Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Artes Plásticas

No son todos los que están…

¿Qué determina la selección de artistas cubanos para ARCO? ¿El nepotismo o la eficacia comercial?

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Flexibilidad y horror al vacío

En este caso, la obra de Arrechea prueba algo que ya es una "verdad" dentro del campo artístico, y es que una propuesta eminentemente conceptual, independientemente de su morfología, como Sudor —donde lo primordial ha sido someter a tensión las dinámicas de diálogo o no diálogo entre las fuerzas institucionales y el imaginario popular—, no está reñida con circuitos en primera instancia comerciales, como los que constituyen las ferias.

Cada vez más los formatos institucionales al uso se tornan flexibles, y ARCO poco a poco va dando muestras de la movilidad de sus márgenes. Quizás de ello pudieran aprender algo las galerías cubanas —aunque no sólo éstas—, empeñadas en hacer de sus escasos metros cuadrados en las ferias un espacio con horror al vacío, falto de la mesura y la elegancia que tanto se agradece en contextos donde la visualidad queda per se sobredimensionada y el espectador no hace más que vagar agotado por los pasillos interminables.

Quizás, pensar en políticas promocionales serias, regulares, contribuiría a fijar reales objetivos de trabajo, nada utópicos, por parte de las galerías cubanas ante este tipo de eventos.

Al respecto, habría que esperar la evolución de la Galería Espacios, inaugurada el año pasado en Madrid, y dedicada íntegramente al arte cubano.

La cualificación estética de la galería, que, aunque alejada del centro de la capital española, cuenta con una nave amplia y excelentemente habilitada para las funciones de exhibición; el trabajo con una nómina fija de artistas —aunque demasiado amplia—; la primacía del concepto de comisariado en la programación, así como la heterogeneidad de poéticas provenientes de ese propio listado de creadores representados, pudieran intervenir en la consecución de un proyecto promocional y comercial coherente.

Justamente Espacios, la Galería Carmen de la Calle (con una muestra colectiva de fotografía), el Show Room Cubaneando (con obras de Alexis Esquivel y David Beltrán), Madrid Abierto (con una intervención de Wilfredo Prieto), entre otros sitios y foros, han sido testigos de una presencia del arte cubano en Madrid, que rebasa durante febrero los pabellones de ARCO.

Lo interesante de esta cita que acontece fuera de las excluyentes fronteras insulares, es que permite que estén los de dentro y fuera de la Isla, sin el control institucional común. De hecho, en ARCO 2006 se podían encontrar obras de artistas como María Magdalena Campos (Galería Pack, Milán), Armando Mariño (Galería ADHOC, Vigo), Marta María Pérez (Galería Luis Adelantado, Valencia), entre otros.

Y ello sigue siendo un aliciente para distinguir una producción simbólica nómada, resultado de los procesos migratorios y los exilios, que como signo de una sociedad fragmentada ha tenido en el arte su reflejo.


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