Actualizado: 02/05/2024 23:14
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Artes Plásticas: X Bienal de La Habana

Garaicoa 'retrata' varios edificios represivos del mundo, entre ellos Villa Marista

Bajo el título 'Las joyas de la corona', el artista representa el Estadio de Chile, la KGB, la Stasi, la Base Naval de Guantánamo y la Escuela de Mecánica de la Armada, entre otros.

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Villa Marista, una de las sedes de la policía política, aparece representada en una obra de la Décima Bienal de La Habana dedicada a lugares de represión en el mundo, realizada por el artista Carlos Garaicoa, reportó ANSA.

Las joyas de la corona es el título del conjunto de ocho piezas en plata fundida con formas de otros tantos edificios: Estadio de Chile, KGB, Stasi, Base Naval de Guantánamo, DGI, Pentágono, Escuela de Mecánica de la Armada, en Buenos Aires, y Villa Marista.

Los edificios, según el cartel descriptivo del autor, son "retratos (realistas y/o imaginados) de lugares de represión, presidios, casas de torturas. Parten de la realidad, pero también de la proyección mental que tenemos de estos sitios".

La obra forma parte de la exposición individual de Garaicoa La enmienda que hay en mí, en la que ha colaborado la Embajada de España y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), instalada en el Museo Nacional de Bellas Artes dentro de la Bienal de La Habana, inaugurada el viernes.

"A todos nos toca, todo país tiene su joya. Aquí se sabe qué es Villa Marista", cuenta Garaicoa (La Habana, 1967) a ANSA, que en el rótulo explicativo indica que "es parte del Departamento de Operaciones de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior".

Villa Marista es considerada por los opositores la "cárcel política" del país, donde se producen interrogatorios severos y torturas, según testimonios de víctimas. Situada en el barrio de La Víbora, fue inaugurada en 1963 después de que Fidel Castro confiscó los terrenos pertenecientes a los Hermanos Maristas.

"Me interesaba hablar de las joyas de la corona como ese espacio privativo de los Estados, estos lugares oscuros, centros de inteligencia, centros de tortura", añadió el artista, que señaló que su obra "puede crecer, pues hay muchos lugares que no he tocado".

Garaicoa relató la negociación que tuvo con las autoridades antes de la exposición: "Hemos conversado. En todas exposiciones hay una negociación. Ha sido una negociación bastante abierta, sana. Si se ha hecho habla muy bien de todos (del Ministerio de Cultura, de la Bienal, de la libertad de los artistas). No he tenido que renunciar a nada. Este era mi proyecto".

En otra de sus obras, La palabra transformada, el artista transmite cómo el "espacio público político, que ha sido el espacio emblemático de la política cubana, puede ser sustituido por la voz de un individuo, pues es muy importante que el ciudadano cubano también tenga un espacio individual al margen del discurso político".

Aparecen así, sobre casas fotografiadas, carteles con frases como "No puedo seguir más", "Sin rodeo, la ciudad está segura de su desasosiego", "Desbordados, inertes, decididos al exceso, esperamos" y "Perseguido por la palabra opto por el gesto. Errar y arriesgar".

La exposición "tiene un mensaje de dudas acontecidas, de dolores, espero también un mensaje poético, y también una mirada de futuro y de las posibilidades que tenemos ante nosotros, como sociedad y como individuos".

La muestra incluye Saving time, un reloj que va marcha atrás y que lleva a reflexionar sobre "qué pasaría si en cada una de nuestras vidas y a nivel de sociedad nos pusiéramos a cuestionar cómo hemos gastado o mal gastado nuestro tiempo".

Con La enmienda que hay en mí, que estará abierta hasta el 21 de junio, Garaicoa vuelve a exponer en La Habana luego de seis años. La X Bienal de La Habana, que tiene su sede principal en la fortaleza Morro-Cabaña y en la que participan más de 200 artistas de 54 países, está dedicada a la integración y resistencia en la era de la globalización.


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