Actualizado: 27/03/2024 22:30
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América Latina

Autoritarismo y democracia

Hugo Chávez y Álvaro Uribe: Destinos diferentes y algún punto de unión.

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Será posible entonces algún día escribir sus biografías combinadas, no como vidas paralelas sino como destinos divergentes, en los cuales abundan las diferencias pero hay también algún punto de unión, en especial en la tendencia hacia un gobierno de mano dura, donde el "hombre fuerte" ha logrado ganar adeptos en un electorado cansado de la corrupción (Venezuela) o la violencia y el crimen (Colombia).

Características nacionales

Son las características nacionales las que explican el impresionante triunfo de Uribe, que erróneamente se ha interpretado como un freno al efecto dominó latinoamericano que ha llevado a una victoria tras otra de los candidatos de izquierda.

En Colombia lo que se impuso fue el rechazo a la guerrilla, la inseguridad ciudadana y los partidos tradicionales (en esto último hay una semejanza con lo que viene ocurriendo en Venezuela).

A esto hay que sumar la presión ejercida por los grupos paramilitares —que pese a su participación en un controversial proceso de pacificación amenazaron como nunca, en campos y ciudades, a todos los posibles o imaginarios opositores a Uribe— y el hecho de que los principales medios de comunicación —propiedad de los mayores grupos económicos del país— favorecieron abiertamente la reelección.

Un ejemplo de amenaza utilizada durante la campaña, fue un mensaje firmado por el autodenominado "brazo armado de las ex AUC [Autodefensas Unidas de Colombia]" enviado a universidades y algunos periodistas, entre ellos el corresponsal de El Nuevo Herald de Miami en Colombia, Gonzalo Guillén, que en uno de sus párrafos afirmaba: "estamos en pie de lucha a sangre y fuego contra cualquier interés que no sea el de la continuidad del período presidencial de nuestro legítimo líder. No permitiremos que sea otro el resultado […] En este momento tenemos varios de sus líderes en la mira […] Nos declaramos en guerra abierta total y de frente contra toda esta partida de revoltosos, contra todo el que no acepte la legitimidad del señor presidente Álvaro Uribe Vélez".

El propio Uribe no ha dudado en declararse un "demócrata con autoridad", según un cable de la Agence France Presse fechado el 26 de mayo de este año, y de polarizar su campaña de reelección al extremo de lanzar el mensaje de que los electores debían escoger entre él o una "catástrofe", en un reportaje aparecido el 28 de mayo en The New York Times (el mandatario luego negó haber pronunciado esas palabras).

Las sendas contrarias por las que avanzan Bogotá y Caracas tienen entonces en común la inclinación hacia un autoritarismo democrático, que les ha servido para prolongar sus mandatos. Autoritarismo que hasta el momento ha sido más pronunciado en el caso de Chávez, quien ha modificado a su conveniencia el poder judicial.

Seguridad vs. libertad

El concepto de autoritarismo democrático ha ganado adeptos en América Latina, que tradicionalmente se había movido entre la dicotomía de dictadura y democracia. En su práctica actual, corresponde a un mundo posterior a la Guerra Fría, donde los totalitarismos de izquierda y derecha demostraron no sólo su crueldad sino también su ineficacia.

Si bien la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética no significó el fin del comunismo totalitario, con la persistencia de los regímenes chino, vietnamita, norcoreano y cubano, sí anuló el planteamiento de una "dictadura proletaria" como meta de gobierno, incluso entre los iniciados y conspiradores.