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Periodismo, Fuentes, Castro

De los archivos secretos de Norberto Fuentes: «Nunca digas morir»

Norberto Fuentes, conocido como el cronista de la Revolución cubana

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La figura de Fidel Castro y la Revolución cubana son inevitables en la historia mundial. Las opiniones sobre la política revolucionaria, sus actos y sus consecuencias, tanto dentro de Cuba como en el exterior se parte en dos ácidas vertientes: la admiración a Fidel o la condena a Castro. Hoy, su legado pervive en el mismo dominio donde el líder siempre prefirió jugar: la confrontación. El legado del Comandante y su Revolución siguen vigentes, para bien o para mal. Tal vez porque ha sido el gobernante latinoamericano con más impacto mundial, desde Latinoamérica hasta África, desde Washington a Moscú, y desde el Medio Oriente hasta el Asia, en la sangrienta guerra de Vietnam.

Cientos de libros se han escrito sobre el cubano, Anne Marie Geyer tituló el suyo El Patriarca de las Guerrillas, hay otros sorprendentes, como Fidel y la Religión, de Frei Betto, hasta llegar a lo despampanante, como los Yoga Sutras de Fidel Castro, de John Curl, promotor de la “alquimia revolucionaria” y que en su libro reúne 51 aforismos poéticos “condensados de la sabiduría de los maestros de yoga y el socialismo”. Geyer entrevistó muchas veces a Castro, Betto le hizo una larga entrevista y Curl, jamás habló con Fidel ni una palabra. Y así se prolongan los libros sobre el revolucionario cubano y sus hechos. Con entrevistas, relatos e imaginación.

El sello editorial Cuarteles de Invierno, acaba de lanzar Nunca digas morir de Norberto Fuentes, conocido como el cronista de la Revolución cubana. Fuentes abandonó Cuba en 1994 después de haberse declarado en huelga de hambre —como su última protesta en suelo cubano— por el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia en 1989. Fuentes vivió en Cuba, primero como un simple joven periodista revolucionario, y mucho más tarde como escritor cercano a Fidel y Raúl Castro, todas las etapas del proceso revolucionario. Hasta su exilio rumbo a México, en un avión enviado especialmente por el presidente Carlos Salinas de Gortari. En 1993 Fuentes había intentado escapar en balsa, pero fue detenido. Al año siguiente, gracias a la intervención directa de Gabriel García Márquez —quien lo acompañó en el vuelo—, William Kennedy, Norman Mailer y William Styron, pudo abandonar la Isla.

Nunca digas morir, es un apasionante relato de los hechos, a menudo desconocidos, de la Revolución cubana. Comienza en 1959. No se centra en la personalidad de Fidel Castro, sino novela las consecuencias no siempre victoriosas, de la capacidad insurreccional y conspirativa del mandatario. Con la excepción de los realizados a sus espaldas, como el ataque al cuartel militar argentino de La Tablada, en enero 1989, organizado por el guerrillero Enrique Gorriarán Merlo, y apoyado en secreto por el general de División Arnaldo Ochoa, Héroe de la República de Cuba[i] entonces jefe militar de la Misión cubana en Angola, y antes de la Misión militar cubana en Etiopía durante la guerra del Ogaden. El ataque a La Tablada influiría en la sentencia por traición y posterior fusilamiento del general.

Fuentes no emite opinión alguna sobre los hechos relatados en las 311 páginas del libro. Su redacción es sucinta, clara, fibrosa. Para que el lector sea absoluto dueño de su lectura y sus conclusiones. No sobra nada ni falta nada para una lectura que invita a continuarlo hasta la última anécdota, extraída del amplio archivo documental que cita el autor en su prefacio, y perfilada con la ayuda de la “actual difusión en Cuba de los teléfonos celulares [que] me permitió el acceso a los viejos compañeros y al precioso caudal de sus historias” explica el autor en el prefacio. He aquí algunas:

1974, operación conjunta en Isla Dawson, Magallanes chileno, para rescatar a prominentes figuras del gobierno de Salvador Allende, depuesto en 1973. Se acordó en reunión secreta de Leonid Brezhnev y Fidel Castro “que debe haber ocurrido al caer la tarde del primero de febrero” en la mansión de protocolo donde se alojaba el soviético, asegura Fuentes. En dicha operación participarían las Tropas Especiales, y la Spenatz soviética. Se incluirían para el seguro transporte de los liberados, tres submarinos nucleares PLARK – 670 pertenecientes a la Armada Soviética. Breznev, a sus 68 años, metido a guerrillero. Entusiasmado por Fidel.

En octubre de 1974, llegan al puerto de Haiphong equipos de construcción comprados por Cuba en Japón. Veintitrés ingenieros militares cubanos, junto a vietnamitas, comienzan la pavimentación de la estratégica ruta Ho-Chi-Minh. A finales de abril de 1975 se habían pavimentado 2.420 kilómetros de carretera, de ellos 1.170 entre cordilleras y montañas.

En 1991, al oeste de La Habana, muy cerca de la unidad militar donde acampa la famosa “Brigada de Estudio” soviética, existe una de las grandes represas en la provincia. En el fondo del agua, perfectamente conservadas en grasa, se descubren tres contenedores repletos de armas occidentales. Ya ha sido fusilado el general Arnaldo Ochoa. ¿Quién las puso allí? ¿Qué propósito tenían? Así, durante dos tercios de su libro, el autor revela, o amplia y explica, las acciones revolucionarias de El Patriarca de las Guerrillas, de Ann Marie Geyer. Junto a sus fieles unidades de elite.

Fuentes, a quién conozco personalmente, es un escritor abandonado a su libertad intelectual. Escribe a contrapelo del exilio cubano en Miami y del poder político en la Isla, porque narra solo censurado por su oficio y la veracidad de los hechos que cita. Y eso no gusta en ningún extremo. En 1968 ganó el Premio Casa de las Américas, con Condenados de Condado colección de relatos sobre la guerra del Escambray[ii] que provocó el rechazo de Fidel Castro y le deparó por años el exilio intelectual en su propia isla.

En el hilo narrativo del reportaje-novela de Norberto Fuentes están siempre presentes, desde principio a final, los hermanos Antonio y Patricio de la Guardia[iii]. Es un homenaje íntimo a sus amigos, cuyo lema era Nunca digas morir, y que ahora titula este libro esencial para conocer, de las operaciones militares y conspirativas, las luces y sombras de la Revolución cubana.

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[i] Despojado de ese honor en 1989, durante el proceso militar en su contra.

[ii] Guerra que tuvo lugar en esa región montañosa de Cuba, y que duró hasta el año 1965, con la victoria del gobierno cubano

[iii] El coronel Antonio de la Guardia fue fusilado el 13 de julio de 1989, el general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de cárcel. Se le concedió licencia extrapenal (libertad condicional) en 2006, actualmente se encuentra libre, pero el estado cubano no le ha otorgado oficialmente, después de 33 años, el cumplimiento de su condena.


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