Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Béisbol: 46ª Serie Nacional

Amores falsos y verdaderos

El béisbol es el único asunto en el que los cubanos se muestran activos; el único sobre el que parecen tener criterios y que logra comprometer a la mayoría.

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TEMA: Play-Offs. 46ª Serie de Béisbol

La multitud coreaba desde las gradas una rima: "¡Industriales campeón, palestinos pa'l camión!", cuyo significado conocemos muy bien los cubanos y resume el potencial de violencia que se encierra en esta vieja hostilidad, artificialmente estimulada.

Por su parte, para no ser menos, los santiagueros regalaron también su repertorio de insultos y otros epítetos peyorativos a los capitalinos durante la jornada final en el Guillermón.

La auténtica fidelidad

Si se analiza un poco, desde agosto del pasado año la población no asiste a ningún acto público festivo que realmente la motive.

Ya se sabe que los carnavales de 2006 fueron cancelados. Las socorridas fiestas de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), de cada 28 de septiembre, fueron casi nulas en ese año, mientras las mediocres celebraciones bailables de la Plaza Cívica que tuvieron lugar a principios de abril, con motivo del aniversario 45 de la creación de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), evidenciaron una significativa indiferencia de las masas por toda festividad que tenga algún contenido ideológico o llegue convocada directamente por las autoridades.

Ya no es lo mismo ni es igual que años atrás: la mítica revolución ha perdido poder de convocatoria. Sólo los actos políticos pueden ser extraordinariamente masivos, debido a que son convocados. La concurrencia a los mismos es controlada desde los centros de trabajo y estudio y desde los llamados "programas priorizados de la revolución", muchos de cuyos beneficiarios se ven obligados asistir.

De manera que el béisbol es el único espectáculo nacional en verdad aglutinador, capaz de movilizar espontáneamente, con sincero entusiasmo, a las multitudes y mantenerlas a la vez controladas y felices.

En las últimas semanas han ocurrido algunos hechos de significativa importancia: la visita del canciller español Miguel Ángel Moratinos y los acuerdos tomados por éste con La Habana; la presentación fotográfica del gobernante invisible de la Isla en el principal diario y la muy difundida y debatida liberación bajo fianza de Posada Carriles. Esto último desató todo un programa oficial de tribunas abiertas, mesas redondas de televisión y alocuciones a las que se hizo referencia en las transmisiones de los noticieros de televisión; pero que no pasaron a mayores.

Aquí, en las calles, en los centros de trabajo, en las casas, sólo se discutía acaloradamente de béisbol. Y de ese tema sí casi todo el mundo tenía algo que decir. El béisbol es el único tópico de la vida nacional en el que los cubanos de la Isla se muestran verdaderamente constantes y activos; el único sobre el que parecen tener criterios y también el único que logra comprometer a la mayoría de la población.

Ya sea por simpatía o por verdadero conocimiento, lo cierto es que este deporte parece constituir, junto a los afectos familiares y amistosos, la auténtica fidelidad de los cubanos.

En contraste, y en la vida cotidiana de la nación, nadie recuerda a Castro, a nadie le interesa qué rayos vino a hacer Moratinos, ni qué decir de los visitantes chinos. Muchísimo menos, nadie dedica la menor mención a Posada Carriles.


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