Actualizado: 10/05/2024 11:46
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Irán

Con el dedo en el gatillo

Pese a la desaprobación de la comunidad internacional, Teherán ha reanudado su programa nuclear.

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Resulta ingenuo asegurar que la conversación de ambos presidentes haya influido en la decisión de Teherán, la cual evidentemente ya estaba tomada. No obstante, si quedó claro que al régimen cubano poco le interesan las preocupaciones de la comunidad internacional.

Lo cierto en este asunto, es que no está claro que Irán intente producir energía atómica con fines pacíficos. También es interesante el dato de que el pasado 16 de enero el diario Granma publicara un largo análisis acerca del tema iraní bajo el título: "El peligro de un nuevo conflicto militar".

Por este reportaje se conoció que existe en la Isla el Centro de Estudios de Información de la Defensa, ya que el referido artículo aparece firmado por su vicepresidente, Luis M. García Cuñarro. El autor traza un panorama apocalíptico con "bombardeos quirúrgicos" y operaciones especiales contra Irán. Y aunque lanza un llamado a la cordura, en realidad se aprecia entrelíneas que al régimen de La Habana le vendría de perillas que Estados Unidos se enredase en un conflicto regional.

Antecedentes del caso

El conflicto nuclear que el gobierno iraní mantiene con Occidente ha pasado por altibajos en los últimos años. El centro de la crisis radica en el proceso de enriquecimiento de uranio —clave para obtener armas atómicas—, que Irán quiere desarrollar en su territorio.

Mientras que el régimen de los ayatolás asegura que sólo lo utiliza con fines civiles, Estados Unidos y la UE temen que quiera aprovecharlo con objetivos militares. En el verano de 2002, el OIEA, dependiente de Naciones Unidas y recientemente galardonado con el Nobel de la Paz, descubrió las partes clandestinas del programa atómico iraní. Habían estado ocultas durante 18 años e incluían la importación de compuestos para centrifugadoras que sirven para producir uranio enriquecido.

Saltó entonces la alarma sobre la posibilidad de que esta república islámica fabrique armas atómicas y comenzó un tenso tira y afloja diplomático con las grandes potencias occidentales, que se ha reavivado con la llegada al poder del nuevo presidente iraní.

El enriquecimiento de uranio es la parte más sensible del ciclo de combustión nuclear, ya que tiene tanto aplicaciones civiles como militares, en función del grado de pureza del material producido. Así, permite fabricar desde combustible para las plantas nucleares de generación eléctrica —para lo que Irán asegura utilizarlo— hasta la carga de una bomba atómica.