Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Pasajes para no viajar

La subida de precios en los transportes interprovinciales pone a los cubanos a vivir a distancias inalcanzables.

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Dolores Griñán se lleva las manos a la cabeza. Ya no podrá viajar a su natal Santiago de Cuba este verano. De la noche a la mañana, los 900 kilómetros que la separan se han convertido en el infinito.

Una nueva tarifa para vuelos nacionales, que multiplica el precio de los pasajes hasta en un 300 por ciento, ha tronchado las necesidades familiares de unos y malogrado las vacaciones de otros. La medida entró en vigor este 15 de marzo.

"Los nietos serán hombres y tendrán que venir a verme aquí", dice esta operadora de una línea de cosméticos.

Acostumbrada a visitar a sus hijas cada dos años, el viaje por carretera le era sumamente incómodo para su salud. Es diabética y prefiere el avión. "¿Adónde piensan llegar?", se pregunta en tono de lamento.

"Al final, los que resuelven son los mismos: los que tienen dinero", agrega y se lleva resignada la mano a la barbilla.

La señora Griñán comprende que los costos de la energía también están por las nubes, pero se pregunta por qué el Estado compite con la inflación callejera en el terreno del transporte y en casi todo lo demás.

Si antes los cubanos apenas se veían las caras, a partir de ahora comenzarán a olvidarse. La fecha marca un antes y un después. Para muchos, una raya roja en sus economías.

La bolsa y la vida

Pedro Juan es un barbero que tiene un hermano en Chile y otro en la provincia de Las Tunas. En cinco años ha visto dos veces al primero y una sola vez al segundo.

"Cortando pelo no da el billete para viajar allá. Hay que ir en carro. No hay guaguas que entren. El de Chile, que está casado con una pintora, quiere venir el año que viene y viajar juntos a ver al mayor, que nunca salió de su ranchito", adelanta con esperanza.

Chile está a unos 8.000 kilómetros de Cuba. De La Habana a Las Tunas se interpone una distancia 13 veces inferior.

Los boletos rompieron los pronósticos más pesimistas. En algunos casos, como el que cubre la ruta aérea La Habana-Santiago de Cuba, la de mayor tráfico, han sido espoleados por un incremento espectacular: de 90 pesos en el pasado a los actuales 220. Con treinta más, se trepa al salario promedio de la Isla.

Sin embargo, la ruta no llega a ser la más cara. Para llegar a Baracoa, la ciudad primada de Cuba, fundada por el conquistador Diego Velásquez en 1511, habrá que desembolsar 270 pesos desde la capital. Un regreso por igual vía sumaría el salario mensual de un médico.

"Adiós Baracoa de mi vida", dice al parecer un oriundo del lugar que pasa y mira la esquela con las nuevas tarifas. El papel, pegado a los cristales de la oficina de reservaciones de Cubana de Aviación, baila al viento.

Nueva Gerona es uno de los destinos más cercanos de La Habana. Está a 90 kilómetros al sur. Antes se viajaba a la capital de la Isla de la Juventud por 22 pesos. Ahora por 65, casi un 300 por ciento flecha arriba. Se puede llegar por mar: 57 pesos y listo.

Las nuevas tarifas aéreas se suman a las ya encarecidas terrestres. No fue una sorpresa.

"Se impone ineludiblemente la revisión de las tarifas, dado que el elevado costo del combustible y los equipos haría totalmente imposible prestar este servicio con los precios históricos", dijo Fidel Castro el 26 de julio de 2005.


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