Entre ARCO (S), 2008 II. Alexandre Arrechea: Visión del objeto no sometido.
Dennys Matos | 24/03/2008 23:24
Las últimas obras de Alexandre Arrechea plantean una subversión semántica de los objetos.
Obras de Alexandre Arrechea.
Fotografías: Lorena Pérez Rumpler.
La joven galería de Madrid Casado Santapau (algo más de dos años de inaugurada) asistió por primera vez a ARCO basando casi toda su propuesta en obras de Alexandre Arrechea, todas de 2008. Las dos esculturas y los dos dibujos daban la sensación de que se trataba de una (mini) exposición y podría decirse que así era, considerando que entre las cuatros piezas articulaban un discurso donde, de una parte, se entrelazaban con gran ingeniosidad conceptualismo escultórico y neofiguración pictórica. De la otra, ambas formas abordaban, desde una compleja relación con los lenguajes del arte contemporáneo, los objetos que pueblan nuestro entorno, tanto los característicos de los espacios públicos como aquellos asociados a los espacios privados en su acepción más doméstica.
Desde hace ya algún tiempo la obra de Arrechea se ha preocupado por investigar sobre nuevas posibilidades connotativas que van cobrando los objetos en su relación con nuestro mundo de vida. Alterar su naturaleza de sentido, provocar o inducir un uso diferente del que originalmente les fue asignado se presenta como una idea constante en los últimos proyectos del autor.
En la escultura Paisaje Suicida, por ejemplo, lo que llama la atención no es el paisaje ni tampoco el trineo, sino el contraste semántico que se establece por la fusión de ambos dentro de un mismo volumen escultórico. Aquí dos “imágenes navideñas”, una natural la otra artificial, representadas en dos objetos, dan lugar no solo a otra forma de narrarlas sino que también dan lugar – y quizás sea esto lo más importante- a otra manera de representarlas dentro de una sintaxis relacional con implicación de otras categorías narrativas.
Paisaje Suicida.
Sin en Paisaje Suicida , el autor emplea dos figuras para generar esa especie de ensamble escultórico y así traspasar la barrera de sus significados originales, en Columna, acude a un solo elemento: la silla. Este objeto de estirpe doméstica, presente también en los dibujos Levitar y Aire Húmedo (serie “New Orleans después del Katrina”) es desdoblado, conceptualizado y reinventado en sus funciones significativas. La escultura de Arrechea parece tomar de inspiración la obra Columna sin Fin de Constantin Brancusi. Pero en este punto se produce una curiosa disyunción.
Si la escultura de Brancusi representaba la superación modernista de los valores academicistas, a través de una escultura que tendía a la visualidad abstracta con sus respectivos correlatos de trascendencia y metafísica filosófica, la obra de Arrechea, en cambio, se constituye sobre la narrativa de algo tan cotidiano como una silla. Una silla que se muta, que se desdibuja hasta convertirse en una reflexión caligráfica sobre si misma, es decir en una reflexión sobre su propio signo (en este sentido del signo no olvidemos una obra paradigmática del conceptualismo como Una y tres Sillas de Joseph Kosuth).
Columna
Tanto en Paisaje Suicida como en Columna la obsesión modernista por la masa, el volumen, la textura, el espacio o el ritmo como arquetipos constitutivos de la escultura pasan a un segundo plano discursivo.
¿De qué nos hablan estas esculturas de Arrechea?. Desde el punto de vista formal podría decir que participan de ese espíritu de la escultura postmoderna que, por un lado, abandona el pedestal como elemento constitutivo de significado, por el otro, amplía la gama de sus materiales escultóricos donde el mundo del consumo, la espectacularidad y lo cotidiano cobran un mayor protagonismo dentro del mundo del arte.
Desde el punto de vista discursivo, la obra de Arrechea postula una subversión en la relación sujeto objeto, en la relación entre imagen y representación. Si hay un control del cuerpo (léase del sujeto) por medio de la imposición compulsiva –tanto en el ámbito privado como en el público- de una vorágine de objetos, una contesta eficaz es señalar el no sometimiento de los objetos, es decir, desvirtuar su lógica de uso a través de la cual se mantiene en tensión controlada las potencialidades del sujeto.
De arriba abajo:
Aire de Humedad y Levitar
alexandrearrechea.blogspot.com
www.alexandrearrechea.com
Publicado en: Paisajes (Im)personales | Actualizado 18/04/2008 13:06