Actualizado: 25/04/2024 19:17
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¿Qué piensa la gente de la antigua y la actual división político-administrativa de la Isla?

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El otro día oí participé en una discusión que deja saber muchas cosas.

Meses atrás, un camión cargado de pasajeros chocó con un tren en un crucero de la antigua provincia de Oriente. Los heridos, según las noticias de la televisión, fueron hospitalizados en los hospitales de Granma. "¿En cuál de ellos?", se preguntaba ahogada en llanto una señora de aquella zona que reside en La Habana y oyó mencionar a un familiar entre los heridos graves. "¿En el hospital de Bayamo?, ¿en el de Manzanillo?".

En California, decía ejemplificando la señora del cuento —ahora en plan de relatora—, ella desde un principio habría sabido dónde hospitalizaron a su familiar. Pues en California los sucesos no ocurren en California a secas, sino en lugares precisos de California, dígase Los Ángeles, Long Beach, Oakland, San Francisco, San Diego, San Bernardino, Santa Bárbara, Rochester, Syracuse o Sacramento, que es la capital del estado. Igual en el resto del mundo. No en Granma. En Granma no.

Por alguna razón misteriosa, en esta "novísima" provincia cubana llamada Granma para perpetuar el nombre del valeroso yate del compañero Fidel, los eventos no ocurren en Bayamo ni ocurren en Manzanillo —únicas dos ciudades de la provincia—, ocurren en Granma.

Allí hospitalizaron al sobrino de la señora y allí hizo su última aparición pública el compañero Fidel el 26 de julio de 2006. Si bien publicitaron que aquel acto tendría lugar en la Plaza de la Revolución de Granma, nunca dijeron que dicha Plaza estuviera en Bayamo.

Tampoco las tradicionales ferias ganaderas que desde principios de siglo tienen lugar en Bayamo todos los años ocurren ahora en Bayamo, sino en Granma, según los spots de la televisión.

Días atrás, seguía diciendo la señora, un reportaje de la televisión daba cuenta del mal estado de la biblioteca provincial de Granma. Omitía en cuál de las dos ciudades de la provincia tiene su sede la biblioteca, aunque decía que está en la casa natal de Francisco Vicente Aguilera. Puesto que Aguilera es bayamés, cuando la reportera dijo: "desde Granma, fulanita de tal", la señora sabía que estaba diciendo "desde Bayamo".

"Tan de hecho Bayamo ha dejado de existir desde que existe Granma —precisaba la señora—, que hasta en un asunto tan elemental como ese de una biblioteca donde entran los pájaros por el techo y los aguaceros están acabando con los libros se queda el pobrecito sin protagonismo. Y de Manzanillo no hablemos, porque a ese lo mencionan menos aún".

El manzanillero del reducido grupo que la escuchaba, hombre al que todo lo que ella decía, él asentía con la cabeza, y que tampoco cree que el socialismo pueda ser una cosa duradera, aseguró que ese asunto quedará resuelto cuando Oriente vuelva a ser una provincia.

Pues este hombre que no sabe que "saber historia no es saber lo que ha pasado / sino saber lo que va a pasar" (y aquí me he plagiado), supone que en ese día de su sueño Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y la novísima Granma han de volver a ser la provincia Oriente, del mismo modo que Leningrado y Stalingrado recuperaron sus nombres al cesar de repente el vendaval ruso.

"No es de creerlo", dijo otra persona, adicionando que no era lógico suponer que esos antiguos territorios orientales se dejarían quitar el rango de provincia que a tantos fueros da lugar para ser municipios de nuevo.

Esto motivó una ardorosa discusión cuyo origen había yo seguido con interés por ser un tema que me ha ocupado otras veces. Intenté mediar con una fórmula que aunque no convenció a todos, la sigo considerando aceptable. "Dividir", dije, "lo que es ahora Granma en dos provincias: la provincia Bayamo y la provincia Manzanillo, cada una de ellas con mayor extensión territorial que algunos estados europeos".

"Una fórmula así no afectaría el estatus de las provincias actuales", agregué.

"¡Dios te oiga!", dijo la señora. "Porque aquí donde me ves, yo vivo temiendo que el Incendio de Bayamo, en 1869, termine siendo el Incendio de Granma, y que el Himno Nacional no haya sido compuesto por el bayamés Perucho Figueredo, sino por el granmense Perucho Figueredo, y tocado por primera vez no en Bayamo sino en Granma".

Hace unos meses, hubo en Bayamo un pleno de los "factores" con el vicepresidente primero del país y la reportera dijo que dicho pleno había sido en Bayamo. Dos veces dijo que había sido en Bayamo. Extrañado, un bayamés que vive en La Habana me comentó que eso debió ser una equivocación de la reportera, o de quien la manda a ella. "No se dieron cuenta, si se dan cuenta rectifican y dicen que el pleno fue en Granma", me dijo.


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