Actualizado: 18/04/2024 23:36
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cultura

A Debate

Conferencia para mayores de 40 años

Artistas jóvenes, excluidos de la conferencia de la UNEAC. Textos de Isbel Díaz Torres y Lianed Marcoleta.

Enviar Imprimir

Lic. Isbel Díaz Torres

Escritor miembro de la Asociación Hermanos Saíz

Sí, al parecer los temas que se debatieron ayer en la Casa de las Américas no eran de interés para el futuro de la cultura y el pensamiento cubanos. Al parecer se trataba de reivindicar (con todo derecho) a algunas de las víctimas de un período más que gris, invisible.

Para muchos como yo, el conocimiento de esta región de nuestra historia cultural se limita a comentarios de algún que otro parametrado y lecturas entre líneas en ensayos y espacios como los de las revistas Temas o Criterios. Sin embargo, los más jóvenes artistas, investigadores, intelectuales de manera general que quisimos asistir, tuvimos que contentarnos con las barreras de hierro que nos regalaba nuestra amada Casa. "No hay espacio", decían, y era una gran verdad: para nosotros no había espacio en aquel cenáculo.

Lo triste de todo esto es que quizás no hubiera sido así, es muy posible que si a nuestro Desiderio le hubieran preguntado si ese era el auditorio que había pensado para su ciclo de conferencias, la respuesta sería negativa. Y no es porque los que estaban no merecieran ese lugar, sino porque a los que afuera quedamos nos asistía el derecho como futuros hacedores de la cultura cubana.

TEMA: La exaltación de ex comisarios políticos

Hay quienes piensan que todo fue solo un problema organizativo, hay quienes son más suspicaces, la realidad es que no entramos. ¿Cuántas invitaciones se destinaron a miembros de la Asociación Hermanos Saíz que no fueran del Consejo Nacional? ¿Por qué la UNEAC regenteó todo el proceso organizativo llevándose una inmensa cantidad de cupos? ¿Y la Universidad de La Habana dónde queda? Es muy posible que la mitad de los que asistieron, si no hubieran sido expresamente invitados, se hubieran quedado en sus casas, y esta es una especulación no tan ligera como pudiera pensarse. Vayan a las conferencias tan sustanciosas y conflictivas que se imparten en el Centro Teórico-Cultural Criterios y confronten las caras de los asistentes usuales con los rostros de los que ayer estaban entre los escogidos ¿Tan preocupados están por la historia y la cultura cubanas?

Afortunadamente, gente de pensamiento profundo estaba allá arriba también, gente que, independientemente de sus méritos artísticos, han profesado siempre la práctica de la opinión, el debate, la confrontación, la herejía. Pero no basta: debimos estar también nosotros, y eso no me parece necesario argumentarlo más. Alguien entre los excluidos dijo que quizás era mejor estar allá abajo que allá arriba, quizás estábamos haciendo la parte de la historia que nos correspondía; quizás, digo yo ahora, estábamos demostrando que aquello no se trataba exclusivamente del pasado, sino también de nuestro conflictivo presente.

Saludo la entrada de este debate en la agenda de los intelectuales cubanos, los que sufrieron el pavonado y los que hoy recogemos los frutos de aquellas heridas y nos enfrentamos a otras quizás de similar calaña. Confío que las sillas de las próximas conferencias de este ciclo puedan estar al alcance de los que nos interesa escuchar para hacer por el futuro de nuestra cultura.

-----------------------------------

Lianed Marcoleta

Estudiante de dirección de fotografía del ISA

Muchas gracias Isbel, por un artículo que describiera tan inteligentemente la situación de los muchos jóvenes que fuimos excluidos ayer del debate en Casa de la Américas. O piensan que no tenemos nada que decir, o prefieren no escuchar. Me reservo los motivos que sospecho. Pero lo paradójico es que ayer en aquella sala discutieron dolidos un lamentable hecho que ocurrió en el pasado, mientras lo repetían con nosotros. Tal vez necesitamos crear nuestro propio espacio de debate. ¿Qué tú crees?