Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Música

Son pornos, son populares

La banda de rock-punk Porno para Ricardo es uno de los nuevos actores sociales que enriquecen el escenario de la resistencia.

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La calidad musical del grupo le permite trascender la escena cubana e insertarse en un ámbito extracubano. Aunque la jerga usada puede resultar extraña al oyente no cubano, la música, más allá del discurso político, lo sitúa en escenas extracubanas. Esta perfección hará también que trasciendan el escenario de la política del castrismo: una vez adquirida esa libertad para el placer que han enarbolado, su música irá por otros rumbos y se librará de las tensiones políticas que ellos viven y que, finalmente, los ha llevado a un ostracismo bastante poroso, pues no ha impedido que sus canciones circulen de mano en mano entre la juventud cubana.

Burlarse de los otros

El disco A mí no me gusta la política, pero yo le gusto a ella compañeros es una burla al sistema político y a quienes hacen eco de su ideología, los chivatones, los comunistas, las ratas dirigentes, los que le hacen el juego al juego, quienes tienen "dinero sin hacer nada, se pasan todo el día repitiendo el discurso del papá cucaracha". En la canción Peste a Rata sacan a flote lo que pasa en los bajos fondos: "Hay una cosa muy fea que pasa en las cloacas de todo el sistema. Hay ratas rojas y verdes, con dientes, con barbas, que se dan la lengua, unas llegan a presidentes y las otras, las pobres, se van a la cazuela".

Si en el primer CD la Asociación Hermanos Saíz le sirve como punto para expandir su ironía, en este Porno para Ricardo se pregunta a ritmo de rock: "¿Cómo no me voy a reír de la Asociación Hermanos Saíz?", con lo que afirma su condición de disidente, que no hace concesiones a cambio de algunos privilegios ("pero mi vida, pero mi cielo, lo que yo quiero es viajar al extranjero").

El oportunismo político y la delación (ante la falta de talento artístico) como forma de trascender en la AHS, es la historia que se aborda en Comunista chivatón, dedicada a Alpidio Alonso, quien se ocupaba de acosar al grupo e impedir que toque en lugares públicos: "Alpidio Alonso… se hizo una casa con el dinero de la Asociación y escribe unos versos que nadie quiere oírlos porque son muy malos, le va mejor el rol de chivatón… Si algún día fue poeta, yo ese día fui escultor".

La migración ilegal también es un tema recurrente en las canciones de Porno para Ricardo. El ánimo y entusiasmo del tipo constructor de El submarino, que pretende viajar por debajo del agua, tranquilo entre peces y langostas, para que no lo agarre la guardia costera (y de ser exitoso, rescatará más gente), contrasta con la tragicomedia reflejada en la canción Mi balsa, en la que el protagonista, en medio del mar, sin saber si va rumbo a Miami o al Morro, es devorado por los tiburones.

El deseo de este balsero no es salvar su vida, sino llegar a Cayo Hueso para tramitar la visita del carpintero y cuando éste llegue, dispararle por el dinero que le cobró por una balsa defectuosa. Las difíciles condiciones que vive el balsero en medio del mar no le impiden disfrutar del oleaje y observar lo lindo de la noche. El acoso de los tiburones no parece ser suficiente sufrimiento para este hombre. El discurso oficial acrecienta su tragedia, cuando una voz acartonada le recuerda que el futuro es por entero del socialismo y, basada en la disciplina y la unidad, la sociedad será invencible.

La pornografía es derecho del pueblo

Visto como un proyecto musical, Porno para Ricardo tiene un discurso cuyo hilo conductor es la necesidad de libertad, pero no sólo la libertad para votar e irse del país, sino para reivindicar el placer, el sexo, usar drogas, ser iconoclasta, acceder a la pornografía, definida como roja, democrática y de íntimas multitudes.

Aparece la pornografía como la opción, un derecho frente a las condiciones de la vida cotidiana, de hambre, miseria y mentira. Se reivindica no sólo la pornografía, sino la libertad que ésta implica. Para el grupo, la pornografía es derecho del pueblo, pues "todo cubano debe saber singar y singar bien".

A ellos no les gusta la política pero entran en los terrenos de la política al hacer público un discurso privado que ayuda a minar el miedo como cultura, en la relación dominados-dominadores. De acuerdo con los principales teóricos de los regímenes políticos, en el postotalitarismo coexiste junto a la cultura oficial, una compleja cultura underground que puede derivar en oposición al sistema.

Hasta ahora, Porno para Ricardo es parte de los nuevos actores sociales que enriquecen y hacen más complejo el escenario de la resistencia y la protesta social. Su discurso fácilmente encuentra receptores, porque habla del agravio sufrido por jóvenes y viejos. Y el hecho de contar con receptores, permite crear solidaridades, que con el tiempo significará un mayor desafío al régimen.

El discurso de la banda disfruta de ser aceptado, compartido y entendido por la gente con más facilidad que cualquier proyecto de transición. Aunque su música puede gustar o no al cubano de a pie, es fácil encontrar un interlocutor, un escucha cómplice, dado que el contenido de sus letras es, precisamente, el antidiscurso o, por decirlo de otra forma, el discurso que millones de cubanos mantienen en el espacio privado. Sólo los Pornos se atreven a hacerlo público, además, gozando de la libertad de no tener que ser políticamente correctos.

Los costos que Porno para Ricardo ha tenido que pagar por no hacer concesiones, lo legitima y libera de cualquier sospecha de oportunismo político. Ir a prisión, ser citados por la policía, peder su espacio de ensayo, no ser invitados a compartir escenario con otras bandas y, sobre todo, perder la oportunidad de tocar en público, es un precio muy alto para una banda de rock cuya única pretensión ha sido expresarse musicalmente.

Su música es reflejo del hartazgo e insatisfacción de gran parte de la juventud cubana y, al mismo tiempo, es imagen de la intolerancia e insensatez que ha caracterizado al régimen por casi cinco décadas. Es el mismo régimen, con sus características ya conocidas, el que lleva a sus críticos a posturas radicales, como Porno para Ricardo, ya que las pretensiones del grupo no son políticas, sino divertirse en un ambiente de tolerancia, libido y comunicación, como lo expresó Gorki Águila.

Los CD Soy porno, soy popular y A mí no me gusta la política, pero yo le gusto a ella compañeros, fueron producidos por Porno para Ricardo y grabados en el 2006 en los estudios La Paja Records, en La Habana, con el fin de "dar cumplimiento a los planes de producción del año y así poder aspirar a colectivo Héroe del Trabajo por la emulación anal-quista" y "contribuir a la formación masturbatoria de nuestros niños y jóvenes". Se pueden adquirir fácilmente en la página oficial del grupo: www.pornopararicardo.com.


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