Actualizado: 25/04/2024 19:17
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Internacional

Crónica: Bolivia

Veinticuatro horas con Evo Morales

Populismo y desesperanza: El rumbo hacia ninguna parte del 'favorito' en las elecciones.

Enviar Imprimir

Esta situación hace la marcha aún más lenta, pero no porque los automóviles no anden. Miembros del equipo de Morales dicen con orgullo que es normal que los viajes sean a 180 km/h de velocidad. Hay veces que se llega a los 200, pero la marcha de los camiones, arriba y abajo, no deja que los potentes vehículos prosigan al ritmo deseado.

Hemos pasado ya el corazón del Chapare, Villa Tunari, donde Evo llegó a ser líder de las seis federaciones de cocaleros o campesinos —como ellos mismos se llaman— y posteriormente fundó el Movimiento Al Socialismo (MAS). Este último escalón llevó a Morales en 1997 al Parlamento de Bolivia y, en 2002, el MAS se convirtió en el principal partido de la oposición. Por muy poco habría sido elegido el primer presidente 100 por ciento indígena en la historia de América del Sur.

El hit del momento

Es tiempo de parar en Entre Ríos, para reunirse con las bases del partido. Esta terminología es la misma que usan los partidos comunistas, y su modus operandi es muy parecido al de Cuba. Aquí todos se dicen compañeros y hermanos, pero la gente tiene miedo al "jefe", que se molesta con mucha facilidad.

La gente se moviliza escuchando permanentemente el k7 del MAS, donde el "hit" del momento es la música "Evo Morales". Estos detalles pueden parecer ridículos e inofensivos, pero muestran un peligroso culto a la personalidad, que seguro daría envidia a muchos propagandistas de la era de Lenin, Stalin o a la actual de Fidel Castro.

Uno de los síntomas del rápido cambio de humor del "jefe" afloró a la salida de una reunión. Morales iba caminando por el césped y al entrar en su jeep, le hice una foto. Cuando se me acercó, dijo visiblemente irritado: "no seas curioso".

El convoy de decenas de autos sigue en marcha lenta al entrar en la provincia de Santa Cruz. Cerca de una hora después, impresiona la entrada en Yapacani, una pequeña ciudad a unos 100 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra. Según la teología oficial "del partido", se dice que aquí viven los "oligarcas y fascistas blancos que explotan" al pueblo indígena y originario de aquellas tierras.

Miles de personas con banderas de color azul, blanco y negro invaden las calles. No se sabe bien de dónde vienen, pero siguen llegando en una marcha triunfal. Morales va montado en un tractor y saluda a la gente que grita al unísono: "Ayaya, Evo Morales" (viva Evo Morales, en aimara). Algunos explotan petardos para anunciar "la llegada del nuevo presidente de Bolivia", aunque no se hayan realizado todavía las elecciones.

La 'todopoderosa' Constituyente

El discurso en Yapacani, retocado antes por su equipo, tiene muy pocas variaciones, en relación con los otros ya pronunciados en los varios meses de campaña electoral. Aunque Morales habla de la Ley de Hidrocarburos, de la "campaña sucia contra el MAS", critica a su principal rival en las elecciones, Jorge Tuto Quiroga, a quien acusa de ser "pagado por la embajada estadounidense y por las multinacionales". Habla también de la Asamblea Constituyente como la "salvación nacional a todos los problemas".

"Dicen que algunas de mis propuestas son inconstitucionales, para eso sirve la Asamblea, para que se cambien las leyes y pasen a ser constitucionales", advierte Morales y añade: "dicen por ahí que voy a nacionalizar todo; no es verdad, el hermano aimara, quechua o guaraní, que trabajó toda su vida y logró construir su propia empresa, donde con el sudor y sangre venció en la vida, tendrá todo mi apoyo; pero aquellos que sólo roban y explotan al pueblo, esos si tendrán que pagar".

Evo se refiere directamente a los grandes empresarios cruceños y a las multinacionales que explotan los recursos naturales de Bolivia.