Actualizado: 29/04/2024 14:55
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Represión

Pánico a la sociedad civil

Si el problema es el 'dinero de Washington', ¿por qué se reprime también a los que no reciben ni un centavo?

Enviar Imprimir

El discurso utilizado en el artículo de marras es en extremo peligroso al pretender desvirtuar el verdadero sentido de lo que significa sociedad civil y al crear un estado de opinión hostil hacia toda alternativa civil no gubernamental. Esto incluye a algunos grupos de ciudadanos que —sin recibir fondo alguno de la CIA— se dedican a fomentar, de manera pacífica, el desarrollo del pensamiento independiente en la Isla.

Sin embargo, la sociedad civil es un espacio amplio de organización ciudadana para la participación en los asuntos políticos, económicos y sociales de su interés. Respetando la pluralidad y la diferencia, tiene carácter autónomo e independiente del Estado y constituye un instrumento valioso para el desarrollo social.

Pie forzado para la represión

Justamente la sociedad civil desempeñó un importante papel en los cambios que llevaron a la toma del poder revolucionario en 1959 y hoy sigue demostrando su utilidad y validez en las transformaciones sociales que han conducido al auge de los movimientos de izquierda latinoamericanos.

Al margen de las innegables "maniobras" del gobierno de Estados Unidos para intervenir en los asuntos nacionales de los países de América Latina, del financiamiento a determinados grupos políticos y de promover la oposición a gobiernos que no resulten gratos a los intereses norteamericanos en la región, resulta tan irresponsable la actitud de la periodista de Juventud Rebelde y de su entrevistado como la del gobierno que impulsa ese tipo de "informaciones" tendientes a tergiversar, confundir y crear desconfianza entre los cubanos comunes que no tienen acceso a otras fuentes para conocer cuánto de verdad o de falsedad se esconde en las intenciones y en las palabras.

Resulta escandalosamente evidente que se trata de un pie forzado para justificar cualquier acción represiva contra todos los elementos de la oposición que trabajan por la democracia en Cuba, tanto los que podrían recibir ayuda económica del gobierno norteamericano como los que no cobran un centavo.

Al mismo tiempo, se siembra el temor en toda la población, con el fin de que los inconformes se abstengan de incorporarse activamente a los círculos de pensamiento que escapan a los controles del Estado. Estos últimos, justamente, son los más peligrosos para el régimen.

El gobierno cubano conoce del descontento de sectores cada vez más amplios de la sociedad y del despertar de un pensamiento cívico emergente; como conoce de la fatiga ideológica del régimen y de su incapacidad para sostenerse en el poder indefinidamente. Los cambios se avecinan para Cuba, independientemente de la voluntad del Estado, lo que torna peligroso el ejercicio del pensamiento y la opinión alternativos.

La violencia selectiva, ejercida desde el poder contra ese tipo de pensamiento, es el último recurso del gobierno para evitar lo inevitable. El retorno de los despreciables mítines de repudio es un indicador de la voluntad oficial de reprimir cualquier asomo de libertades civiles: le resulta imperativo que la población no pierda el miedo.

Son los ciudadanos que llaman al diálogo, a la resistencia cívica, a la transición pacífica y a la reconciliación, los enemigos a los que ahora quiere conjurar el gobierno. Son los que se resisten a obedecer, con la voluntad de transformar este país en un espacio para todos los cubanos, con respeto a las diferencias, con derechos y responsabilidades, sin injerencias extranjeras, sin servilismo (ni a Estados Unidos u otra nación, ni a Castro), los que hoy corren el riesgo de ser falazmente acusados por "la nación en guerra" de "estar al servicio de una potencia enemiga".

Es preciso que la opinión pública internacional se mantenga al tanto de estas maniobras del régimen, dueño de todo el poder en Cuba, destinadas a soliviantar el sentido nacionalista de los cubanos. Es necesario que las sociedades libres condenen esta nueva y solapada campaña para justificar y desatar la violencia de los cubanos entre sí y contra quienes tienen la valentía de hacer valer los derechos de todos.


« Anterior12Siguiente »