Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Tres más dos

El libro 'Una Cuba: Cinco Voces' recoge lecturas de poetas cubanos en un encuentro realizado en Buenos Aires.

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Once de noviembre

García Vega: "Y es que son raros algunos momentos. Y no ando en busca de ninguna luz. Pues yo sólo, en un día como éste que estoy viviendo, constato lo que pudiera constatar un ciego que, por haber perdido la vista, ya no se le pudiera ocurrir buscar ninguna luz" ( Yo vivo en un lugar).

Reina María: "Por eso, tengo a mi cargo, la puntilla del tiempo, / esa que pende de los finales / y los remates bien estirados. / Y no hay nada más relacionado con el estilo, / que un tejido de encaje en la sábana —eso lo apunta hacia ella— / cuando vuelve de esconder el supuesto cesto de la costura / de los ojos de él" ( Céline y las mujeres).

Antonio José Ponte: "Entraste al sueño de la casa /como el cuchillo entra en la rebanada. / Los frijoles dormían, / las almas en el limbo. / El sueño fue tu diáspora. / Pero al abrir la puerta del refrigerador / era de mediodía / esa luz cenital sobre el pomo de agua" ( Día noche día).

Soleida Ríos: "Elsa y la sombra, maestra por vocación, la que la sigue o acompaña, desaparecen de mi vista, se vuelven a esfumar. Eso, del lado de acá del puente, extrañamente, no me alarma, no me crea desazón" ( Puente).

José Kozer: "Totí, búho y girasoles, gozan de beatitud al ponerse el sol. Tamañazo. Da miedo. Tanto centro. Se van a quemar los chinos al otro lado del planeta. No hay quimono que absorba tanta concentración del rojo. Del abstraído azul del cielo este amanecer, allá" ( Naïf).

Como puede notarse, los poemas finales tienen que ver con la composición de asuntos, de los rumbos que puede tomar una idea poética, ya sea en forma de tejido, palabra sobre papel, bordado sobre tela; de la luz que es sólo referencia en el poema pero no la misma luz, ni siquiera la sombra, o sea, lo escrito como testimonio de la experiencia lírica, narración y canto de lo que ha estado yéndose.

Por eso me resultó tan placentera la lectura de este libro, pues son muy raras las reuniones entre artistas y escritores de Cuba donde no predominen los temas que, felizmente, no están aquí, con la excepción del manido nacionalismo en la expresión literaria comentado en la "Conversación".

Igualmente, resulta lamentable y censurable que Antonio José Ponte no haya asistido porque simplemente alguien, innombrado pero poderoso, le negó el permiso para ir a Buenos Aires, aunque no pudo impedir la presencia de su poesía.


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