Mis argumentos para marchar el 15 de noviembre
Carece de la más elemental lógica sostener que mediante la manifestación del 15 de noviembre se pretende provocar una intervención militar de Estados Unidos en Cuba
Es un derecho manifestar públicamente mi desacuerdo con quienes gobiernan. Por ello el lunes 15 de noviembre voy a ejercer ese derecho, pacíficamente, sin resistirme a la violencia estatal o paraestatal, si la hubiera.
A los que insisten en que somos una minoría les respondo que la minoría, en una sociedad que se presume con todos y para el bien de todos, también tiene derecho a expresarse de forma pública y a intentar convencer a otros de sus puntos de vista. No concordar con el punto de vista mayoritario no priva a la persona de su humanidad, y estar en desacuerdo con quienes gobiernan no puede convertirlo a uno en un paria, como sucede en Cuba desde hace sesenta años. Una sociedad solo puede presumir de tener a la dignidad humana en su centro de interés cuando todos tenemos derechos, independientemente de cuán populares o afines a quienes gobiernan sean nuestras ideas.
A los que argumentan que nuestra manifestación no es más que una provocación, les replico que sí. Pero de ese mismo género de provocaciones que practican los que nos hemos negado de siempre a acatar las limitaciones que imponen los abusadores. Una provocación idéntica a la del niño que desafía a los bravucones de la escuela y va a sentarse en donde aquellos imponen solo pueden hacerlo ellos.
En todo caso es cierto, los estamos provocando: a que vuelvan a mostrar su naturaleza intolerante y represiva. Al 15 de noviembre vamos a provocarlos con el cuerpo indefenso, para dejarlos a ustedes un poco más en evidencia ante el país y el mundo. No creo que ninguna persona digna pueda cuestionarnos si ustedes cayeran en semejante provocación.
Carece de la más elemental lógica sostener que mediante la manifestación del 15 de noviembre se pretende provocar una intervención militar de Estados Unidos en Cuba. Si por más presiones que se ejercieron sobre el gobierno americano, por un importante sector del exilio, no se consiguió ni tan siquiera una medida nueva tras la violenta represión de las marchas del 11 de julio; si fue más que evidente la negativa a tan siquiera considerar la opción interventora en toda la clase política americana, tanto demócrata como republicana: ¿por qué ahora debería ser diferente? ¿Qué ha cambiado en estos cuatro meses en que a cientos de manifestantes se los ha mantenido detenidos sin juicio, y a otros se los ha condenado en procesos con garantías mínimas, o inexistentes, sin que nada suceda en definitiva?
Una intervención solo sería posible en caso de un éxodo migratorio desde Cuba hacia las costas de Florida, que el gobierno cubano no pudiera atajar. Pero un éxodo migratorio es más y más posible en la medida en que se nos niegue a los cubanos nuestros derechos elementales en la Isla en que nacimos. Así que en realidad quienes sí trabajan por la posibilidad de una intervención son aquellos que ahora se niegan a aceptar nuestro derecho a manifestarnos pacíficamente el 15 de noviembre.
Sean consistentes en, y consecuentes con sus ideas: Si realmente somos una minoría, si en verdad la mayoría está firme alrededor del gobierno, no veo a qué le temen. En todo caso sería la oportunidad de oro del gobierno para mostrarle al mundo su apoyo mayoritario, la unidad monolítica de nuestro pueblo, cuando tras dar todas las garantías, y destinar a sus órganos represivos a proteger nuestro derecho más que a violarlo, solo cuatro gatos salgamos a marchar.
En cuanto al temor a una revolución de colores a lo Libia, Egipto, Siria, Ucrania, que desde los medios pro-gubernamentales se intenta insuflar con mal conseguida sutileza, solo puedo responderles a sus promotores que tal grado de desestabilización solo es alcanzable cuando el apoyo a quienes gobiernan es minoritario, y cuando existen divisiones étnicas, idiomáticas, religiosas profundas en la sociedad en cuestión. Mas hemos admitido que la mayoría está con ustedes, y por otra parte es un hecho que la sociedad cubana es una de las más homogéneas en todos los sentidos a nivel global.
Así que, por favor, demuestren su confianza en su apoyo mayoritario, y el tener a la dignidad humana en el centro de su propuesta, y den todas las garantías para la marcha del 15 de noviembre. No busquen, abusadores, que volvamos a dejarlos en evidencia…
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