cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Sociedad

La Isla de la senectud

Si el éxodo masivo ha sido una forma de 'votar con los pies', la crisis de la natalidad equivale a una 'huelga de vientres vacíos'.

Enviar Imprimir

Porque a las restricciones económicas impuestas por el régimen, que ha impedido toda capitalización privada a quienes no son miembros de la nomenklatura, se añaden la quiebra de los valores familiares, la feroz insolidaridad que genera la actitud de "sálvese quien pueda" predominante hoy en la Isla y la imposibilidad práctica, para la mayoría de los viejos, de emprender a estas alturas el camino del exilio.

El aspecto más visible de esta situación son los miles de ancianos que mendigan o pasan el día tratando de vender cigarrillos o alguna otra fruslería en calles y parques de La Habana y otras ciudades. Un giro siniestro de los últimos años ha sido el reclutamiento de algunos de ellos para perpetrar actos de repudio contra los disidentes. Esta especie de 'Brigadas Seniles de Respuesta Rápida' ha demostrado particular ahínco en el cumplimiento de su innoble misión.

Un gigantesco asilo geriátrico

La grave situación demográfica —que es tan sólo un aspecto de la crisis general del país— subraya lo que ya parecía obvio: si el castrismo perdura algunos años más, Cuba se convertirá inexorablemente en eso que en los medios diplomáticos se denomina un basket case, o sea, una nación que sobrevive básicamente de las dádivas y la ayuda internacional.

Si los cubanos no consiguen sacudirse pronto el vetusto aparato estatal que el castrismo les ha impuesto y no logran transformar rápidamente la estructura económica y poblacional del país, la Isla llegará a ser un gigantesco asilo geriátrico cuyos internos serán cada vez más pobres y dependientes de la caridad ajena —ya sea el petróleo de Hugo Chávez, las remesas de los parientes de Miami o los envíos de las ONG humanitarias—.

En esa configuración, la espiral de emigración, envejecimiento y pobreza seguirá cerrándose y el país perderá definitivamente toda posibilidad de volver a ser algún día una nación libre y próspera.

Para entonces, el periódico Juventud Rebelde —si todavía existe— tal vez decida ponerse un nombre más acorde con la realidad nacional y pase a llamarse Vejez Obediente.


« Anterior123Siguiente »