Intelectuales irrespetan la libertad de expresión, pensamiento y creación
Tres artículos atacan al escritor cubano Leonardo Padura por supuestas “herejías”
En otro de mis artículos, reseñé y critiqué la postura de los intelectuales “muro de contención” que en Cuba o fuera de la Isla, atacan a sus colegas cuando no cumplen con el guión del discurso oficial cubano sobre el tema en cuestión. En aquella ocasión criticaba los artículos publicados contra Roberto Zurbano, en La Jiribilla, por haber éste publicado un artículo en The New York Times, y no haber respetado los “itinerarios del discurso oficial” sobre la discriminación racial[1].
Ahora se produce una reacción similar contra el escritor Leonardo Padura por haber dado recientemente una entrevista al diario La Nación de Buenos Aires (de la que hay una versión en Internet), según sus detractores, y no haber hablado en dicha entrevista sobre el “imperialismo” al referirse a la realidad cubana.
La “misteriosa” entrevista y la confusión de fechas
Parece ser una entrevista “misteriosa” porque ninguno de los tres críticos, dos de ellos intelectuales reconocidos, cita el link de la entrevista que critican o al menos reseñan in extenso las palabras del escritor Leonardo Padura para criticarlo. Este primer desliz ya me parece poco serio y de falta del mínimo rigor en una “polémica” que pretenda ser creíble.
En el orden de aparición de los tres artículos publicados en Kaos en la Red, tenemos un artículo de Atilio Borón, del 5 de mayo del presente año, otro de Orestes H. del cual no se sabe quién es, y el tercero del profesor Guillermo Rodríguez Rivera. Estos dos últimos del 11 de mayo del año en curso. Cada uno se refiere a entrevistas diferentes, pero los dos últimos parecen no enterados y sugieren que están hablando de la misma entrevista.
El profesor Atilio Borón
En el caso de Atilio Borón, politólogo y sociólogo, profesor de la Universidad de Buenos Aires, es un “amigo” de la “Revolución cubana”, y esto significa en su caso, que forma parte de los “amigos” del gobierno cubano que consideran la realidad interna cubana como una “caja negra” imposible de descifrar. Para estos “amigos”, el cubano de a pie, forma parte de esa “masa”, telón de fondo de la historia, cuyas voces no merecen atención, sino una opaca presencia desdibujada para resaltar la figura del “héroe” o “la lucha de David contra Goliat”.[2]
Borón, califica el enfoque del escritor Padura sobre la realidad cubana, como
“insanamente equivocado producto de su miope unilateralismo”, y agrega, “creo modestamente, que quién no esté dispuesto a hablar del imperialismo norteamericano, debería llamarse a un prudente silencio a la hora de emitir una opinión sobre la realidad cubana”. El argentino, que no vive en Cuba, se erige así en el censor sobre “lo permitido” y “no permitido” a la hora de hablar sobre la realidad cubana, que no es la suya, y de paso, manda a callar a un escritor cubano residente en la Isla. Si esto no es una postura autoritaria y arrogante de Atilio Borón que alguien me explique otro sentido de este exabrupto censor.
La diferencia de enfoques se debe a que Atilio Borón se posiciona para hablar, desde el discurso oficial del gobierno cubano, sin haber analizado nunca la realidad interna del país y el escritor Padura se posiciona desde sus personajes que son los cubanos de a pie. Pero estas diferencias el profesor no las entiende porque él se atribuye ser uno de los custodios de la Verdad sobre Cuba, aunque nadie le haya dado esta atribución, ¿o sí?
El profesor Borón dice que se refiere a una entrevista del 4 de mayo aparecida en el
periódico La Nación, —parece ser en su versión impresa y no digital—, pero tampoco tuvo la gentileza de citar las propias palabras del escritor cubano. Esta ausencia me parece además, un enfoque parcial y unilateral en el análisis del profesor Borón.
