Actualizado: 28/03/2024 20:07
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No son todos los que están…

¿Qué determina la selección de artistas cubanos para ARCO? ¿El nepotismo o la eficacia comercial?

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Sudor…

En la sección Project Rooms, la galería berlinesa M:A Contemporary, incluyó una video instalación harto sugerente de Alexandre Arrechea, titulada Sudor. A propósito de esta obra, un statement que se situó a la entrada del Project Room, explicaba la condición analítica de la pieza, más allá de su evidente esteticismo:

"La instalación Sudor surgió de una intervención pública que tuvo lugar en La Habana el viernes 13 de febrero de 2004. La intervención obedeció al deseo del artista de explorar las nociones de participación en aquellas actividades que se desarrollan y definen por el lugar donde están emplazadas".

"Arrechea intentaba convertir un espacio público asociado a una función concreta —en este caso, una cancha de baloncesto de una escuela primaria— en el espacio para un acontecimiento, una fiesta, que celebrara las habilidades deportivas de los jóvenes habaneros, uniendo al mismo tiempo diferentes estructuras o estratos sociales que están habitualmente excluidos de sus respectivos entornos sociales. La cancha de básquet, concebida como investigación de la redefinición del espacio en términos prácticos, pero también sicológicos y emocionales".

"La intervención inicial se vio afectada por un gran número de dificultades prácticas relacionadas con el contexto político y social de La Habana. Por ejemplo, para utilizar la cancha, el artista se vio obligado a aceptar una invitación formal que implicó la exclusión de muchas personas del propio perímetro del espacio".

"En la intervención pública inicial, se proyectó sobre los tableros un vídeo de un partido de baloncesto disputado la semana anterior por chicos del vecindario, creando así el simulacro visual de un partido real que quedaría convertido en una especie de memoria flotante dentro del espacio. Los espectadores se encontraban ante un partido en el que no podían ver a los jugadores, sino tan sólo el aro y, a veces, la pelota, mientras una banda sonora emitía las voces y los sonidos de los jugadores mezclados con música popular de baile, invitando al público a danzar y a divertirse, redefiniendo así el propósito del espacio. La intervención atrajo a un público diverso. Sin embargo, las condiciones impuestas por las autoridades alteraron sutilmente el contexto emocional".

"La 'fiesta' estuvo en todo momento marcada por la posibilidad, siempre presente, de su clausura, lo que de hecho sucedió más o menos una hora y media después, demostrando que los espacios se definen por sus cualidades emocionales y psicológicas y también por la vivencia física y sensorial —sonidos, olores, imágenes, etc.— que proporcionan".