El 2-D, fecha clave

Fuerzas armadas y control de regiones

Aunque a cualquiera podría bastarle como ambición política, al parecer no sucede así con el amigo de Castro, quien tal vez se ha planteado, en su fuero íntimo, competir en omnipotencia de poderes con el gobernante isleño.

Otra de las aristas polémicas de las ya famosas enmiendas tiene que ver con la politización de las fuerzas armadas, que se trazan en la Constitución como un cuerpo "bolivariano, patriótico, popular y antiimperialista". Aquí también se plasma la creación de la "Milicia Nacional Bolivariana", con el fin de sumarla al Ejército, la Aviación, la Marina y la Guardia Nacional (policía militarizada) como fuerza castrense.

Carece de sentido titubear sobre el camino que sigue Chávez. Lo que pretende con estos cambios no es más que copiar la hechura de las fuerzas armadas cubanas y de las Milicias de Tropas Territoriales. Amén de politizarlas, anhela convertirlas en "sus" fuerzas armadas, a las cuales elevó el salario (60% para los profesionales y 50 para oficiales y suboficiales) en 2005. Y esta es sin duda una de las más graves amenazas, no ya a la democracia, sino a la vida pacífica del país.

Un campo minado

El psicólogo y académico Axel Carriles advirtió en Caracas que la Carta Magna modificada "sectariamente" podría exacerbar actitudes violentas en el país. Para este prestigioso intelectual, la "Constitución será identificada con una ideología, que recogerá la voluntad de un pequeño sector de la sociedad", y añadió que por su carácter "puede fracturar la nación, crear un caos colectivo si es aprobada".

Mientras Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, defendía a brazo partido al presidente, la edición digital del diario local El Universal describía, en un artículo titulado "Un campo minado rodea al referendo", escisiones en el oficialismo.

El texto anota las inclinaciones del mandatario con respecto a determinadas figuras y grupos de una coalición política que no parece andar sobre losas seguras. Los choques entre sus miembros pueden crecer si Chávez no tiene en cuenta los intereses de cada cual.

La dolorosa gestación del Partido Socialista Unido de Venezuela, que se suponía debía cohesionar a toda la izquierda y apoyos aledaños, aún es plan, y sus rozamientos pasan no pocas veces a la prensa.

La inequidad de Chávez, que al confeccionar su equipo de campaña se decidió por aspirantes a líderes en el PSUV, disgustó al partido Patria para Todos y a los comunistas.

Una idea de las desavenencias entre la apoyatura de Chávez se refleja en la "denuncia" de los congresistas Luis Tascón e Iris Varela, que ven una "derecha endógena", en el gobierno, que conspira contra éste. Al primero, por cierto, de poco le sirvió su celo. Días después sería expulsado —del partido que aún no existe—, porque se negó a tratar de traidor al general Baduel, crítico de la reforma.

Si el parto de la organización política ha sido tan arduo que todavía no llega, más difícil será mantener la criatura. Con el despido de Tascón se hace evidente que para disentir de este gobierno sólo hace falta estar en desacuerdo con el pensamiento único y listo, afirma la página web Venelogía.

El Partido Podemos, también cercano a Chávez y con diputados en un Congreso sin oposición, ha sido también adversario sistemático de la reforma. Pero la estrategia que adopte la oposición será fundamental en la derrota de las ínfulas chavistas. Por lo pronto, el líder de Primero Justicia, Julio Andrés Borges, cree que existen reales posibilidades de imponerse en el referendo, y aseguró que la mejor manera de resistir al cambio es "luchando y votando". Sin embargo, para Borges, tan importante como votar es "defender el voto", en clara alusión a una posibilidad de fraude.

Mientras no olvida que Chávez designó por decreto al Consejo Presidencial para la Reforma Constitucional, Borges aboga porque la oposición "tenga la opción de contar la mitad de las cajas y de lograr la depuración del registro electoral", y a partir de esto "se van a abrir muchas puertas", subrayó.

Todo el trasiego previo al referendo, que incluye la negativa del Consejo Nacional Electoral a debatir las reformas, se lleva a cabo en medio de la escasez de un grupo de productos de la canasta básica, lo que obligó a la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos a rechazar los rumores dirigidos contra la entidad.

Venezuela vive un cuadro pletórico de complejidad, donde un hombre de ademán mesiánico entiende que debe ejercer el poder de manera vitalicia. Votar en contra significaría desbrozar una gran parte de la maleza que es el chavismo y bajarle los humos a su líder.

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