El profesor Guillermo Rodríguez Rivera
El poeta y profesor de literatura, Guillermo Rodríguez Rivera, dice: “En una entrevista concedida a La Nación , de Buenos Aires, Leonardo Padura discurre ahora sobre lo que llama “jugar a hacer política desde el arte” lo que, a su juicio no se debe hacer, porque “los artistas comprometidos de una manera militante con un partido, estado, filosofía o poder, terminan siendo siempre –o casi– marionetas de ese poder”. El profesor Rivera se está refiriendo a una entrevista de Hinde Pomeraniec al escritor Leonardo Padura del 14 de julio del 2012, en el periódico La Nación. No sé por qué el profesor Rodríguez Rivera se refiere a esta entrevista como “ahora” y por qué no le ha hecho la crítica antes y la hace casi dos años después.
El asunto que preocupa al profesor es “el compromiso político” del artista y escritor, y da por sentado que su compromiso personal debe ser compartido por todos los intelectuales cubanos. Otra postura arrogante y autoritaria del profesor Rodríguez Rivera, que se ha declarado además, en otro momento, ferviente defensor del modelo chino como el referente para “el socialismo cubano”[3]. ¿Y si los demás no somos partidarios del “socialismo chino” ni del compromiso personal en consonancia con la línea del partido y el estado cubanos, debemos ser censurados? Si el profesor Rodríguez Rivera tiene esta perfecta simbiosis con la agenda del gobierno cubano está en todo su derecho, pero algo bien distinto es pretender imponer su punto de vista como el único correcto. Por eso creo que el profesor, debe ser un poco más humilde a la hora de señalar los supuestos “limites” de los demás, y dejar de confundir fechas y entrevistas.
La posición del escritor Leonardo Padura sobre el tema del compromiso personal del escritor es: “Los artistas comprometidos de manera militante con un partido, filosofía, Estado o poder terminan siendo siempre —o casi— marionetas de ese poder. No se puede jugar a hacer política desde el arte porque al final los políticos son los que utilizan a los artistas para sus fines políticos. Creo que el compromiso del artista debe ser con la ética ciudadana, con su sentido de la verdad y de la justicia, o cuando menos, con su arte, con la mayor distancia posible de los círculos de decisión política y con la intención de hacer política desde el arte (sic)”. Creo que el profesor Rivera debió, al menos, poner la cita completa.
La crítica del profesor Rivera pasa del tema del compromiso político a analizar algunos personajes cubanos de las novelas del escritor Padura que muestran “desesperanza” y “frustración histórica”. Le parece incorrecto este enfoque de Padura porque al parecer, los cubanos de a pie, —dentro de los cuales se encuentra el propio profesor Rivera—, y los personajes que los encarnan en la obra de Padura, tienen que expresarse en consonancia con la narrativa del discurso oficial. Esta exigencia me parece o cínica o esquizofrénica.
El tercer articulista Orestes H., dedica su crítica al escritor por haber dado una entrevista a La Nación, periódico del cual hace una “historia negra” y que por lo tanto ningún escritor “revolucionario” debería dar una entrevista en un órgano de prensa con esa historia. Seguidamente cita el artículo de Atilio Borón para criticar al escritor Padura sobre su ausencia de crítica al “bloqueo” y termina preguntándole al escritor que significa para él un país “normal”[4]. El desconocido articulista se hace eco de una crítica de Atilio Borón sin tener ninguna otra información sobre dicha entrevista, ni sobre ninguna otra dada por el escritor.
En resumen, un profesor argentino critica al escritor Leonardo Padura por no hablar en una entrevista sobre “el imperialismo” al referirse a algunos aspectos de la realidad cubana y dos cubanos, uno un intelectual reconocido, y otro desconocido, a partir de ese artículo de Borón que ambos citan, arremeten contra el escritor Leonardo Padura por un conjunto de supuestas “herejías”.
¿Cuáles son las supuestas “herejías” cometidas por el escritor Leonardo Padura?
- Haber dado una entrevista al diario La Nación, de Buenos Aires.
- No haberse referido al “imperialismo” al dar sus impresiones sobre la realidad cubana.
- El compromiso personal del escritor y el artista cubano tiene que coincidir con las prioridades de la agenda gubernamental, como así lo prefiere el profesor Guillermo Rodríguez Rivera, y los personajes cubanos de las novelas no pueden mostrar desesperanza o frustración porque no dan una visión “equilibrada” de la realidad cubana. ¿Se quedó el profesor Rivera anclado en la estética del Realismo socialista?
En realidad, los tres artículos parecen haber salido de tres comisarios políticos que fijan los límites de la libertad de expresión, pensamiento y creación.
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