Actualizado: 01/05/2024 21:49
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Cuba y la muerte de Filiberto Ojeda

¿No quedamos en que todos los terrorismos son malos?

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Mientras su esposa de entonces, Blanca Iris Serrano, quemaba documentos en el baño, Ojeda salió al pasillo con la Uzi y una pistola. Hirió a uno de los agentes y, tras vaciar el peine de la Uzi, permaneció empuñando la pistola, como desafiando a que lo mataran, pero un francotirador atinó a tumbársela de un tiro.

Pasión por las efemérides

Hacia 1960, el trompetista Filiberto Ojeda fue reclutado en el Club Morroco para el Movimiento Libertador de Pelegrín García. En 1961 viajó con su familia a Cuba y para 1966 era subjefe de la misión allí del Movimiento Pro Independencia (MPI), así como delegado a la Conferencia Tricontinental. En 1967 fundó el Movimiento Independentista Revolucionario Armado (MIRA) y en 1974 las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), que detonarían el 24 de enero de 1975 una bomba en el restaurante Fraunces Tavern (Manhattan), con el saldo de cuatro personas muertas y más de 50 heridas.

Ojeda culminó su labor fundacional con la creación del EPB-Macheteros en el aniversario 23 del asalto al cuartel Moncada (julio 26, 1976). Para celebrar el natalicio del prócer independentista Eugenio María de Hostos, Macheteros llevó a cabo la operación Gaviota: el 11 de enero de 1981 estallaron 23 artefactos explosivos en la base aérea de Muñiz (Isla Verde), que destruyeron 8 cazas a chorro Corsair A4D y un viejo F104. Los daños ascendieron a $45 millones.

Al conmemorar otra fecha histórica (natalicio de Pedro Albizu Campos), Macheteros causó menos daños, pero adquirió mayor fama. El 12 de septiembre de 1983 acometieron la operación Águila Blanca: asaltaron un carro blindado de transporte de valores y robaron más de $7 millones. Reservaron la mayor parte para futuras operaciones y tiraron una limosnita desde algunas azoteas en protesta contra la avaricia reinante.

El ex agente de inteligencia cubano Jorge Ricardo Massetti narraría en El furor y el delirio: Itinerario de un hijo de la revolución cubana (Tusquets, 1999) cómo el machetero Víctor Gerena escapó a Cuba tras el asalto, y parte sustancial del botín siguió la misma ruta en valija diplomática para luego canalizarse hacia otras acciones.

Un gran jurado federal encausó a Ojeda y otros macheteros por el gran golpe. A la espera de juicio estaba cuando trocó su libertad bajo fianza por la clandestinidad. Un juez federal ordenó su arresto y al cabo fue sancionado en rebeldía (1992) a 55 años de cárcel y multa de 600 mil dólares.

Los restos de Ojeda fueron velados primero en el Ateneo Puertorriqueño y después en el Colegio de Abogados, antes de inhumarse en su pueblo natal (Naguabo). El cadáver se adornó con prendedores en forma de machetes y sus seguidores gritaban consignas tan desconcertantes como "Filiberto, compañero, todo boricua es machetero". La independencia que Macheteros pretendió alcanzar mediante las armas no ha sido respaldada por más del 0,6% (1967), 4,4% (1993) y 2,5% (1998) del electorado puertorriqueño en los plebiscitos correspondientes.


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