen cama deben elegir entre dormir en el suelo o pagar 200 pesos para conseguir una.

Tal situación evidencia, además, las condiciones de hacinamiento de la población penal. Ante estos hechos, resulta indignante la hipócrita postura oficial de denunciar los crímenes que se cometen en las cárceles de otros lugares del mundo, incluyendo la denuncia de abusos y torturas en la base naval de Guantánamo. Los horrores que se producen en las cárceles "imperialistas" no son mayores que los que se reportan en las cárceles cubanas.

Muchos ciudadanos acusados de delitos comunes son encerrados en prisión mientras esperan juicio, lo que puede demorar meses o hasta más de un año. En no pocas ocasiones los acusados que han sufrido prisión "preventiva" son absueltos y quedan en libertad, pero en ningún caso son indemnizados por la terrible experiencia vivida en presidio. Tampoco existe el mecanismo para establecer una reclamación, al menos no conozco de ningún caso.

Los cubanos están tan desprovistos de derechos, que ni siquiera los acólitos al gobierno, los fieles a Castro, se pueden permitir la libertad de manifestarse espontáneamente. Si algún "revolucionario" lleva su exceso de celo al extremo de pararse frente al monumento a José Martí en la Plaza Cívica a gritar vivas a la revolución y a su invicto líder, será reprimido con toda seguridad.

Así las cosas, no alcanzo a comprender en qué se sustenta el comercial oficialista que vende Cuba como el paradigma de los derechos humanos. Acaso, parodiando a Orwell, todos somos humanos, pero hay algunos más humanos que otros.


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