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Europa del Este

Historia de un genocidio

Ucrania rememora los millones de campesinos asesinados por Stalin.

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La gente salía a los caminos, trataba de llegar a otra parte, y entonces eran interceptados, tiroteados y rematados por las brigadas y los "activistas" armados. Los campos estaban rodeados de cercas y la gente caía al suelo inconsciente, de hambre, frente a los sembrados que no podían alcanzar.

Los kulaks que quedaron en Ucrania y el Cáucaso no corrieron mejor suerte. Los sobrevivientes, como el historiador Kuchisky, cuentan: "Algunos kulaks mataban su propio ganado antes de entregarlo, muchos murieron durante las semanas que duró la transportación hacia los campos de trabajos forzados y otros miles fusilados". Marika Saraika, que entonces tenía 12 años, recuerda a su abuelo, uno de los deportados: "nunca supimos nada más de él".

La requisa del grano

En el otoño de 1930, Stalin exige a Ucrania una tercera parte de su cosecha. Resultado: al final del año, el 78 por ciento de los koljoses no pudieron pagar a los campesinos y estos recibieron la mitad de granos que se daba a los demás ciudadanos de la URSS. El año siguiente, 1931, Stalin pide la misma cuota de grano, pero la cosecha había sido un 20 por ciento menor. Entonces ordena al ejército requisar el grano donde lo hubiera. Cuando comenzó la primavera del año 1932, no había grano para alimentar a la población.

Para prevenir que los campesinos se alimentaran tomando el grano del campo, se dictó un decreto en agosto de 1932 que imponía la pena de muerte "a quienes roben la propiedad socialista". Se estableció un servicio obligatorio de entregas en cada koljós y la cosecha se militarizó. Se pasaba por las armas a los funcionarios y campesinos que no cumplían con la cuota. A fines de 1932 se dictó el bloqueo de las aldeas que no cumplían con el Estado.

Durante el Congreso XX del Partido Comunista de la URSS, en 1956, Khrushchev reveló que Stalin había planeado en aquellos tiempos deportar a todos los ucranianos a Siberia, pero desistió porque eran muchos y no había dónde ubicarlos.

Mentiras y canibalismo

"Los comunistas dijeron que la hambruna se originó debido a una mala cosecha, pero eso fue mentira", dice Kuchinski. La cosecha de ese año fue una de las mejores de la historia, pero la mayor parte fue requisada y se pudrió en los transportes y ni siquiera pudo llegar a Moscú. La gente comenzó a morir como moscas.

Según esta fuente, sólo en 1933 murieron al menos siete millones en Ucrania, sobre todo mujeres, niños y ancianos. En el mes de mayo, la calamidad alcanzó el clímax y comenzaron a aparecer casos de canibalismo. En uno de los documentos figura un juicio donde dos hermanos confiesan: "Sí, nos comimos a nuestra propia madre, que murió de hambre, y nos comeríamos al propio Stalin si se nos pone delante". Los hermanos fueron fusilados.

Hubo casos de madres con varios hijos que sacrificaron a uno para que los otros comieran. La gente se convirtió en esqueletos vivientes.

Todavía hoy, dice Kuchinsky, cuesta trabajo que la gente hable de aquellos tiempos. "Tienen miedo, el fantasma de Stalin todavía nos persigue".


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