Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Artes Plásticas

Cuba y sus paseos por las ferias

El arbitrio de las instituciones entre los creadores y el mercado: prácticas desacertadas y desconocimiento de las reglas de negociación.

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Según afirma Power en su texto, a partir de este enfoque "la cruda lección era (…) 'quédate donde puedas, vende lo que puedas, y vive bien'". El crítico agrega que esa es la enseñanza "que se ha clavado en las mentes de muchos jóvenes artistas, y el carácter de su producción artística es testimonio de este triste hecho. Han sido empujados demasiado pronto al tumulto del mercado, las galerías y las exposiciones, corriendo el riesgo de convertirse en carne de cañón para el sistema, a menos que encuentren maneras de dotar a sus trabajos de un contenido real".

El análisis de Power resume, de forma elocuente, la terrible realidad a la que fue abocado el arte cubano una vez entregado a la voluptuosidad del mercado, y el daño irreversible que experimenta desde entonces la producción simbólica nacional.

La proliferación de motivos estereotipados y reiterativos en las representaciones; la condescendencia formalista ante los cánones pictóricos y esteticistas de un sector de la demanda de nuestra plástica; el agotamiento retórico de las poéticas de muchos de los artistas imprescindibles durante los noventa; el enfrentamiento vacuo a un arte comprometido y político, mal entendido a partir de una metonimia que ha extrapolado sus atributos locales y morfológicos como definición de una voluntad sociológica; la preeminencia de una actitud atemporal y sin rasgos de identidad, light, ridículamente cosmopolita, de factura pop y esteticismo poco logrado, como enfrentamiento superficial a un arte clasificado y dogmatizado como "cubano" con la simplificación del mercado.

Esos son apenas algunos de los rasgos que se detectan hoy en la producción artística de la Isla. Elementos que contribuyen a la sensación de crisis, aletargamiento y callejón sin salida que vive el campo artístico, consolidada día tras día mediante las inoperantes prácticas institucionales.

Voluntad promocional de las instituciones

Por suerte, una feria como ARCO, posiblemente —junto a la novel Art Basel Miami— la de mayor repercusión internacional en términos de visibilidad del arte cubano, contrasta la representación de las galerías nacionales con las que trabajan con artistas de la Isla y han sabido desarrollar una política de promoción y comercialización sin compromisos ideológicos ni nomenclaturas fáciles sobre "lo cubano".

No obstante, la tradicional asistencia de galerías como La Casona, La Acacia (que no ha participado en las últimas ediciones de la feria), o Galería Habana, resulta bastante irregular al sentar pautas sobre los trayectos actuales de la plástica insular.

Si se compara la presencia de artistas cubanos en ferias comerciales y exposiciones colectivas de índole promocional, sin duda y paradójicamente, son los proyectos curatoriales los que han propiciado la construcción de discursos y espectros más sólidos de visibilidad de las prácticas artísticas, al tiempo que fomentan el acceso de ese imaginario visual a círculos de coleccionistas y potenciales compradores.