Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Humor

Carta a Consuelito Vidal (II)

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De manera que había que ponerle apellido. Fe era prácticamente fo, y objetivamente fu. Por eso vino la coletilla esa de que "todo llega". Fue muy simpático, y creo que ese jingle marcó un momento en la historia del suspense mundial. Si uno mira ahora hacia atrás, y lo ve todo dentro de un marco muy alemán, y se entera de que la frase en cuestion anunciaba al jabon Rina, se pregunta qué se traía aquel jabón entre manos. Se fue el Rina y se nos quedaron el Nacar y el Batey, que es, como jabon, el verdadero culpable de que se extinguieran los indios en el país.

Comprendo ahora el trabajo que pasaste para mantener la cubanía natural cuando todo lo natural comenzó a usarse para el turismo. Las concepciones iban cambiando. Antes, el cubano de a pie escuchaba constantemente aquel sonsonete de "Conozca a Cuba primero y al extranjero después", y eso se trastocó definitivamente. Hoy existen cubanos que te hablan con absoluto dominio de la geografía de la Cuenca del Rhin, o del sistema boscoso de Oklahoma, y sin embargo no saben —ni les importa— dónde rayos queda Calimete o para dónde tira Imías.

Los hay también —sobre todo las hay— que cumplieron la fórmula de una manera sospechosamente personal: conocían al extranjero antes, lo satisfacían, lo exprimían, lo masacoteaban y cabalgaban, para, de vez en cuando o en ocasiones, llegar de su mano al duro pellejo de la llanura camagueyana, o a la vastedad salvaje de la Sierra de Cristal. El objetivo final, claro está, es conocer la geografía de la cuenca del Rhin o el sistema boscoso de Oklahoma.

Conociendo el caudal de tus capacidades —y eso que no he llegado a la cuenca del Rhin, pero se me al dedillo la Selva Negra y el Baix Empurda— me extraña que no te hubieses lanzado a la literatura con una obrita que pudo llamarse "¿Cómo mantenerse campechano con un pan de boniato al día?". Ya nada es lo mismo. La penumbra avanza, invadiendo los rincones mas escabrosos de la noche. Si tradicionalmente era un tentempié introducirse fécula horneada con fibra de mamífero que habita las cochiqueras, en el nuevo milenio quedó el alegre cubano comiendo pan con mechón.

No me extraña que terminara, sin muchas explicaciones, aquel programa que hurgaba con mucho humor las intimidades sociales y familiares de un edificio, y que supiste levantar campechanamente haciendo pareja con Cerero Brito. Ya no se podía revolver, escrutar, manosear o fisgonear mucho Detrás de la fachada,de ninguna fachada, sin encontrarse la tremebunda realidad, en una facha que da grima. Así un buen miércoles, el espacio que iniciara Mimí Cal, junto a Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, se desplomó como el resto de las edificaciones, para tristeza de la gente, que son esos que miran televisión.

Hasta el nombre del programa se había vuelto peligrosísimo. Si el proceso inicial tenía una aparente espontaneidad en la puesta en escena, y llevaba mambo y conguita, la obra se fue complicando telón adentro, y ya había entretelas y entrepiernas, escondrijos y fosos de orquesta, camerinos y cormoranes, y la gran concha de su madre para el apuntador. Fachada adentro había mucho, aunque, aparentemente pareciera existir el mismo desaguacate delante, al pelo, en vivo y en directo.