Actualizado: 01/05/2024 21:49
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La discordia de 'Vamos a Cuba'

Lo que dice la ley: ¿Puede censurarse un libro por razones ideológicas o por las 'mentiras' que contiene?

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Tal y como falló el Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito (Chicago), controlar el pensamiento equivale a "declarar verdadera o correcta determinada perspectiva, y reducir las demás al silencio" ( Asociación Americana de Libreros contra Hudnut, 1985).

La regla jurídica para encarar libros como Vamos a Cuba quedó fijada hace mucho rato por otro juez del TSE, Louis Brandeis, quien dispuso: "Si hay tiempo para develar las falsedades y falacias mediante la libre discusión, para conjurar el mal por medio del proceso educativo, el remedio aplicable es más libertad de expresión y no imponer el silencio" ( Whitney contra California, 1927).

Un tribunal en Arkansas admitió que las juntas escolares tienen amplia potestad discrecional para encauzar las funciones educativas, pero no pueden desligarse de la primera enmienda para restringir el derecho de los estudiantes a leer determinado libro, ni siquiera por repudiar las ideas expresadas en él o por temor a conmociones ( Counts contra Distrito Escolar de Cedarville, 2003).

Según el Tribunal de Apelación del Undécimo Circuito (Atlanta), remover libros de las bibliotecas escolares tiene que obedecer racionalmente a preocupaciones pedagógicas legítimas ( Virgil contra Junta Escolar de Columbia, 1989). En este sentido es preocupación primordial, como enfatizó el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito (Nueva Orleans), que no se "estrangule el libre pensamiento en su propia fuente" ( Campbell contra Tammany, 1995).

Aparte de que el Tribunal de Apelaciones del Sexto Circuito (Cincinnati) estimó ya la censura de libros como gravamen a la libertad de discusión en clase ( Minarcini contra Strongsville, 1976), los estudiantes pueden hacer con Vamos a Cuba en Miami-Dade lo mismo que autorizó el tribunal de apelaciones en Michigan con respecto a la polémica obra Matadero 5 (1969): "lo que les venga en ganas".

Tanto el autor de este libro, Kurt Vonnegut, como la autora de aquel deben "recibir igual bienvenida en las escuelas públicas que Maquiavelo, Chaucer, Shakespeare, Melville, Lenin, Joseph McCarthy o Walt Disney" ( Todd contra Rochester, 1972).

Coda

Al estilo de los manejos ideológicos del castrismo, la rebambaramba contra Vamos a Cuba intenta pasar el gato de remoción política e ideológicamente motivada por la liebre de obra "inadecuada desde el punto de vista educativo".

Un padre quejoso, tres miembros de la junta escolar y varios activistas pretenden insuflar en Miami aires de censura a lo Castro, pasando por alto valores ético-jurídicos de la Unión Americana que al menos tres jueces del TSE han dejado bien claros.

Potter Stewart apuntó que "la censura refleja la falta de confianza de la sociedad en sí misma y caracteriza al régimen autoritario" ( Ginzberg contra EE UU, 1966). Anthony M. Kennedy postuló: "El derecho a pensar es el principio de la libertad" ( Fiscal General y otros contra Coalición de la Libertad de Palabra y otros, 2002). Y William O. Douglas precisó ante la Liga Nacional de Autores que restringir las libertades de pensamiento y expresión constituye "la subversión más peligrosa", es decir: "la ley antinorteamericana que puede derrotarnos más fácilmente" (Nueva York, diciembre 3, 1952).


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