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Fina García-Marruz y la poética

Premio de Poesía Pablo Neruda, la escritora ha enriquecido las letras nacionales con su peculiar aprehensión de 'lo cubano'.

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En su poema Ama la superficie casta y triste, uno de mis preferidos, expresa, luego de citar a Píndaro: "Sé el que eres" (y que me recuerda también el poema "VI", de Da capo, de Raúl Hernández Novás, que comienza con el verso: "El que ibas a ser está esperándote"):

"Ama la superficie casta y triste. / Lo profundo es lo que se manifiesta. / La playa lila, el traje aquel, la fiesta / pobre y dichosa de lo que ahora existe. / Sé el que eres, que es ser el que tú eras, / al ayer, no al mañana el tiempo insiste, / sé sabiendo que cuando nada seas / de ti se ha de quedar lo que quisiste".

"No mira Dios al que tú sabes que eres / —la luz es ilusión, también locura— / sino la imagen tuya que prefieres, / que lo que amas torna valedera, / y puesto que es así, sólo procura / que tu máscara sea verdadera".

Poética de la memoria

Si bien se mira, toda la poesía de Fina se debate entre el extrañamiento y la piedad. He escrito mucho sobre la poesía y la poética de Fina García Marruz.

En la última lectura que hice de un maravilloso libro de Reina María Rodríguez, Catch and release, sorprendí, en algunos momentos donde la visión o percepción de la realidad se tornaba más tensa, casi imposible, una fragmentación textual —que implicaba también cierto distanciamiento de lo lírico tradicional— que me recordó cierto sabor o tono de Fina: que caracteriza ese estilo como "deslavazado" de algunos de sus poemas, y en donde se halla, por cierto, su mayor apertura hacia la poesía contemporánea, porque implica una crisis de la mirada, de un orbe clásico o armonioso.

Sí, creo, como Duanel Díaz, que Fina se merecía hace mucho ese y otros reconocimientos (ha sido varias veces nominada al Cervantes y finalista del Rulfo). Sin desdorar para nada la calidad de Dulce María Loynaz, Fina, verso a verso, texto a texto, es inconmensurablemente más variada, penetrante, compleja. En fin, no me gustan las comparaciones, ya lo decía antes…

Ella ha enriquecido nuestra poesía con la expresión de los misterios y angustias de la fe; con su insondable poética de la memoria (acaso su mayor aporte a nuestra poesía o pensamiento poético incluso); con sus aproximaciones a la poesía misma; con su peculiar aprehensión de "lo cubano"; con su femenina, maternal piedad por las apariencias, y, sobre todo, porque fue capaz de desplegar una percepción de la realidad singularísima, que es, en sus mejores momentos, la que nos conmueve, nos extraña, y nos hace habitar tierra desconocida.

Por último, dejemos que Fina misma, como hace en Hablar de la poesía, nos ilustre sobre su noción de "poética":

"No se debiera tener 'una' poética. En la poética personal debieran entrar todas las otras poéticas posibles. Que el sinsonte y 'el divino doctor' no se recelen mutuamente. Que el arte directo no excluya el viejo preciosismo. La naturaleza crea el ala para el vuelo pero, después, la decora. El realismo verdadero debiera abarcar el sueño y el no-sueño, lo que tiene un fin y lo que no tiene ninguno, el cacharro doméstico y la Vía láctea. Ningún otro realismo que el de la misericordia".

"El bromista Cocteau dijo una de las cosas más lúcidas que se han dicho sobre la poesía: yo sé que la poesía sirve para algo, lo que pasa es que no sé para qué. Algunos ven a Cocteau como a un payaso, pero a ellos les recordamos lo serios que son los payasos y cómo, tantas veces, han sido los bufones los únicos que le dijeron la verdad al rey".


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